La cultura vive un momento que da para soñar en grande

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Marko Machicao, ministro de Culturas y Turismo es parte de la nueva generación de funcionarios del Estado Plurinacional de Bolivia. Con gran capacidad y predisposición para encarar los grandes retos de la cultura en los tiempos del Estado Plurinacional acierta varios puntos que delinean su tarea al frente de un conglomerado de manifestaciones que parecería se le escapan de las manos a cualquiera. Le anteceden años de trabajo en el viceministerio de Turismo que depende de esa cartera de Estado. Ese rasgo compromete afinidades de trabajo en el esfuerzo de contribuir en uno de los hitos que marca el proceso de cambio. El despertar de Bolivia en el mundo, su identidad,  diversidad, los rasgos de su gente, el valor de su arte material y el intangible la elevan a un rango de interés global.

Marko Machicao cree que la revolución cultural aun no ha llegado pero que el país está a corta distancia de lograr sus objetivos que materializarán los argumentos para consolidar el paso trascendental en este esfuerzo conjunto.

¿Cómo encarar una gestión en un Gobierno que ha apostado mucho por la cultura?

El ministerio adquiere relevancia porque es el impulsor de la revolución cultural y materializar no solo en el entendimiento de la interculturalidad, el conocimiento de las diferentes naciones y los grupos que vivimos en el país, sino también en la recuperación de la identidad; nuestras raíces culturales, la simbiosis con los tiempos modernos que determinan cómo movernos.

Una explicación en varias direcciones que asume muchos retos.

Se trata de un ministerio relativamente nuevo, son seis años de trabajo, un ministerio que sigue en proceso de maduración en el entendido que hay desafíos muy importantes, trabajos muy grandes por concretar y eso determina que sea interesante, pero que al mismo tiempo debe incorporar elementos de análisis autocríticos para avanzar.

Cuéntenos lo positivo desde la creación de este ministerio.

Creo que en términos culturales y dentro de los aspectos positivos en los últimos tres años es haber logrado congeniar  con los artistas, apoyar la creación, generando y abriendo espacios que bien podrían entenderse como aliados del Gobierno para implementar proyectos y acciones relacionadas al ámbito cultural. Sin embargo, en términos autocríticos, no se ha desarrollado una estrategia de manera planificada, organizada y con objetivos de mediano y corto plazo. Creo que ese es el reto de esta gestión; lograr que este mundo tan disperso que tiene muchas redes logre coincidencias y objetivos comunes y articulados.

Es un sector estratégico

En la medida que podamos definir qué es lo estratégico, cuantificar el impacto, lugares, gestores , a los artistas que tenemos en todos los ámbitos; es crítico que no tenemos este tipo de información que no se la trabajado desde el Estado, mucho menos desde el sector privado y es algo que es fundamental si queremos ver un norte a mediano plazo.

Es la lógica que resume tu gestión

Yo en particular como ministro de Culturas estoy comenzando a conocer el sector. Era hasta hace poco parte de un subsector que es el turismo pero no así con las letras, las artes, teatro, música y en fin; a todos estos sectores hay que conocer  e involucrar tejiendo estrategias con las redes que se han formado y lograr un plan.

Cuáles son los objetivos inmediatos

Hay la necesidad  de estructurar la Ley de Culturas que permita cierta lógica de acciones y funcionamiento. Esa ley sin embargo no puede quedarse simplemente en el discurso, tiene que ser una ley técnicamente pragmática y aplicable. Hay ciertos parámetros que deberá contener este trabajo que son elementales para generar un Plan Nacional de Culturas que permita cuantificar una lógica de resultados. Esto es prioritario. Nos hemos estado reuniendo con los diferentes actores del ámbito cultural y coincidimos en este aspecto.

El reto es hacerlos sustentables en el tiempo sin la presencia del Estado o mismo de la empresa privada

Debemos lograr una serie de sinergias que hagan que se puedan mover solos. Así las cosas el objetivo de trabajo es consolidar una ley con una estructura lógica de acción que lleven a un fin último que permita la auto-sostenibilidad para el artista y para todos los actores de este medio.

El tema patrimonial es otra de sus preocupaciones

Claro, porque  tiene que ver con la riqueza histórica que tiene el país. El sector patrimonial  desde el material hasta el inmaterial debería tener una prioridad mayor; creo que en este sentido se ha descuidado la gestión sobre  el impulso, rescate y su revalorización. Es otro de los temas que nos compromete por el que nos sentamos con diferentes instituciones que conocen y trabajan en el tema de nuestro patrimonio inmaterial, llámese folklore e identidades con las que queremos lograr una participación más intensa de Bolivia en exterior, interior y entendernos. En lo que se refiere al patrimonio material tenemos que trabajar en la revalorización de los sitios  arqueológicos, en los sitios con vestigios antropológicos; hay proyectos en los que estamos gestionando recursos para  recuperar Tiwanaku, Incachaca, Samaipata, Mojos como algunos ejemplos donde a poner prioridad para comprender con cabalidad de dónde venimos los bolivianos pero también para que los proyectos generen beneficios sociales.

