Un turbulento inicio de año para México

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A seis días de iniciado año, México no tiene mucho para estar contento.

El aumento de precios de la gasolina esta semana, conocido como megagasolinazo, desató manifestaciones en todo el país que, en algunos casos, llegaron a saqueos. Parece que la retórica proteccionista del presidente electo Donald Trump surtió efectos y la amenaza para México se hizo evidente cuando Ford anunció que cancelaría una inversión de 1,6 mil millones de dólares en el país. El peso mexicano ha llegado a su nivel histórico más bajo.

Este nuevo caos promete hacer que este año sea aún más difícil para el presidente Enrique Peña Nieto, quien tiene niveles de aprobación de menos del 25 por ciento.

Peña Nieto regresó el miércoles de sus vacaciones e hizo un llamado a la unidad. Unas horas después, las redes sociales se inundaron de imágenes de personas saqueando pantallas de televisión en supermercados y golosinas de camiones repartidores tomados.

Las protestas siguieron el jueves con manifestantes que bloquearon carreteras y gasolineras. También hubo algunos saqueos y, para el fin de semana, se planean manifestaciones para exigir que se dé marcha atrás al aumento del precio de la gasolina.

La explicación de Peña Nieto de que el aumento de casi el 20 por ciento del precio de la gasolina era necesario para mantener la estabilidad económica no hizo nada para calmar el malestar.

Aumentar los precios de la gasolina, incluso “en momentos buenos, es una decisión problemática”, dijo el analista político Vidal Romero, del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). “Este es un pésimo momento.”

La incertidumbre aumenta mientras el gobierno mexicano espera a ver hasta dónde llegarán las promesas de Trump de terminar con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y hacer que los trabajos de manufactura regresen a Estados Unidos, deportar a los migrantes mexicanos y construir un muro en la frontera.

El martes, Ford anunció que cancelaba su inversión para montar un modelo de auto pequeño en una planta en San Luis Potosí. Aunque la caída de las ventas de los autos pequeños ha tenido que ver más con la decisión de Ford que con la presión constante de los tuits de Trump, el presidente electo prometió que la decisión de la compañía automotriz “era solo el principio”.

Trump siguió con los ataques contra GM por armar el Chevrolet Cruze en México y el jueves le prometió un “gran impuesto fronterizo” a los vehículos de Toyota que se ensamblen en México.

Como respuesta al anuncio de Ford, el peso se hundió y esta semana llegó a un mínimo histórico, con lo que obligó al banco central de México a intervenir. El respiro duró poco luego de que Trump apuntara contra Toyota.

Para el gobierno mexicano ha sido difícil responder al ascenso de Trump. En agosto incluso invitó al entonces candidato a México, quien estuvo en una visita corta y provocó furia en todo el espectro político.

Luis Videgaray, quien entonces era el secretario de Hacienda y la mente detrás de la visita, fue obligado a renunciar. Pero el miércoles el presidente Peña Nieto lo resucitó y lo nombró canciller con la esperanza de que las relaciones con la administración de Trump se suavicen.

En una ceremonia breve para anunciar el regreso de Videgaray, Peña Nieto, como si fuera una ocurrencia tardía, habló acerca del enojo por el aumento del precio de la gasolina.

“Esta medida que, repito, no ha sido fácil tomarla”, dijo Peña Nieto. “Pero es en el sentido de responsabilidad para cuidar la estabilidad de nuestra economía”.

Un día después, en un mensaje en cadena nacional, Peña Nieto explicó que la razón por la que el gobierno aumentaba el precio de la gasolina era porque “en todo el mundo el precio del petróleo aumentó en 60 por ciento” y mantener el “precio artificial de la gasolina” solo provocaría que subieran los impuestos y se cancelaran programas sociales.

“¿Qué hubieran hecho ustedes?”, preguntó el presidente de México.

Sin embargo, hablar de austeridad económica no es bien recibido por los mexicanos, molestos por los escándalos políticos que involucran a políticos que se han robado miles de millones de dólares.

“Es un gobierno con un récord terrible de corrupción”, dijo Vidal. “El Estado, a nivel federal… todo huele a corrupción”.

El incremento en el precio de la gasolina se aprobó en el congreso a finales del año pasado, como parte de un presupuesto conservador diseñado para proteger a México de la incertidumbre ante la llegada a la presidencia de Trump.

Bajo una reforma energética profunda, el gobierno planea dejar de subsidiar la gasolina y permitir que los precios se ajusten con el mercado para finales de este año. Uno de los puntos más atractivos de la reforma de hace tres años era que los precios bajarían.

“Lo increíble es que el gobierno no esperaba esta reacción”, dijo Ignacio Marván, analista político del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), en la Ciudad de México.

Los conductores de camiones y taxis han bloqueado las carreteras desde el domingo. Hubo algunos saqueos que aumentaron el miércoles con 250 tiendas asaltadas. En particular, la clase trabajadora que vive en el Estado de México, en la zona conurbada de Ciudad de México, fue afectada por los saqueos y 430 personas fueron arrestadas.

En Ciudad de México un policía murió al intentar evitar un asalto a una gasolinera.

“No se mide el malestar de la gente”, dijo Graco Ramírez, el gobernador del estado de Morelos e integrante de la oposición en el Partido de la Revolución Democrática. “Va a ser más caro el huevo, la carne, todo, la tortilla”.

“Falta esa imaginación política”.