¿Es bueno que América Latina sea menos desigual?

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El mundo entero se queja del aumento de la desigualdad. Pero en América Latina, ésta va en retroceso.

Es casi la única región en el planeta donde en los últimos años disminuyó la brecha entre ricos y pobres. En más de una docena de países latinoamericanos, cuyos gobiernos abarcan buena parte del espectro ideológico, la desigualdad disminuyó a lo largo de la década pasada.

Pero lo que a primera vista parece como un logro digno de resaltarse, podría en realidad mostrar algunos indicios preocupantes sobre el estado de la economía, advierten algunos expertos.

El problema es que no hay claridad sobre qué produjo la reducción en la desigualdad. Hay quienes advierten que junto con una mejora en la situación de los pobres puede haber un debilitamiento relativo de otros sectores de la clase media. En cierto modo, una nivelación por lo bajo que produce más igualdad pero no necesariamente mejores prospectos económicos para la sociedad.

Cómo puede constatarse a primera vista en cualquier ciudad o pueblo de la región, América Latina sigue siendo abrumadoramente desigual. Lo que ha cambiado es la tendencia. La brecha de ingreso entre los más ricos y más pobres disminuyó entre 2000 y 2011 en 16 de 17 países de la región examinados por un estudio del Banco Mundial, preparado por los economistas Nora Lustig, Luis F. López-Calva y Eduardo Ortiz-Juárez.

Los países que mostraron estos logros incluyen a naciones que ensayaron recetas ortodoxas (o neoliberales, dirían sus críticos) como Perú, y países con programas de fuerte intervención gubernamental (o populistas, como dirían sus detractores) como Brasil o Venezuela.

Los que destacan

Uno de los autores del estudio, el investigador mexicano Eduardo Ortiz-Juárez, asociado al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) le dice a BBC Mundo que en sus investigaciones “se destacan Nicaragua, Bolivia, Ecuador y El Salvador como países que han tenido particulares avances contra la desigualdad”, mientras que Honduras y Costa Rica aparecen como naciones que no han experimentado tantos cambios en ese campo.

Sin embargo, no hay consenso sobre cómo explicar la tendencia hacia ingresos más igualitarios entre distintos estratos sociales en tantos países latinoamericanos.

De una parte están los ambiciosos programas de ayuda estatal directa a los más pobres que han aparecido a lo largo de la región en los últimos años, como el Bolsa Familia brasileño, a los que se les atribuye un aumento notorio de las condiciones de vida para millones de personas de los estratos más humildes.

Pero los estudios de Ortiz-Juárez encuentran que, en la reducción de la desigualdad, el papel de los programas de asistencia social directa impulsados por el gobierno no es el único factor.

También juega un papel clave que el mercado laboral se está transformando y las brechas entre los salarios más altos y los más bajos se están reduciendo.

Teorías sin confirmar

Augusto de la Torre, el economista jefe para América Latina del Banco Mundial, le dice a BBC Mundo que también hay varias teorías para explicar por qué ahora hay menos diferencia en los salarios de los latinoamericanos

La versión más benigna asegura que lo que pasó en estos años fue que, a medida que más personas tuvieron acceso a la educación, sus ingresos también aumentaron y así se hizo menos dramática la brecha entre los que más ganan y los que menos reciben.

Pero, asegura el directivo del Banco Mundial, también hay indicios que sugieren que lo que pasó es que se redujo el monto adicional que ganan los graduados de la universidad comparado con los que no adelantaron estudios superiores. Y eso, advierte De La Torre, puede tener que ver con una menor calidad de la educación universitaria.

A medida que muchos latinoamericanos recibieron una educación universitaria mediocre, ya no recibieron los grandes sueldos que antes se otorgaban a los graduados, y por eso, sugiere la teoría, hay menos desigualdad en los ingresos.

La tercera teoría citada por De La Torre es todavía más controversial. Asegura que lo que ocurre es que América Latina se ha venido especializando en producir materias primas, actividad que no requiere de una fuerza laboral tan entrenada, por lo que los títulos universitarios han ido perdido comparativamente valor, y eso explica que los salarios de los universitarios ya no se alejen tanto de los de la mano de obra no calificada.

Si esto se comprueba, “la caída en la desigualdad sería una mala noticia en el largo plazo”, indicó De La Torre en una reciente entrevista al New York Times. “Estaríamos especializándonos en sectores que requieren menos conocimiento”. Pero la academia sigue sin llegar a una conclusión definitiva. “Todavía no tenemos evidencia contundente sobre qué factores estuvieron detrás de la caída de la desigualdad en la mayoría de los países de América Latina”, reitera De La Torre a BBC Mundo.

La educación de alta calidad

¿Qué lecciones salen de estos estudios para los programas de asistencia gubernamental directa adaptados con tanto entusiasmo a través de América Latina?

De La Torre insiste en que si bien no fueron la razón principal para la reducción de la desigualdad en la región, si ayudaron a combatir la pobreza, un problema distinto, pero por supuesto también muy importante.

En un país puede haber una situación donde disminuye la pobreza porque mejoró el ingreso de los pobres, pero al mismo tiempo se incrementa la desigualdad si el ingreso de los ricos aumentó todavía más.

En cualquier caso, los datos de los estudios mencionados apuntan a decisiones difíciles en el futuro para los dirigentes de nuestros países. Para evitar quedarse estancados en la producción de materias primas y asegurar que la economía crezca, hay que incorporar más industrias de alta tecnología. Pero en estas actividades habrá gente que gane más que en los sectores tradicionales, por lo tanto aumentando nuevamente la desigualdad.

“Hay una posible tensión en la región. El camino de mayor crecimiento puede entrar en tensión, al menos en un periodo de transición, con el de la equidad social”, advierte De La Torre a BBC Mundo.

“El único camino que puede solucionar los dos problemas, el de crecimiento y de equidad es una mejora muy fuerte en la calidad de la educación y el acceso a la educación”, puntualiza.

¿Lecciones al mundo?

Si bien América Latina es casi única en el mundo en haber experimentado una reducción de la desigualdad en años recientes, los expertos advierten contra el triunfalismo. “Más que dar lecciones, tenemos que aprender”, le dice a BBC Mundo el investigador Eduardo Ortiz-Juárez, quien menciona en particular la necesidad de incorporar lo que están haciendo otras naciones para lograr que los sistemas de impuestos sean más justos.

Posición que comparte Augusto de La Torre.

“Los niveles de desigualdad en América Latina siguen siendo muy altos y las sociedades latinoamericanas no son muy tolerantes de altas desigualdades”, advierte.

“Para la percepción de las sociedades, el hecho de tener impuestos más o menos equitativos, se está volviendo un tema de mayor relevancia en la región y el mundo”.

Y en cualquier caso, hace falta entender realmente por qué cayó la desigualdad en América Latina antes de dar lecciones sobre ello.

Por lo que los expertos dan un parte de optimismo moderado.

“Si se pone todo sobre la balanza, es difícil no concluir que la reducción de la desigualdad fue en términos netos una buena noticia para la región, incluso si pudo haber tenido algunos lados oscuros”, como el del aparente énfasis en mano de obra no calificada, asegura el jefe del Banco Mundial para América Latina.

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