Crees que Bolivia ha reflotado su cultura como un reflejo del cambio

Uno de los hitos importantes que se ha dado en la gestión pasada ha sido la recuperación de la Illa del Ekeko, patrimonio nacional, histórico, cultural que no es simplemente una pieza arqueológica sino un parámetro de ritualidad, de la cosmovisión e identidad que ha sido recuperado de un Museo de Suiza. Creo que este empeño requiere mayor fortaleza, recuperar una pieza es una cosa recuperar cientos es distinto. Cada una de estas estrategias tiene la misma visión: reforzar la identidad y la promoción de Bolivia en el exterior en un impulso mayor, articulado y coordinado con los gestores.

Qué está haciendo Bolivia en la recuperación de nuestro patrimonio

Estamos apuntando a algo más universal tratando de que a partir de la Unesco se apliquen ciertas reformas al entendimiento del patrimonio a nivel internacional. Tenemos el apoyo de varios países comprometidos en la misma lógica, habló de Grecia, Italia, México, Perú, Bolivia, Honduras porque cada uno de estos países hemos sufrido de alguna manera de la salida de nuestro patrimonio. Queremos lograr que se comprenda que el patrimonio inmaterial no puede perder en el tiempo su visión de origen porque trasciende a nivel universal porque no solo se trata de un bien por si mismo sino por su uso en una nación que permite darle un valor físico, no estamos pensando únicamente en su valor monetario sino que detrás de esas piezas se esconde una identidad, costumbre y familiarización con los grupos de origen que tiene que ser incorporado en ese entendimiento y de su aprovechamiento.

Hay disposición y ánimo de entendimiento con quienes poseen objetos de nuestra cultura

El tema se está comenzando a verse de la misma manera en el exterior, es un reto, el de sintonizar. Hay ejemplos exitosos como el de la Illa del Ekeko, una negociación del Estado directamente con el Museo de Suiza; cuadros coloniales que se recuperan de Centro América. Esto es posible gracias al espíritu de diálogo, de sentarse con las personas y tratar de recuperarlos por su importancia de la identidad nacional, aunque el tema no es sencillo. Hay museos que poseen hasta 50.000 piezas de nuestro patrimonio que posiblemente no todas tienen la misma envergadura pero hay que ver cómo se las puede ir recuperando para la creación de la identidad del Estado Nación que estamos construyendo en Bolivia.

Otro de los desafíos será aplicar la modernidad en nuestros centros arqueólogos

En esto tenemos que ser muy abiertos a la cooperación muy enfáticos a lograr recursos para hacerlo logrando sinergias importantes que hay en el mundo.

Crees que las manifestaciones culturales han comenzado a moverse como en ningún periodo anterior camino a una revolución cultural

Particularmente no sé si hemos llegado a una revolución cultural, pero se ha conseguido generar la curiosidad de los bolivianos hacía sí mismos. Creo que vamos en esa tendencia y que la revolución esta cerca de estallar, golpear, lograr el choque, lo vemos en la literatura. Hay una producción nacional importantísima con nuevos actores y gestores que se ha comenzado a dar por una lógica de motivación, se han creado los premios Eduardo Abaroa, los premios nacionales de poesía, de literatura desde el Gobierno central pero además de diversos premios de los gobiernos departamentales y locales para incentivar la producción de las artes. Se ha llegado a un punto en el que la gente está queriendo entender vernos reflejados en el espejo. Este proceso es parte de una mecánica que nos compromete a todos. Creo que es a lo que hay que apuntar: unir a los actores, esta es una de las tareas que tenemos como Gobierno ver que queremos, no podemos solo caminar o solo correr, tenemos que buscar caminar o correr hacía algo, cuando definamos a donde llegar habremos logrado la revolución cultural.

Existe esa disposición

Sin lugar a dudas, en todos los ambientes en los que hemos podido interactuar hay una apropiación de este mensaje: o nos ponemos todos a trabajar para unirnos buscando un norte o vamos a seguir en lo mismo. Siempre van a existir disidencias y dificultades para llegar a encontrar el norte común pero el hecho de que haya una disposición común para ver ese horizonte se está dando. Esperemos que termine bien y pronto.

En qué área se aplicaría con mayor fuerza o desde que área  se fomentaría este esfuerzo

En el cine, el audiovisual está creciendo de manera impresionante, la producción de los jóvenes da lugar a soñar muy en grande. Probablemente los recursos todavía son escasos y disperso, pero hay que ordenarlo para darle una lógica. Ser está trabajando una Comisión Boliviana del Cine para  promover a productores, camarógrafos y actores. Durante este tiempo grande productores internacionales han llegado a filmar a Bolivia, por eso creo que debemos visualizar el impacto que está generando Bolivia hacía el mundo que deben materializarse con un orden en términos de presentación del producto cultural y turístico que tiene Bolivia para ofrecer.  El mundo ha puesto su mirada en Bolivia y es un momento que sin duda debemos aprovechar.