La pobreza creció en 1,5 millones de personas desde que llegó Mauricio Macri
Mauricio Macri insiste en cada discurso en que él será juzgado por su capacidad de reducir la pobreza en Argentina. Al presidente argentino le quedan dos años y medio para tener una evaluación definitiva, pero los primeros datos de su Gobierno en este apartado clave son muy negativos. La Universidad Católica Argentina, una institución cercana al Papa Francisco que lleva años realizando un respetado estudio de la pobreza, concluye que durante los nueve primeros meses del Gobierno de Macri (diciembre de 2015 -septiembre 2016) se crearon 1,5 millones de pobres nuevos y 600.000 indigentes más, sobre todo por la inflación y la recesión. En Argentina, según la UCA, en unos datos que coinciden con los oficiales que reconoce el Gobierno, hay 13 millones de pobres. La pobreza pasó de 29% a fines de 2015 al 32,9% en el tercer trimestre de 2016 y la indigencia se fue del 5,4% al 6,9%.
Agustín Salvia, responsable del Observatorio de la Deuda Social Argentina, el organismo de la UCA que mide la pobreza, entre otras cuestiones, asegura que el gran problema que está provocando un fuerte aumento de la miseria en el país austral es la inflación que en 2016 llegó al 40%, una cifra que no se alcanzaba desde 2002, el año de la peor crisis reciente de un país acostumbrado a hundirse y levantarse constantemente. Ya en abril, la UCA había pronosticado 1,4 millones de pobres nuevos desde el cambio de Gobierno, pero finalmente esa previsión se ajustó con datos más consolidados y ha llegado hasta 1,5 millones. El Ejecutivo insiste en que la segunda parte del año fue mejor y confía en que la recuperación llegue en 2017 y empiece a bajar la pobreza. La inflación se está reduciendo pero la mayoría de los expertos creen que este año superará el 20%, una cifra que multiplica por 5 o más la de los países vecinos. En febrero se ha vuelto a disparar al 2,5% mensual, según los datos oficiales.
El Gobierno de Macri insiste en que ellos no han reducido las ayudas sociales, como pensaban sus rivales, y están haciendo esfuerzos para paliar las consecuencias de la pobreza en un país que un día fue muy rico y en el que este es un fenómeno relativamente reciente, que empezó de forma masiva en los 80, siguió en los 90, explotó después de 2001, cuando llegó a superar el 50%, y se ha mantenido con cifras muy altas incluso en la llamada “década ganada” de los primeros años del kircherismo. El problema principal, explica Salvia, no es que se estén reduciendo las ayudas sociales, sino que la inflación destroza la capacidad adquisitiva de los más pobres, que suelen tener una economía en negro y no tienen capacidad para negociar subidas salariales que compensen esa inflación.
A eso se le suma la combinación fatal que se ha agudizado en los primeros meses del Gobierno de Macri, aunque ya empezó en los últimos de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner: inflación con recesión. Esta realidad -suben los precios mientras la actividad económica se desploma- que escapa a la lógica económica pero es muy frecuente en Argentina, ha provocado que los más pobres pierdan muchos trabajos informales -las llamadas changas- ante el parón de la actividad, y eso combinado con la subida de los alimentos, del combustible, de la energía, del transporte, les lleva a caer en la pobreza o indigencia. “El aumento de la indigencia no se debe a que no hubo programas sociales sino que los más pobres fueron perdiendo changas o que las changas fueron más bajas y perdieron ingresos”, explicó Salvia.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, los mayores no han sido los más vulnerables en esta crisis de pobreza, que empeoró en 2016 pero ya venía acentuándose en 2015, a pesar de que el Gobierno kirchnerista negaba que la pobreza hubiera aumentado y dejó de publicar cifras oficiales. Las pensiones, que tienen una actualización automática y se mejoraron mucho durante los años del kirchnerismo, han evitado que más ancianos cayeran en la pobreza. Sin embargo, los jóvenes y los niños, sin ese colchón, han sido los más afectados por la crisis y la inflación. “Los mayores son el segmento menos vulnerable en materia de indigencia frente a los más jóvenes o la infancia. Donde menos crece la pobreza es entre los mayores de los 60 años”, explicó Salvia.
En realidad, el experto cree que, pese a la evidencia de que en 2015 y 2016 las cosas han empeorado gravemente, y especialmente en estos primeros meses de Macri en los que la inflación se descontroló por completo, el asunto es más de fondo y viene de una constante en los últimos años. “Incluso en periodos como la llamada década ganada (2003-2013) mantenemos un piso del 4% de indigencia”, asegura. Argentina está así muy lejos de resolver su principal problema. Y el objetivo de “pobreza cero” que utilizó Macri como eje de su campaña electoral se alejó mucho en los primeros meses de su Gobierno.