Algoritmos y anuncios clasificados para perseguir traficantes sexuales

0
323
Foto: ISTOCK

Rebecca Portnoff tiene dos grandes pasiones: el jazz y la informática.

La primera es tan sólo una afición a la que, cuando puede, dedica algo de tiempo. La segunda, su especialización y la herramienta con la que espera conseguir su gran propósito profesional: acabar con el tráfico humano y el abuso sexual en internet.

Portnoff se ha propuesto desenmascarar a los criminales que se ocultan entre los laberintos de las redes oscuras.

“En mi trabajo, busco construir herramientas y técnicas que permitan a los investigadores buscar y encontrar a los niños marginados que son explotados y abusados”, explica.

La joven trabaja como investigadora y científica de datos en Thorn, una organización internacional fundada por los actores Demi Moore y Ashton Kutcher con sede en Los Ángeles que lucha contra el tráfico humano a través de la tecnología.

Pero además está terminando su tesis doctoral en la Universidad de Berkeley, California, donde estudia cómo el aprendizaje automático y el procesamiento del lenguaje natural (la ciencia que habilita a las computadoras para entender el texto) pueden usarse a la hora de analizar e identificar a este tipo de criminales.

Y ha logrado hacer algo que no se había hecho hasta ahora.

Junto a sus colegas universitarios, ha desarrollado un sistema innovador que permite establecer vínculos entre los traficantes y los pagos que se efectúan por los anuncios sexuales en internet, que normalmente se hacen a través de la moneda virtual bitcoin.

Toda la información está en la red. El reto es saber sacarle partido para lograr frenar los abusos, y no al revés.

Prostitución y bitcoins

“A menudo, las páginas web de anuncios clasificados donde se vende sexoson usadas por traficantes humanos, pero los esfuerzos legales para rastrear y deshacerse de los traficantes son obstaculizados por la naturaleza anónima de este tipo de avisos”, explican desde la Universidad de Berkeley.

“La tendencia de los cabecillas a tener varios emails y números de teléfono y la dificultad a la hora de determinar si la participación es voluntaria o si son redes de prostitución”, agregan.

El proyecto de Portnoff es “un primer paso” para desarrollar herramientas para la policía, ONG y otras instituciones a la hora de identificar a las víctimas de explotación sexual en sitios web como Backpage y Craigslist, “donde a menudo se encuentran anuncios para tráfico humano“, aseguran desde la institución educativa.

“La idea es que, obviamente, los traficantes no se promocionan directamente en estos sitios, pero los usan para sus actividades, publicando comentarios que parezcan provenir de empresas independientes de actividades sexuales”, le cuenta Portnoff a la BBC.

Para ello, su equipo está usando dos algoritmos. El primero es una máquina de aprendizaje automático basada en el estilo de la escritura. El segundo, usa información basada en los pagos que se efectuaron.

“Podemos usar el estilo que usan los grupos de traficantes a la hora de escribir el anuncio (la estilometría) y las conexiones que existen entre sus anuncios y los números de teléfono que incluyen”.

Pero la especialista y su equipo observan también el tipo de pago que usan los criminales. “Nos interesa especialmente poder vincular cada anuncio a su verdadero emisor”, señala.

Portnoff tuvo un gran golpe de suerte que le permitió avanzar mucho en su investigación en el verano de 2015.

“Cuando escuché en las noticias que varias compañías de tarjetas de crédito [Visa, Mastercard y American Express] prohibieron el uso de sus tarjetas en Backpage.com, dejando solo bitcoins como alternativa de pago, pensé que era una buena oportunidad”, recuerda.

Y es que todos los pagos que se efectúan a través de la criptomoneda están conectados con la persona que los efectuó, ya que está basado en Blockchain, un sistema económico colaborativo en el que aparecen publicadas las transacciones como en una especie de hoja de cálculo.

Siguiendo el dinero

El sistema permite analizar las transacciones, pero no los pagos hechos por individuos.

El trabajo de la científica consiste en relacionar los pagos hechos desde una misma cartera y “le corresponde a la policía investigar quién está detrás de ella”, explica.

“Cada año se publican cientos de miles de esos anuncios y cualquier técnica que pueda servir para arrojar luz sobre quién está detrás de ellos es importante para quienes tratan de frenar la explotación”, dijo Damon McCoy, profesor de ciencias computacionales y uno de los coautores del estudio.

Los investigadores ya han rastreado un millar de anuncios clasificados para adultos en Backpage y fueron capaces de agrupar por autor al 89% de ellos.

De momento, han logrado identificar dos carteras cuya actividad consideran sospechosa y que contienen más de US$150.000 que se usaron para colocar unos 5.000 anuncios.

Y Portnoff espera que las conversaciones que está teniendo con la policía permitan desenmascarar si hay, efectivamente, una red de traficantes detrás de estas cifras.

Millones de hombres, mujeres y niños en todo el mundo son actualmente víctimas del tráfico humano y el 53% de ellas sufre explotación sexual.