2017: El año de la explosión de las series en español
La tercera temporada de Gomorra -esa serie alucinante y teleshakesperiana ambientada en la Nápoles más camorrista- se estrenó el 14 de noviembre en los cines italianos, tres días antes que en televisión. Superó en taquilla a las superproducciones estadounidenses con medio millón de euros en recaudación (unos 597.000 dólares, aproximadamente).
Es un ejemplo entre mil de la lógica colonizadora de todo-absolutamente-todo en general, y de las series de televisión en particular. Invadir espacios simbólicos y geográficos: puro negocio y puro soft power. En otras palabras: pura geopolítica cultural y capitalista.
Gomorra -que tiene como punto de partida el éxito internacional de ventas de Roberto Saviano- está rodada en napolitano. Respeta a rajatabla las cuatro claves que Ivar Køhn, el presidente del Consejo del Nordic Film & TV Fund, le reveló a la profesora y ensayista Concepción Cascajosa en una entrevista: céntrate en el guion; sé local; haz un gran drama; trabaja en equipo. Así es como acabarás siendo absolutamente global.
“La prioridad fundamental es encontrar buenas historias y talentos a la altura para hacerlas realidad; nos da igual dónde ocurra la serie, porque si la historia es buena va a viajar”, me dice Javier Méndez Zori, director de contenido de Mediapro, grupo audiovisual español que en los últimos tres años ha abierto oficinas en decenas de ciudades del planeta. Méndez Zori asegura que la experiencia pionera con The Young Pope -serie que Mediapro produjo junto a Sky, HBO y Lorenzo Mieli- ha sido buena “en todos los niveles; la segunda temporada se estrenará a finales del año próximo, y eso nos ha animado a involucrarnos en otros proyectos ambiciosos”.
El fichaje a mediados del año pasado de Ran Tellen -el creador israelí que produjo Homeland– como director de Contenido Internacional, y la integración de la productora del director de cine argentino Daniel Burman en la estructura de Mediapro reforzaron esa estrategia expansiva. Entre los múltiples proyectos en marcha destacan The Paradise, una coproducción con la televisión pública finlandesa YLE, que narra las tensiones criminales que de pronto sacuden a una idílica comunidad de escandinavos instalados en la insolación perpetua de la Costa del Sol española. Y The Head, una ficción de los hermanos Pastor ambientada en el Polo Sur y financiada en alianza con el sello sueco Dramacorp.
Pero el éxito de Fe de etarras (“nos dicen en Netflix que es la película española disponible en la plataforma más vista en el país”) también los ha reafirmado en la convicción de impulsar la producción en escenarios patrios. En enero se comienza a rodar El fútbol no es así, que cuenta con un equipo creativo liderado por el director Daniel Calparsoro y el escritor Eduardo Sacheri. “Tenemos otros dos proyectos en marcha sobre fútbol, con Amazon”, me cuenta Méndez Zori, “ambos son documentales, uno sobre el Manchester City”. ¿Es que no son suficientemente dramáticos el Barça y el Madrid? El productor explica que han participado en proyectos sobre jugadores como Messi y Ronaldo pero “es muy complicado hacer cosas con clubes tan grandes”. Y luego agrega: “De hecho, en El fútbol no es así los nombres y las instituciones son todos ficticios”.
Y cuando Antena 3 Televisión decidió cancelar el thriller carcelario Vis a vis, tras la segunda temporada, tomaron “una decisión importante, porque supone un nuevo modelo, revolucionario en España, decidimos asumirla nosotros para no decepcionar a su gran masa de fans, buscamos un socio, Fox, y dentro de unos meses estrenaremos la tercera temporada”. La serie de Iván Escobar y su equipo es una de las responsables del nuevo nivel de ambición de la producción española, junto con la también multipremiada El Ministerio del Tiempo, de Javier Olivares, o La casa de papel, creada por Álex Pina.
