EE.UU. retira personal de su embajada en Cuba y cancela emisión de visas
El gobierno de Estados Unidos ordenó abandonar su embajada en Cuba a más de la mitad de su personal y canceló de “forma indefinida” la emisión de visas tras alegados “ataques” contra sus diplomáticos.
El Departamento de Estado anunció este viernes que tomó la decisión luego que 21 miembros de la legación diplomática se vieran afectados por problemas de salud de origen desconocido, que incluyen la pérdida de la audición, mareos y náuseas que pudieron causar incluso “daño cerebral”.
“Hasta que el gobierno de Cuba pueda asegurar la seguridad del personal del gobierno de Estados Unidos, nuestra embajada se reducirá a personal de emergencia”, explicó un alto funcionario que pidió no ser identificado.
Aunque previamente se había hablado de “ataques sónicos”, en esta oportunidad las autoridades de Estados Unidos se refirieron a lo ocurrido como “ataques específicos”, pues según el funcionario, Estados Unidos no sido capaz aún de identificar el origen de lo sucedido.
Las denuncias de los supuestos “ataques” fueron rechazadas por el gobierno de Cuba, que niega cualquier responsabilidad en el caso y asegura que lleva a cabo una investigación para determinar sus causas.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, anunció la pasada semana que la Casa Blanca valoraba el cierre de la embajada en La Habana por los supuestos ataques.
No obstante, en un comunicado emitido este viernes, Tillerson aseguró que su país mantendrá los lazos diplomáticos con la isla caribeña.
“Mantenemos relaciones diplomáticas con Cuba y nuestro trabajo en Cuba sigue guiado por los intereses de seguridad nacional y de política exterior de Estados Unidos”, aseguró en un comunicado.
No obstante, el gobierno de Raúl Castro calificó la medida de “precipitada” y consideró que puede dañar los vínculos entre los dos países.
“Va a afectar las relaciones bilaterales, en particular sobre temas de interés mutuo”, aseguró a la televisión estatal cubana Josefina Vidal, responsable de la dirección de Estados Unidos de la cancillería.
Otras sanciones
El alto funcionario que ofreció información a los medios en calidad de anonimato indicó que la medida incluye la cancelación de la emisión de visasyla emisión de una alerta recomendando a los estadounidenses no viajar a la isla.
Explicó que las normativas responden a que la embajada no contará con suficiente personal para procesar las visas y a que los “ataques” contra los diplomáticos ocurrieron también en hoteles donde se alojaron estadounidenses durante su visita a Cuba.
“El hecho de que algunos ataques ocurrieron en hoteles donde podrían hospedarse ciudadanos de Estados Unidos y que no podamos alertar cómo los estadounidenses pueden mitigar estos ataques, sentimos la necesidad de advertir que no viajen a Cuba”, dijo.
En este sentido, el Departamento de Estado justificó en su alerta de viaje que, aunque aún no se ha identificado el causante de los hechos, “el gobierno de Cuba es responsable por no tomar las medidas apropiadas para prevenir los ataques a nuestro personal diplomático y a ciudadanos de Estados Unidos“.
El Departamento de Estado anunció, además, que los viajes oficiales se reducirán a los que estén vinculados con la investigación, por asuntos de seguridad nacional o temas cruciales de la embajada.
Ambos gobiernos se reunieron el martes en Washington en una reunión de la Comisión Bilateral, en la que, según el Departamento de Estado, se abordó también el tema.
En el encuentro, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, negó nuevamente que su país estuviera involucrado en el ataque a los diplomáticos y alegó que el gobierno de Estados Unidos está “politizando” los hechos.
En un comunicado emitido el pasado miércoles, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba se mostró nuevamente dispuesto a colaborar en las investigaciones sobre estos “incidentes”, rechazó su responsabilidad y reiteró su crítica a la expulsión de dos diplomáticos cubanos de Estados Unidos en mayo pasado.
Los ataques continuaron
Fuentes del gobierno de Estados Unidos aseguran que ocurrieron al menos 50 “ataques” desde 2016 y el último reportado tuvo lugar en agosto pasado, cuando ya se investigaban los hechos.
Algunos diplomáticos entrevistados por televisoras de Estados Unidos rechazaron la medida, por considerar que se tomaba antes de que se esclareciera la responsabilidad de los “incidentes” y en un momento en el que Cuba se prepara para una posible sucesión del presidente Raúl Castro.
Barbara Stephenson, presidenta de la Asociación de Servicio Exterior de Estados Unidos, que representa a los diplomáticos de ese país, afirmó que su organización rechazaba la medida.
Funcionarios del Departamento de Estado, por su parte, explicaron que la medida se tomó ante la falta de progreso de las investigaciones sobre los hechos y tras valorar una serie de posibles sanciones desde cerrar la embajada hasta reducir el número de personal que podría estar “en riesgo”.
Un año atrás
Los empleados de la embajada estadounidense comenzaron a notar los síntomas a finales del año pasado.
Los afectados, algunos de los cuales abandonaron Cuba, fueron tratados en Estados Unidos y por médicos estadounidenses en La Habana.
Los medios de Estados Unidos alegaron que la pérdida auditiva de los diplomáticos pudo haber estado vinculada a unos aparatos de sonido que emiten ondas inaudibles que pueden causar sordera.
Analistas de seguridad creen que un tercer país pudo haber estado involucrado, pero el incidente todavía está lleno de incógnitas.
En la conferencia de prensa de este viernes, el vocero del Departamento de Estado aseguró que Estados Unidos no ha establecido aún la responsabilidad de un tercer país como parte de las investigaciones, aunque aclaró que esta continúa.
Respuestas y represalias
Estados Unidos anunció a inicios de agosto pasado que había expulsado en mayo a dos diplomáticos cubanos como respuesta a los “incidentes” ocurridos en la isla.
“Algunos miembros de nuestro personal tuvieron la opción de dejar Cuba por razones de salud. Como resultado de eso, invitamos a dos funcionarios cubanos a abandonar Estados Unidos y ya lo han hecho”, afirmó la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.
La portavoz de Asuntos Globales de Canadá, Brianne Maxwell, confirmó también que los funcionarios de la embajada canadiense fueron afectados por estos hechos, que ninguno de los tres gobiernos ha aclarado en qué consistieron.
Maxwell indicó que empleados de varias agencias del gobierno canadiense “están conscientes de los síntomas inusuales que afectaron al personal diplomático canadiense y estadounidense y a sus familias en La Habana” y aseguró que las autoridades trabajan en su esclarecimiento.
“Nuestro gobierno está trabajando activamente, incluso con las autoridades de Estados Unidos y Cuba, para determinar la causa”, afirmó.
La Habana y Washington restablecieron sus relaciones diplomáticas en agosto de 2015, en un proceso de acercamiento que se selló durante una visita del entonces presidente Barack Obama a Cuba.
No obstante, la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump supuso una nueva escalada de tensión entre los dos países.
En mayo pasado, la Casa Blanca anunció una serie de sanciones al gobierno de Cuba, aunque mantuvo las principales políticas impulsadas por Obama, entre ellas, la apertura de las embajadas.
El gobierno de Raúl Castro, por su parte, consideró el anuncio de Trump como un “regreso a la retórica de Guerra Fría”.