1,2 millones de bolivianos radican en Argentina y aportan al PIB

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Un promedio de 1,2 millones de bolivianos radican en territorio argentino y aportan al Producto Interno Bruto (PIB) del vecino país, asimismo, existe un total de 273 personas registradas en centros penitenciarios, informó ayer el canciller Fernando Huanacuni.

Con la esperanza de encontrar una vida mejor, sabiendo que podrían fracasar en el intento, muchos bolivianos se alejan de sus hogares y del país para vivir en el extranjero, pero también tienen que atenerse a normas exteriores, sin tener la garantía de si sus derechos serán respetados o si retornarán al encuentro con quienes más quieren.

EN ARGENTINA

De acuerdo con la información proporcionada por el Ministro de Relaciones Exteriores, un promedio de 1,2 millones de bolivianos viven en Argentina y destacan por su trabajo en textilería.

“La mayoría se ocupa, principalmente, en el área textil, después la verdulería son copados los bolivianos, otro rubro es la construcción (…). La característica de los bolivianos en Argentina, como todos sabemos, es su trabajo destacado por su empeño, por su entrega. El boliviano ha sido parte también del producto interno bruto en Argentina”, declaró en entrevista con el canal estatal.

DETENIDOS

En ese marco, la autoridad señaló asimismo que existe el registro de 273 bolivianos en centros penitenciarios del vecino país, cifra mínima que no justifica la estigmatización que realizó la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, quien insinuó que tanto bolivianos, paraguayos y peruanos, que viven en aquel territorio estarían ligados al narcotráfico y la delincuencia.

“Existen 273 con nacionales en centros penitenciarios, lo cual representa el 0,02% del total de la población (boliviana) (…). Entonces no refleja lo que dice la ministra Bullrich, declaraciones desacertadas de que paraguayos, bolivianos y peruanos son parte de la migración y que traen la criminalidad a su país (…). Estos datos muestran una realidad diferente”, añadió el diplomático.

CENSO

Según datos del Censo de Población y Vivienda del 2012 del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 62 por ciento de los emigrantes bolivianos vive principalmente en Argentina y en segundo lugar, en España. Los departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz registraron el mayor número de emigrantes con 27,5 por ciento, 23,2 por ciento y 22,7 por ciento, respectivamente.

MUNDO

La migración es un tema que durante el paso de los años va en crecimiento, según Naciones Unidas, a nivel mundial existen alrededor de 232 millones de personas buscan en otros países, distintos al suyo, nuevas oportunidades para mejorar su vida y desarrollar sus conocimientos. Alrededor de la mitad de ese colectivo son mujeres.

PRODUCTO DE DESIGUALDADES

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) señala que la migración es producto de las desigualdades entre los países y mientras continúe aquella situación, los procesos migratorios seguirán.

Unfpa indica que, pese a todo, es posible tomar acciones efectivas para que las personas que emigran puedan establecerse en un marco de derechos humanos, aportando al desarrollo de sus países de destino, sin discriminación y con acceso a las mismas oportunidades que la población nacional.

“Para ello, los Estados nacionales deben priorizar acciones como estrategias y campañas de comunicación, en aeropuertos, terminales, puntos fronterizos y principales ciudades de destino de emigrantes. El énfasis de los mensajes debe apuntar al conocimiento de derechos en condición de migrante, e información de referencia”, indica en un comunicado.

Según la Unesco, los migrantes se desplazan no sólo para ayudarse a sí mismos sino también para ayudar a sus familias; enviando dinero a su país permiten a sus familiares llevar una vida mejor. Los países de emigración están interesados también en estas remesas, las cuales juegan un rol fundamental en sus economías.

RACISMO Y XENOFOBIA

Las declaraciones de la Ministra de Justicia de Argentina causaron indignación en los bolivianos y las autoridades tildaron de xenófobas el hecho de insinuar que los compatriotas estén ligados al narcotráfico y delincuencia de aquel país.

Las aseveraciones de Bullrich no fueron respaldadas por el embajador de Argentina en Bolivia, Normando Álvarez, quien señaló que no se debe hacer generalizaciones.

El canciller Huanacuni lamentó que aún las y los migrantes bolivianos continúen siendo afectados con el racismo y la xenofobia por parte de algunas autoridades.

“Para nadie es extraño que el racimo y la xenofobia existe, es una realidad que los bolivianos vivimos en diferentes partes, pero que las autoridades se manifiesten si es una preocupación”, señaló Huanacuni.

De ese modo, el diplomático confirmó que ayer ya se dirigió una comisión boliviana hasta Argentina donde buscarán reunirse con los compatriotas para escuchar de voz propia la situación en la que se encuentran, tras la aprobación de la nueva norma migratoria de aquel país.

También buscarán reunirse con la ministra Bullrich, para conocer los alcances de la nueva Ley de Migraciones de Argentina, que endureció los controles migratorios.

La comisión boliviana está integrada por el presidente de la Cámara de Senadores, Alberto Gonzales; el ministro de Desarrollo Rural, César Cocarico, y el viceministro de Comercio Exterior, Clarems Endara.

DERECHOS

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (por sus siglas en inglés, Unesco) hace referencia a la “Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Migrantes” que entró en vigor desde el 1 de julio de 2003 donde se establece la garantía del trato igualitario y mismas condiciones laborales para los migrantes.

Es decir los migrantes tienen derecho a tener condiciones de vida y no ser sometidos a trabajos inhumanas, abuso físico y sexual y trato degradante.

La Convención también sostiene que los migrantes deben tener derecho a mantener contacto con su país de origen, lo que implica: asegurar que los migrantes puedan regresar a su país de origen si así lo desean, permitirles efectuar visitas ocasionales e incitarlos a mantener lazos culturales.

La libertad de pensamiento, expresión y religión también deben ser garantizados, entre otros.