Slavoj Zizek: Europa quiso humillar a Grecia

0
347
Foto: BBC

Casualidad o no, no deja de llamar la atención que Slavoj Zizek, filósofo marxista, sociólogo, comentarista cultural y mordaz crítico del neoliberalismo, acepte hablar con BBC Mundo mientras se recupera de un problema de salud.

Es que de una enfermedad se trata -según su parecer- lo que está ocurriendo con la Unión Europea (UE) y Grecia.

Una enfermedad que se ha quedado sin cura, advierte desde su ciudad natal Liubliana, la capital de Eslovenia.

El acuerdo alcanzado con la UE para otorgar a Grecia un paquete de ayuda financiera de 86.000 millones de euros a cambio de más austeridad y reformas, el cual fue aprobado en la madrugada de este jueves por el Parlamento en Atenas, es para Zizek un “gran desastre”.

“La verdadera catástrofe no es sólo para Grecia, sino también para Europa en su totalidad”, advierte en diálogo telefónico con BBC Mundo.

Zizek cree que se perdió la oportunidad única de crear una Europa más humana: el frío tecnicismo de la UE terminó doblegando al idealismo ferviente pero de bolsillos vacíos y sin poder de maniobra de los griegos.

Por un lado, una victoria pírrica porque no se resuelve del problema de fondo: el nivel de endeudamiento insostenible de Grecia (como lo reconoció el propio Fondo Monetario Internacional).

Por el otro, una capitulación política desgarradora (“No creo en el acuerdo, pero no había otra opción”, dijo el primer ministro Alexis Tsipras).

Heterodoxo, radical confeso y polémico, Zizek se ha vuelto famoso por cuestionar sin tapujos el status quo político, social y económico, y por sus propuestas para un mundo más progresista.

Sus artículos y libros le han valido numerosos seguidores y reconocimiento internacional.

Aunque tiene críticos como el lingüista y filósofo estadounidense Noam Chosmky -también de izquierda-, quien lo ha tachado de inconsistente y dueño de posturas vacías.

¿Había otro final posible para la “rebelión” de Grecia contra la UE?

BBC Mundo habló con el académico de las universidades de Liubliana, Nueva York y Londres sobre lo que la crisis griega le ha mostrado -o alertado- al resto del mundo.

¿Qué piensa del acuerdo entre Grecia y la UE para el rescate financiero de ese país? ¿Mejora o agrava la situación?

No sólo no resuelve el problema, sino que además lo empeora. Y no se necesita ser un izquierdista para decir esto.

¡Por dios! El representante del capital cruel y racional, el FMI, lo ha reconocido: Europa, no Grecia, vive en una ficción. La deuda griega es totalmente insostenible. Todos saben que los griegos nunca serán capaces de pagar.

Y si este rescate sigue adelante, se darán otros 86.000 millones de euros a Grecia que no irán realmente al país, sino a bancos de Europa occidental.

A nadie le importan los griegos de a pie. A los burócratas europeos no les interesa ayudar a Grecia; lo único que quieren rescatar es a sus propios bancos. Un 90% de ese dinero terminará regresando a Europa occidental.

Insisto: no estoy siendo un idealista de izquierda a la espera de una revolución. Sólo repito lo que ya han dicho muchos capitalistas racionales, como el FMI: este plan está destinado a fracasar.

No veo cómo puede conducir a la resurrección económica de Grecia.

El rescate ha sido impuesto de forma brutal. Es un paso más en la estrategia de largo plazo de “extender y fingir”.

¿Está diciendo, entonces, que no se cura la “enfermedad financiera” sino que se la prolonga?

Grecia de algún modo va a sobrevivir. Pero, ¿imagine lo que puede pasar en tres o cuatro años? El país tendrá una deuda mayor que la actual de 360.000 millones de euros. ¿Y entonces qué?

Este no es un plan para revivir a Grecia, sino un plan para seguir con el menú que los ha llevado a la situación en la que se encuentra ahora.

Está a la vista para todos. A esto me refería con “extender y fingir”: seguir dándoles préstamos a los griegos y fingir que de algún modo la receta va a funcionar y que ellos serán capaces de pagar su deuda.

Yanis Varufakis (el ahora exministro de Finanzas de Grecia) quería evitar exactamente eso: que se prolongue el problema. Pensaba que si se seguía con el mismo planteo, Grecia iba a necesitar cada vez más y más dinero, y que eso no solucionaría nada.

Usted conoce personalmente a Varufakis. ¿Qué le ha dicho?

Él mismo me contó el plan original de Syriza. No era una idea alocada de izquierda, como la quieren hacer parecer: no planteaba acabar con el imperialismo económico europeo ni eliminar completamente la deuda.

Varufakis me dijo que su objetivo era salvar el capitalismo de sus propios excesos, ofrecerles a los griegos un plan que funcionara para ellos y al mismo tiempo poder devolver parte del dinero a Europa occidental.

Pero Europa occidental quiso humillar a Grecia. Está absolutamente claro que el objetivo era darle una lección. Y no sólo a Grecia, sino también a otros países que podrían convertirse en casos similares.

Yo creo, por lo tanto, que la verdadera catástrofe no es sólo para Grecia, sino también para Europa en su totalidad.

Hay quienes dicen que la UE se está vengando por el “No” de Grecia en el referendo del 5 de julio. ¿Qué opina usted?

