De Pablo Escobar a El Chapo Guzmán

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Tres generales retirados que fueron claves en la caída de Pablo Escobar y a los que se considera también artífices de la detención de los hermanos Rodríguez Orejuela, líderes del cartel colombiano de Cali, ambas operaciones a principios de los años noventa, viajaron a México para compartir durante una semana experiencias con las autoridades mexicanas tras la fuga de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, el pasado 11 de julio. Los tres militares retirados que acudieron a estos encuentros fueron Rosso José Serrano, Ismael Trujillo Polanco y Luis Enrique Montenegro. Los tres están ya de regreso en Colombia. Un equipo de agentes en activo sigue supuestamente en México. La policía colombiana no ha querido confirmar este aspecto y se limita a afirmar que la cooperación entre ambos países es continua.

Los tres militares colombianos son personas cercanas y de la máxima confianza del también general retirado Óscar Naranjo. Actualmente enfrascado en la mesa de negociaciones con la guerrilla de las FARCen La Habana, Naranjo está considerado la figura más importante en la historia de la policía colombiana. Sus lazos con México se estrecharon después de que el actual presidente, Enrique Peña Nieto, entonces candidato presidencial, le contratase como asesor externo en materia de seguridad en 2012. Desempeñó el cargo hasta enero de 2014, cuando regresó a Colombia para dedicarse de lleno al proceso de paz.

Corrupción policial

Naranjo puso especial énfasis en hacer olvidar la palabra “guerra”, tan empleada por el expresidente Felipe Calderón, a la hora de hablar de la lucha contra el narcotráfico. Su presencia en México despertó los recelos de la Armada, el cuerpo encargado de recapturar al Chapo Guzmán.

La figura de Naranjo creció, en la primera mitad de los noventa, de la mano de Rosso José Serrano. A él se le atribuye el primer esfuerzo por limpiar la Policía de cualquier atisbo de corrupción, a finales de los ochenta. Para ello apartó a más de 300 oficiales y 2.500 suboficiales por sus vínculos con el narcotráfico. Ejerció como director de Antinarcóticos y estuvo al frente de la Policía colombiana entre 1995 y 2000. Su trabajo se centró, principalmente, en combatir los cárteles de Medellín y Cali. En 1999 fue reconocido por su trabajo como el mejor policía del mundo.

Con el grado de coronel y como director de la Dijín, la policía judicial, cargo que también ocupó Ismael Trujillo, Luis Enrique Montenegro participó activamente en la caída de Pablo Escobar, en diciembre de 1993.

Años después, ya como subdirector de la Policía Nacional bajo el mando del general Serrano, fue uno de los actores cruciales en la caída de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, amos del cartel de Cali, junto al de Medellín el más sanguinario de la historia de Colombia.