La ciencia de los ciclones

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Foto: Getty Images

 

Tras dejar una estela de devastación a su paso por algunas islas del Caribe, el poderoso huracán Irma se dirige ahora rumbo a Estados Unidos.

Con vientos sostenidos de más de 295 km/h, Irma ha sido descrito como un huracán categoría 5.

Así se consideran los ciclones tropicales con vientos de más de 252 km/h. Pero entonces, ¿por qué no se le dio a Irma un estatus diferente?

BBC Mundo te cuenta la razón detrás de ello y otros datos sobre la ciencia de medición de huracanes que quizá no conocías.

 

1. ¿Quiénes fueron Herbert Saffir y Robert Simpson, los hombres que le dieron nombre a la escala para medir huracanes?

Herbert Saffir fue el ingeniero civil que creó en 1969 un sistema de cinco categorías para describir la fuerza de los huracanes y advertir así a millones de personas de los peligros potenciales de una tormenta en camino.

Esta metodología sentó las bases para definir, por primera vez, qué tipo de daño podía esperarse de un huracán.

Saffir había comenzado a trabajar en la escala como parte de un proyecto de Naciones Unidas para minimizar los daños provocados por los huracanes en los edificios de bajo costo.

Basándose en la escala de Ritcher (que mide la intensidad de los terremotos), el ingeniero elaboró una escala de 1 a 5 basada en la velocidad del viento y en su efecto sobre las estructuras.

La escala fue expandida más tarde por Robert Simpson, exdirector del Centro Nacional de Huracanes, quien añadió los efectos de la marejada y las inundaciones, y a partir de los años 70 comenzó a conocerse como la escala Saffir-Simpson.

2. ¿Por qué hoy día la escala mide solamente la intensidad de los vientos?

Desde que fue creada, la escala Saffir-Simspon ha sufrido una serie de modificaciones.

Una de las principales es que ya no toma en cuenta la marejada ciclónica (el aumento del nivel del agua asociados con sistemas de baja presión) ni la presión central. Es decir, solo se centra en la intensidad del viento.

 

Esta versión basada únicamente en los vientos es la que se usa desde 2010.

Según Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), la escala fue simplificada para evitar confusiones en el público.

Además, explica el meteorólogo Dan Kottlowski en el sitio AccuWeather, “el viento puede medirse o estimarse con bastante precisión. Es la forma más consistente de medir la intensidad”.

Los modelos que toman en cuenta la marejada puede ser precisos, pero solo unas 48 horas antes de tocar tierra.

Esto, explica Kottlowski, no deja mucho espacio para hacer predicciones.

3. ¿Por qué la escala solo llega hasta la categoría 5 (vientos superiores a 252 km/h) si muchos huracanes, como por ejemplo Irma, tienen vientos de más de 290 km/h?

“La categoría máxima, 5, se usa para describir un huracán que puede causar un daño ‘catastrófico'”, le explica a BBC Mundo Emma Sharples, experta de la Met Office, la oficina meteorológica de Reino Unido.

Por esta razón, dice la experta, “no se está considerando aumentar la escala, para incluir, por ejemplo, una categoría 6”.

La mayoría de los expertos coinciden en que añadir una categoría más no serviría para comprender cuán destructiva puede llegar a ser la fuerza de un huracán.

4. ¿Cómo se predecía el rumbo y la intensidad de los huracanes cuando no existían radares, satélites ni modelos de pronóstico?

“Antes de que existiesen los satélites, era difícil monitorear ciclones tropicales, y el ciclo de vida de aquellos que no tocaban tierra pasaban muchas veces completamente desapercibidos”, explica Sharples.

“Hoy día, predecir el recorrido de una tormenta y cuán fuerte será no sería posible sin mediciones sofisticadas y tecnología para predecir el clima”, añade.

Uno de los pioneros en el campo del estudio de los ciclones tropicales, mucho antes de la aparición de la tecnología, fue el padre jesuita Benito Viñes (1837-1893), quien pasó años observando el cielo en el Observatorio Belén de Cuba.

Viñes desarrolló una de los primeras estaciones para observar el tiempo en el Caribe, y sus anotaciones sentaron la base de los sistemas de alerta para huracanes de hoy día.

Tan precisas fueron algunas de sus observaciones -que ayudaron a salvar muchas vidas- que se ganó el apodo de “el sacerdote huracán”.

Según señala Agustín Udías en su libro “Los jesuitas y la ciencia. Una tradición en la Iglesia”, Viñes construyó un instrumento al que llamó ciclonoscopio, para detectar la orientación de los huracanes.

Su aproximación era básicamente empírica, dice Udías, “le prestaba especial atención a la forma y movimiento de las nubes a diferentes altitudes y formuló varias leyes empíricas sobre la circulación y el recorrido de los huracanes en el Caribe.

 

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