EE.UU. se molesta por el respaldo de la región a Venezuela

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Estados Unidos no acudirá a la cumbre con el objetivo de sacar a la palestra las tensiones entre Washington y Caracas, sino para abordar intereses comunes

Estados Unidos rechazó este viernes que la crisis que atraviesa con Venezuela opaque la importancia regional de la Cumbre de las Américas que se celebrará la semana próxima en Panamá, y destacó que el encuentro ayudará a avanzar en esta nueva fase de relaciones que la Administración Obama ha abierto con Cuba.

La subsecretaria de Estado estadounidense para Latinoamérica, Roberta Jacobson, explicó hoy en el centro de estudios Brookings que su país no acudirá a la cumbre americana con el objetivo de sacar a la palestra las tensiones crecientes entre Washington y Caracas, sino para aprovechar el foro y abordar intereses comunes.

El incremento del distanciamiento entre los dos países a raíz de la imposición de sanciones contra algunos funcionarios venezolanos por parte de Estados Unidos será inevitablemente uno de los asuntos que sobrevuelen la cumbre, que contará con la presencia del presidente Barack Obama.

No obstante, respecto a Venezuela, Jacobson calificó el respaldo de los países latinoamericanos al país caribeño como un ejercicio de solidaridad basada en la retórica.

“Las palabras son importantes, y el tono con que se dicen esas palabras. El tono que están usando ahora los líderes (latinoamericanos) demoniza a Estados Unidos como si fuera la fuente de los problemas de Venezuela, cuando no lo somos, y esto nos dificulta avanzar de una manera pragmática”, agregó.

Relación de EEUU y Cuba 

Jacobson, que reiteró que la normalización total de las relaciones entre EEUU y Cuba “llevará años”, indicó además que no por esta nueva postura hacia La Habana Estados Unidos va a renunciar a defender los estándares democráticos y de derechos humanos en los que cree.

“No vamos a cambiar nuestros estándares ni nuestra manera de elevar nuestras preocupaciones sobre las violaciones de derechos humanos” en Cuba “por el mero hecho” de haber acabado con una política fallida de embargo para la isla que ha durado más de cincuenta años, añadió.

Asimismo, enfatizó la importancia de que la reunión americana también abra un espacio para que la sociedad civil eleve la voz, un asunto clave también en el marco de la relación con Cuba dadas las reivindicaciones en este sentido de la disidencia de la isla.

La subsecretaria, quien ha liderado los contactos con La Habana y las rondas de negociaciones con las autoridades cubanas desde el anuncio del deshielo, pronosticó además “un notable giro en el lenguaje” de La Habana en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas del próximo otoño ante esta nueva era en el marco geopolítico.