Claves para comprender la crisis política en Guatemala

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Guatemala enfrenta una crisis política inédita en su historia reciente, desatada por la vinculación del presidente Otto Pérez y su ex vicepresidenta Roxana Baldetti, en prisión preventiva, con una red que orquestó un fraude multimillonario en las aduanas.

La estructura, conocida como “La Línea”, fue revelada el pasado 16 de abril por la Fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), un ente adscrito a la ONU, y provocó protestas masivas de indignación en las que se exige la renuncia de Pérez.

Las siguientes son las principales claves para conocer la crisis que acosa al presidente guatemalteco.

— ¿Cómo se destapó el escándalo de corrupción y a cuántas personas involucra?

El fraude se destapó tras un año de investigación luego de registrarse indicios de contrabando de importadores y tramitadores aduaneros en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), el ente recaudador de impuestos.

Hasta el momento han sido detenidas unas 30 personas, incluidos altos funcionarios de la SAT, además de Baldetti, sospechosa de beneficiarse de los sobornos y consentir la operación dirigida por su exsecretario privado, Juan Carlos Monzón, actualmente prófugo.

— ¿Cómo funcionaba la red de corrupción?

Los peritajes, que incluyen miles de escuchas telefónicas y pruebas documentales, determinaron que los intermediarios facilitaban a los importadores un número de teléfono conocido como “La Línea”, que servía para enlazar con una estructura de funcionarios de las aduanas que permitían la evasión de impuestos mediante el cobro de sobornos.

La investigación determinó que la red alteraba documentos de importación y promovía la remoción de empleados para operar sin obstáculos.

— ¿Cuál era el papel, según la Fiscalía, del presidente y la ex vicepresidenta en la estructura criminal?

Según la denuncia en su contra, Pérez y Baldetti daban las órdenes para poner a personas que les permitieran tener el control total de la SAT, beneficiándose de los sobornos.

En las escuchas telefónicas se hacen alusiones a personajes como el “1 y la 2”, el “mero mero” (jefe máximo), la “mera mera” (jefa máxima) y “el dueño de la finca”, que según la fiscalía hacen referencia al gobernante y a la entonces vicepresidenta.

— ¿Cuál es la relación entre Pérez y Baldetti?

Ambos se conocieron cuando Pérez era jefe de inteligencia militar y ella subsecretaria de Relaciones Públicas durante la presidencia de Jorge Serrano (1991-1993), quien está exiliado en Panamá luego de gestar un autogolpe de Estado bajo acusaciones de corrupción.

Baldetti y Pérez fundaron en 2002 el ahora gobernante Partido Patriota (PP, derecha), agrupación en la que iniciaron sus respectivas carreras políticas y llegaron al Congreso para las legislaturas 2004-2008 y 2008-2012.

— ¿Qué proceso enfrenta ahora el presidente?

El Congreso guatemalteco comenzó a conocer este jueves el pedido de la fiscalía para levantar su inmunidad, luego de que el martes la Corte Suprema Justicia autorizara a evaluar si existen indicios para ello.

Una comisión de cinco diputados fue electa al azar para redactar un informe sobre el caso. Para levantar los fueros se necesita el apoyo de 105 de los 158 diputados.

La eventual supresión de inmunidad del presidente no implica la renuncia, sino que deberá enfrentar a la justicia como cualquier ciudadano común.

— ¿Quiénes protestan contra el presidente?

El repudio contra Pérez es prácticamente generalizado. Académicos, universitarios, activistas de derechos humanos, organizaciones indígenas, iglesias, campesinos y los empresarios piden la renuncia.

— ¿Cuáles pueden ser las consecuencias del escándalo y las protestas en las elecciones generales del 6 de septiembre?

Tras el fraude en las aduanas, sumado a otros actos de corrupción, algunos movimientos sociales piden reformas a las leyes para combatir la corrupción, entre ellas cambios a la legislación referente a los partidos políticos.

Una de las propuestas es prohibir la reelección a los cargos de diputados y alcaldes.

La corrupción aumentó la desconfianza de la población en la ya desgastada clase política y algunos sectores han llamado a aplazar las elecciones hasta que se promuevan cambios profundos al sistema.