En el referendo hubo una clara mayoría en contra de las condiciones del rescate europeo. ¿Y cómo trató Bruselas esa consulta, la más alta expresión de la voluntad democrática? La vio como una suerte de perturbación demagógica.

El referendo no fue para expresar el rechazo a la Unión Europea. El “No” de la consulta fue un “No” a la continuación de la estrategia económica que se había impulsado hasta entonces.

Es una paradoja: los griegos votaron contra el rescate en el referendo y luego el Parlamento en Atenas aprobó ese mismo plan que el pueblo rechazó anteriormente.

Esto es un síntoma de la locura a la que ha llegado la situación de Grecia y la Unión Europea.

¿Se equivocaron los griegos en la manera en que negociaron?

Varufakis me dijo que en una ocasión, durante las conversaciones que precedieron el acuerdo, él empezó a hacer preguntas fundamentales sobre el modelo de funcionamiento financiero de Europa.

Me contó que planteó la necesidad de reformular ese modelo y que el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, lo hizo callar y le dijo que no le interesaba hablar de eso, sino de números: cómo iban a pagar, qué privatizarían…

Fue horrible. En una situación tan crítica como la griega, ni se planteó la posibilidad de cambiar el paradigma.

Todo se trató como un problema administrativo más.

Pero, ¿qué hizo mal Grecia?

Mire, no se le puede echar toda la culpa al gobierno de izquierda de Syriza porque está en el gobierno desde enero.

Aún así, ellos reconocieron que las cosas no se hicieron bien en el país durante muchos años, que en Grecia hubo una mezcla de mal manejo de las cuentas y corrupción.

¿Perdió la UE una gran oportunidad de demostrar que puede ser más humana que tecnocrática, como dicen algunos críticos?

No es necesario que lloren por los griegos, que se lamenten por su drama humano. Pero podrían haber aprovechado la crisis griega como una oportunidad para repensar los fundamentos de sus políticas económicas.

Se necesitaba un cambio de paradigma, pero en su lugar optaron por seguir las mismas políticas de siempre.

En la madrugada de este jueves toda la atención estaba puesta en el Parlamento griego en Atenas. Pero ellos en realidad no podían hacer nada, estaban acorralados.

Tuvieron que aceptar el rescate porque sabían que si no lo aceptaban, en dos o tres semanas tendrían una catástrofe humanitaria, escasez de alimentos y medicinas, desorden público… Simplemente no tenían alternativa.

Los griegos sufrirán más. Y encima sin una visión clara y creíble sobre su futuro.

Es una regla básica de la política brutal que hasta Stalin entendía: si haces sufrir a la gente, al menos debes ofrecerle una visión.

Sin embargo, ninguna de estas medidas impuestas a Grecia ofrece la esperanza de un futuro mejor para la economía del país.

¿Ha entregado Grecia su soberanía fiscal y política?

Sí, pero no sólo a Grecia le ha pasado. ¿Quién tiene soberanía hoy a excepción de algunas potencias globales?

¿Piensas que por ejemplo mi país, Eslovenia, un paisito de mierda, tiene alguna soberanía? Ni España, ni otras naciones más grandes.

La era de la soberanía tradicional se ha acabado.

Por eso es muy importante que cuerpos más grandes como el Banco Central Europeo, que realmente tiene poder de decisión sobre políticas económicas, funcionen de una manera más democrática.

¿Cree que Europa se ha vuelto muy alemana, en el sentido de que parece cada vez más inflexible y unilateral?

No soy antialemán. Desde su egoísmo se entiende lo que están haciendo.

Pero creo que en el largo plazo se les va a volver en contra. Todos sabemos que la máquina exportadora alemana sólo funciona si hay países que le pueden comprar.

¿Cree que de esta manera la Unión Europea tiene algún futuro?

Le cuento algo. Hace un año estuve en Seúl, Corea del Sur, para hablar de la crisis del capitalismo y empezaron a reírse de mí.

Y tenían razón. Me dijeron: nosotros en el lejano Oriente no estamos en crisis. Incluso a África subsahariana le está yendo relativamente bien. Y aun con la crisis en Venezuela y otros países, América Latina está progresando.

En algunas partes de Europa, como en Polonia y los Estados bálticos, la situación es buena. Y la economía de Estados Unidos está mejorando.

El único sitio donde la crisis es real es Europa occidental, con algunas excepciones, claro.

La Unión Europea ya no tiene una visión. Esa es, para mí, la verdadera tragedia. Y eso que no soy un apocalíptico.

¿A qué se refiere exactamente?

En la constelación actual, la democracia se encuentra bajo amenaza, no en el sentido de que habrá un golpe de Estado, sino porque se está volviendo un concepto vacío.

Europa respeta ese concepto, pero todo lo resuelve con acuerdos entre los gobiernos y órganos europeos sobre los que la gente no puede votar en general.

Acá lo que está en riesgo es el legado más preciado de Europa: además de democracia, el Estado de bienestar, la solidaridad, los derechos humanos; una Europa unida que se mantenga como un poder global, con una visión única que aporte algo nuevo a la Humanidad.

Estamos jugando con el legado europeo.

El capitalismo de China y otros países emergentes de Asia, que parece estar imponiéndose en el mundo, es más autoritario.

Entonces, la gran pregunta es: ¿qué alternativa puede ofrecer Europa luego de cómo manejó la crisis griega?