Demasiado tarde para ser verdad

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Gremialistas y loteadores son dos sectores altamente efervescentes. Los primeros se han apoderado poco a poco de los espacios físicos de La Paz y los segundos han consumado una afrenta aun mayor construyendo fuera de toda norma. Cuando hace un par de meses dat0s sentenció a la actual gestión edil por permitir que La Paz pierda su belleza que la hace única en el mundo dejando construir en zonas que son su atractivo natural o autorizando obras en lugares que deberían ser declaradas reservas naturales, se estaba enfrentando en los hechos a las mafias  de loteadores que con el mayor desprecio incurrieron en ilegalidades en complicidad con funcionarios del municipio. Ocurrió con el deslizamiento de un cerro en la zona Sur, con el incendio de un predio en la zona comercial de la Uyustus y estaba tratando de advertir  que la reacción si la hubiera iba a ser demasiado parte. El crecimiento de estos clanes corporativizados hacía insostenible el fin a sus abusos.

El municipio emitió dos ordenanzas para tratar de ordenar el caos. Primero elaboró una norma contra las construcciones clandestinas fijando tiempos perentorios para que los vecinos regularizaran sus construcciones. La feroz respuesta llegó bajo el manto de una supuesta organización de las Juntas de Vecinos que ignorando la civilización, la tranquilidad y la seguridad ciudadana impusieron un doloroso castigo a La Paz bloqueando arterias, calles y avenidas del centro y las periferias hasta conseguir que se derogue la norma. Lo peor es que comandados por supuestos dirigentes tomaron oficinas y se abrogaron representación de los paceños. Ya es tarde como lo advertimos para sentarse en una mesa a dialogar con estas organizaciones que amedrentan a la población.

Los gremialistas munidos de una fuerza de masa singular procedieron a ejecutar las mismas medidas agrupándose en las calles y calzadas hasta hacerse pis en la ordenanza edil que pretende carnetizarlos. Ya es tarde en ambos casos. La Alcaldía que es gobernada hace largos 15 años primero por los Sin Miedo y después por la misma fracción política denominada Sol Bo constata hoy que el conflicto con ambos sectores ha escapado de sus manos; y no es como declara ilusamente el alcalde Revilla que refiriéndose a su relación con los gremiales ha dicho que “lo que está en mis manos es hacer ajustes al reglamento del caso pero con propuestas concretas y escritas por parte de los  gremiales”.