¿Por qué no se está prestando atención a Boko Haram en Nigeria?

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El 2015 ha comenzado de la peor manera posible. Mientras el mundo estaba de luto por el trágico ataque a la sede de Charlie Hebdo en París, el grupo terrorista Boko Haram arrasaba la región de Borno en Nigeria dejando más de 2.000 víctimas mortales. Muy pocos se enteraron de este evento o de otros similares acaecidos en el país africano. Twitter hizo caso omiso a la masacre nigeriana, considerada por Amnistía Internacional como la “más mortífera” del grupo terrorista hasta el momento. En pocos días, el grupo yihadista arrasó y convirtió en cenizas la ciudad de Baga y 16 pueblos vecinos, cobrándose las vidas de miles de sus habitantes. Los diarios The Guardian y Business Insider aseguran que este ataque es considerado uno de los peores ataques terroristas de la historia moderna.

Sin embargo, han sido los 17 fallecidos en Francia los que han atraído la atención de los medios y de la comunidad internacional. El mundo, en shock por los atentados de París, observaba a líderes mundiales marchando junto a más de más de tres millones y medio de personas en solidaridad con los fallecidos y en defensa de la libertad de prensa y de expresión. Mientras tanto, no tan lejos, los grupos de defensa nigerianos abandonaban la labor de contar el número de cadáveres en las calles y miles de personas se veían obligadas a huir de la violencia. Chad, al otro lado de la frontera, y Maiduguri, capital del nigeriano estado de Borno, se han convertido en improvisados hogares para las personas desplazadas que consiguieron sobrevivir a la masacre. Ellas se unen a los cientos de miles de personas que, desde que el grupo terrorista re-iniciase su campaña de terror en 2010, se han convertido en refugiados de este conflicto que parece no apaciguar.

Terror sin libertad de expresión

En el norte de Nigeria, donde se ha llevado a cabo la sangrienta campaña de cuatro días de Boko Haram, los periodistas ven dificultado su trabajo de informar a la población mundial por culpa del acoso sufrido por parte del grupo armado y la falta de libertad de expresión. El periodista Simon Allison del Daily Maverickpartner del Guardian Africa Network) publicaba “I am Charlie, but I am Baga too” (en castellano “Yo soy Charlie pero también soy Baga”) en relación al famoso hashtag en solidaridad con el atentado en París.

Una consideración que nos lleva a reflexionar sobre el eurocentrismo aún reinante en Occidente, ese que nos lleva a pensar que el terrorismo yihadista viene a por nosotros, los europeos/occidentales, y que el resto del planeta -y los propios musulmanes- no sufren ningún peligro.

Una visión muy alejada de la realidad: el Global Terrorism Index explica que la mayor parte de víctimas del terrorismo internacional son musulmanes y personas no-occidentales pero, sin embargo, los medios no suelen hacer eco de esas tragedias dando a entender que la cruzada del terrorismo yihadista es, únicamente, contra Occidente. Es importante que medios de comunicación y líderes mundiales envíen un mensaje claro: la islamofobia no es la solución al terrorismo, ya que son los propios musulmanes quienes más lo sufren.

Menores como armas: la instrumentalización de las niñas

Algo que no puede pasar desapercibido cuando hablamos de Boko Haram es el aumento del uso de una táctica cruel como ninguna: fuerzan a niñas secuestradas, en uno de los últimos casos de apenas 10 años, a inmolarse en lugares abarrotados como mercados o calles principales. Elizabeth Donnelly, del Programa Africano de la Chantham House, afirma que en el grupo terrorista ha estado secuestrando a niños y niñas, sin importarles su edad, que potencialmente han sido usados durante años como escudos humanos o de otras maneras -no es posible saber hasta que punto se ven sometidos a todo tipo de atrocidades.

Se cree que se les utiliza como escudos y armas humanas. La Chantham House explica que se desconoce si las niñas enviadas a una muerte segura son conscientes de que llevan explosivos en sus cuerpos o no. Amnistía Internacional denuncia que el grupo terrorista lleva secuestrando a mujeres y niñas desde 2005 sin que el gobierno nigeriano sea capaz de frenarlo. Parece que la violencia y losataques dirigidos a mujeres han aumentado desde que en mayo de 2013 el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, anunciara en Estado de Emergencia en los estados de Borno, Yobe y Adamawa. También se cree que las tácticas del grupo están evolucionando y, de ahí, el repentino aumento del uso de menores -niñas, sobre todo- como armas.

Gordon Brown, enviado especial para la Educación Global de las Naciones Unidas, muestra su alarma por este repentino aumento y recuerda que, a pesar de que las niñas se están llevando la peor parte, son muchos los niños y jóvenes que han sido secuestrados junto a ellas. Todos están siendo usados como armas de guerra, esclavos y suicidas, y son víctimas de un problema que debe ser frenado ya. La amenaza solo puede crecer más.

Está claro que es vital que no pasemos por alto atentados tan violentos y trágicos como el de Nigeria. La comunidad internacional no puede ser ajena a esto. Las víctimas no pueden caer en el olvido. La masacre no puede quedar impune. Recordemos que aunque “Yo soy Charlie” no podemos olvidarnos de las víctimas de Boko Haram.