Es cada vez más difícil entender las nominaciones, premios y acciones que realiza la FAO, institución dependiente de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, cuando nombra por ejemplo a la Reina Letizia de España embajadora Especial para la Nutrición. El nombramiento provocó un aluvión de críticas por ser justamente la esposa del rey Felipe VI una persona sobre la que habitualmente caen críticas y cuestionamientos por su extrema delgadez y sus presuntos problemas alimentarios.
La red social Twitter estalló de mensajes irónicos con fuertes críticas a la decisión de la FAO. Uno de ellos dice: “Una princesa anoréxica cómo embajadora para la nutrición. Luego nos dirán que 980.000 niños españoles cuidan su línea”.
La otra fue entregar un premio a Venezuela por sus supuestos logros en la lucha contra el hambre. La noticia podría ser fácilmente interpretada como un chiste porque es conocido que el país caribeño atraviesa hace por lo menos tres años por una severa crisis alimentaria. Andrés Oppenheimer en su columna habitual en el Miami Herald ha dicho que “gran parte del pueblo venezolano no podía con su asombro ante la noticia del premio. Irónicamente, el propio régimen de Maduro reconoce que hay una gran escasez de leche, carne, pollo, café, arroz, aceite, harina y varios otros productos de primera necesidad. Maduro alega que la escasez se debe a una supuesta “guerra económica” de “la oligarquía”.