Caso Eurochronos:Un sujeto de gorra llegó a matarme, no a ayudarme
En un acta de entrevista que consta en el cuadernillo de investigaciones del Ministerio Público, dentro del caso del asalto a la joyería Eurochronos el 13 de julio, un funcionario de la mencionada empresa revela que un sujeto de gorra, en vez de prestarle auxilio al verlo herido, intentó rematarlo disparándole en el abdomen, pese a gritarle que era un rehén trabajador de la importadora.
La declaración de la víctima, una de las ocho personas heridas en la cruenta balacera que causó cinco muertos en la empresa, ubicada en la esquina de las avenidas Irala y Velarde, está inserta, escrita a mano, en cinco planas y media en el expediente con más de 200 hojas que maneja la Fiscalía.
El hombre fue interrogado cuatro días después del hecho (17 de julio) en la clínica Foianiani, donde recibió atención a raíz de las lesiones sufridas: trauma penetrante de tórax y abdomen.
El afectado fue dado de alta hace algunos días al igual que otros empleados de Eurochronos que soportaron heridas de bala en el tiroteo.
Parte de la declaración
En un segmento de su testimonio, el empleado dice: “Ellos (los delincuentes) decían ¡alto el fuego… tenemos rehenes… no disparen! En eso veo caer a Lorena con un disparo y veo caer a más de una persona que estaban siendo usadas como rehenes… a la voz de mando de un individuo hubo un fuerte intercambio de disparos… muchos tiros llegaban al asaltante que estaba cerca mío. Me preguntó si yo estaba bien a pesar de que yo tenía tres impactos de bala.
El asaltante dijo que tenía derecho al perdón y me pidió perdón, tomando su pistola 9 mm que tenía en el cinturón la acercó a su boca y se disparó, con salida por la cabeza… el fuego cesó unos segundos… en ese momento vi un hombre fuertemente armado. Temí mucho por mi vida; grité, soy el…. (dio su nombre y su cargo), necesito ayuda y este, maldiciendo, realizaba disparos contra los caídos; él llegó de una gorra negra y me disparó en el estómago…”.
Sin embargo, la versión del suicidio del asaltante fue puesta en duda por un forense, que estuvo en las autopsias, que afirmó que ningún cadáver tenía un disparo en la cabeza.
En la primera parte de su declaración termina diciendo: “Gracias a Dios, los médicos lograron salvarme la vida. Eso es todo lo que puedo decir”. Y la persona transcriptora colocó la fecha SC, 17-julio-17, Hrs 17:40. Empero, hay un añadido que dice: ‘agrega más’, en el que el declarante continúa: “Quiero recalcar que de los disparos que recibí, solo uno fue de parte de los asaltantes, adentro, cuando terminaban de cargar sus alforjas. Comenzó la balacera de afuera y ellos (los atracadores) molestos, pensando que alguien había activado la alarma, le dispararon (al parecer al policía custodio del lugar) y se lo llevaron de rehén. Luego, uno me llevó como rehén: salimos y yo levantaba las manos diciendo ¡Soy rehén… no disparen! Recibí varios impactos de bala de la zona del Banco Mercantil, de enfrente de la tienda, donde estaban los grupos armados. El que estaba de careta entró con el botín a refugiarse de los disparos…”.
En la parte final, esta persona señala: “Quiero pedir garantías para mí y mi familia, necesito las garantías constitucionales al haberme sentido ejecutado y no ayudado. Necesito que se averigüe la persona de gorra que a sangre fría vino a eliminarme y no a prestarme ayuda; necesito justicia…”.
Pidieron reserva del caso
EL DEBER intentó conocer las versiones de las autoridades relacionadas con el caso, como la Policía, el Ministerio de Gobierno y la Fiscalía. De las primeras dos no se obtuvo nada, sí del fiscal departamental Freddy Larrea, quien, en contacto telefónico con este medio, dijo que dicha declaración está siendo tratada por una unidad especial de protección de testigos y que el caso fue declarado en reserva desde un inicio, aunque no exhibió documento al respecto.
Asimismo, un fiscal de la comisión que indaga el caso admitió que la declaración consta en el cuadernillo de investigación, pero que el martes dicha comisión solicitó la reserva del caso a la jueza que ejerce el control jurisdiccional, Livia Alarcón, para evitar el entorpecimiento de la pesquisa. EL DEBER no divulgó la identidad del declarante por su seguridad y porque no se lo pudo contactar directamente.
En el cruce de balas entre la banda y los policías murieron los delincuentes Antonio Adao da Silva Costa, Camilo Maldonado Pinto y Ronny Suárez Masalbi; también fallecieron el teniente Carlos Gutiérrez y Ana Lorena Tórrez, gerenta administrativa de la joyería. Resultaron heridos el cabo Dionisio Castro Vaca (51), Jeanine Vargas Gonzales (31), los sargentos Franz Cáceres (32) y Herlan Alarcón, Fernando Contreras, Paúl Erich Peña Mehnert (56) y Julio César Méndez Salvatierra.
El abogado de la familia de Ana Lorena, Adhemar Suárez, dijo que se contrataron sus propios peritos para indagar el caso, puesto que considera que el accionar policial no fue el correcto y no descarta que una bala de la Policía hubiera segado la vida de la joven.