Cuando le pregunto cuál es el presupuesto de las producciones en que se involucra Mediapro, para alcanzar la calidad deseada, Méndez Zori responde: “La media es de unos 600.000 dólares por episodio, pero algunas pasan del millón. No obstante, en España estamos logrando competir en calidad con inversiones muy inferiores a las que se acostumbran a barajar en Italia, Francia y, sobre todo, Estados Unidos”.
Los hermanos Alberto y Jorge Sánchez-Cabezudo protagonizaron en 2011 la primera gran apuesta de una cadena privada por crear una serie de alta calidad y han vuelto seis años después para doblarla. Crematorio (Canal +) contó con un presupuesto de 5,5 millones de euros (unos 6,5 millones de dólares, aproximadamente). Movistar + no ha querido revelar el de La zona -la primera de las ambiciosas series que ha producido con esmero para atacar el mercado mundial- pero a La peste, creada por el cineasta Alberto Rodríguez, le han dedicado 10 millones de euros (11,9 millones de dólares).
La primera temporada, de inminente estreno, cuenta con seis capítulos: si las cuentas no me fallan, estamos hablando de 1,6 millones de euros por entrega (1,9 millones de dólares). Ya hemos podido ver los cuatro primeros episodios de La zona: son espléndidos, de lo mejor que se ha filmado en la televisión española. Si es que en la época de los contenidos y las plataformas digitales tiene sentido todavía hablar de fronteras nacionales o incluso de televisión.
Este 2017 también se han estrenado series de alto nivel en México (El Chapo, de Netflix y Univisión) o en Argentina (El jardín de bronce, de HBO). Méndez Zori explica que, aunque tengan oficinas en Singapur o en Dubái, el espacio de la lengua común es el más privilegiado para el desarrollo de los proyectos de Mediapro: “Ahora mismo tenemos varios en marcha en Argentina, Colombia y Miami”.
Entre ellos destaca el de estreno más inminente: durante el primer trimestre llega a Argentina la primera serie local de Netflix, dirigida por Burman, Edha, que se enfoca en el mundo de la moda. El sello estadounidense -con acceso a más de cien millones de hogares de todo el mundo- ya ha anunciado que en estos momentos trabaja en otras diez series en el país de Borges, Evita, Maradona y Messi (sobre Gardel muchos dicen que era uruguayo, otros afirman que nació en Francia pero lo único seguro es que su ego era argentino), entre ellas una precisamente sobre fútbol (un documental en cuatro partes sobre Boca Juniors). ¿Qué opinarán al respecto los abonados de River Plate?
Concepción Cascajosa -probablemente la máxima experta española en la materia- opina que 2017 es un año de consolidación de las apuestas por el mercado en español de las plataformas: “Para Netflix gracias a Las chicas del cable, que parte del éxito en Latinoamérica de Bambú Producciones, y a Ingobernable; para HBO, es un año de reencontrarse con el thriller criminal que tan buenos resultados le dio con Capadocia y Epitafios una década atrás; y, por último, la estrategia de Movistar es la de presentarse como un nodo de producción con fórmulas netamente europeas (con géneros como el drama histórico de La peste o el thriller de conspiraciones de La zona). Ha sido un año de retomar la iniciativa”.
Para Cascajosa, los festivales de televisión juegan un papel importante en ese nuevo escenario global porque “han tomado el testigo de los años dorados del servicio público de los sesenta” y también son importantes “las ferias internacionales, como el MIPTV, que cada vez incorporan secciones de competición”. La académica explica que se trata de eventos relevantes en los que “las sesiones de presentación de proyectos para hacer coproducciones son habituales”.
Con la irrupción internacional de Netflix, Amazon y otros sellos en muy pocos años ha cambiado radicalmente el panorama internacional. Las series ya van en serio en todos los rincones del planeta. Asusta y fascina la complejidad de esas redes de creación, producción, distribución y recepción, que no cesan de crecer.