Evo Morales inicia la carrera para una nueva reelección

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El partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), las organizaciones sociales que le son afines y el propio Evo Morales, se han lanzado a una campaña para cambiar la Constitución y autorizar la reelección indefinida de este, que el año pasado fue designado presidente boliviano por tercera y, se suponía, última vez. El próximo año el Gobierno convocará un referendo constitucional para que los bolivianos decidan si puede haber una nueva reelección. Morales es, con nueve años, el presidente latinoamericano que lleva más tiempo en el poder.

“Si todo está bien, Evo está bien”, aseguró el lunes el mandatario a sus seguidores, en alusión a la situacióneconómica de Bolivia, todavía boyante, aunque amenazada por la caída del precio del gas, de cuyas exportaciones a Brasil y Argentina vive el país. El gobierno niega que la crisis de las economías productoras de materias primas vaya a afectarles, pese a la disminución en un 30% del valor de las exportaciones y la tendencia, por primera vez decreciente, de las reservas de dólares, que gracias a la bonanza de 10 años llegaron a ser muy importantes (casi 50% del PIB). Morales necesita ganar el referendo constitucional que se convocará el primer semestre del próximo año, y ha decidido hacerlo con este concepto, justamente: “Si todo está bien, Evo está bien”.

En concordancia, el Gobierno está prometiendo inversiones como si no se pronosticara un déficit fiscal de entre el 3 y el 7% para este y el próximo año: Morales aseguró ayer que hasta 2017 construirá más de 40 hospitales, por 1.600 millones de dólares. Y la inversión pública de este año será un récord histórico: 7.000 millones de dólares, más del 23% del PIB.

Algunos economistas locales han señalado que aumentando el gasto público y los salarios y estimulando la construcción civil para contrarrestar la crisis, el Gobierno se arriesga a crear una “burbuja” de infraestructura poco eficiente e importaciones y actividades no productivas. Esto incrementaría la necesidad de usar unos capitales que en el futuro serán cada vez más difíciles de obtener, dada la tendencia de los inversionistas internacionales a retornar a los países desarrollados. Por eso la oposición sugiere políticas de austeridad, las cuales, sin embargo, aparecen muy lejanas en este tiempo, que otra vez será electoral. “El Gobierno quiere electoralizar la coyuntura para distraer a la población de la crisis que se avecina”, aseguró el líder opositor Samuel Doria Medina. A lo que el expresidente conservador Jorge Quiroga añadió: “Temen lo que pasará cuando su padrino Maduro pierda las elecciones parlamentarias en Venezuela”.

Las encuestas difieren sobre cuál es la posición de la población sobre la reelección indefinida, aunque la mayoría de los estudios considera que existe un fuerte rechazo popular a la misma. Aparentemente, para curarse en salud, un sector del oficialismo quiere que el “sí” a la reelección sea también “sí” a la reforma constitucional de la justicia, que todos los bolivianos desean ver concretada.

Más allá de 2019

La anunciada reforma consistirá es un cambio en la forma de elegir a los magistrados, que últimamente se ha realizado por voto popular, un método en el que insistió el MAS pero que terminó siendo un fracaso. Una votación “mezclada” sobre la reelección y otros cambios constitucionales en el referendo fue anticipadamente calificada por la oposición como “una trampa”.

Morales justificó su nueva posición, que contradice su promesa de retirarse en 2019, señalando que “la alternancia es un cambio de modelo” y un retorno al pasado neoliberal. La reelección indefinida se planea también para el vicepresidente Álvaro Garcia Linera, aunque en esto el MAS no es unánime. Los encargados de promover la reforma constitucional son los denominados movimientos sociales, uno de cuyos altos dirigentes, Hilarión Mamani, se preguntó socarronamente sobre la duración del mandato de Evo: “¿Por qué no eterno?”.

Más del 60% de los votos

Evo Morales se hizo conocido en la política boliviana por su defensa de los cocales (cosechas de coca) de la región del Chapare, en los años noventa. A comienzos de este siglo, Morales fundó el Movimiento al Socialismo y se convirtió en diputado. La caída del sistema neoliberal y la movilización popular de 2003-2005 lo llevaron al poder, tras la promesa de un estatismo remozado, dirigido por los indígenas. En 2005 obtuvo el 57% de los votos. Reelegido en 2009 y 2014, en contra de la costumbre boliviana, superó en ambas ocasiones el 60% de la votación.