Morgan Stanley prevé desplome del precio del litio y Bolivia lo minimiza
El litio se ha convertido en una de las materias primas más apetecidas del mundo, su precio sigue un ascenso imparable y se ha duplicado en los últimos dos años frente a las grandes perspectivas de crecimiento de la producción de vehículos eléctricos, cuyas baterías llevan gran cantidad de ese preciado mineral. En 2016 se cotizaba a $us 7.475 la tonelada y para este año se calcula en $us 16.500.
Sin embargo, los analistas del banco de inversiones estadounidense Morgan Stanley consideran que a mediano plazo el exceso de oferta de litio puede hundir su precio en los mercados globales.
La entidad financiera pronostica que el valor del carbonato de litio puede caer hasta un 45% para 2021 (de $us 13.375 por tonelada a $us 7.332 y que luego puede estabilizarse a $us 7.030). Ello, debido a que proyecta que el crecimiento del mercado de los autos eléctricos será “insuficiente” para absorber la sobreoferta de litio.
El anuncio de la firma internacional, retumbó la semana pasada en el mercado con caídas bursátiles de productoras de litio en Chile y otros países.
En Bolivia no ven efectos
Para el Gobierno boliviano, el Salar de Uyuni contiene la mayor reserva de litio del mundo (considera que alberga reservas mayores a los 9 millones de toneladas y este año prevé difundir el resultado final de una certificación a mayor profundidad) por lo que mantiene en alto sus expectativas y sus planes de industrialización descartando que el país pueda verse afectado por la proyección pesimista de Morgan Stanley.
“Estamos en condiciones de enfrentar cualquier caída de precios. Si se llegara incluso a $us 7.000 la tonelada en los próximos años, para nosotros aún será un precio competitivo. Al momento estamos comercializando carbonato de litio a $us 18.600 la tonelada.
Somos conscientes de que empresas de varios países tienen planes para ampliar su capacidad productiva y generar proyectos nuevos, como los que tenemos en Bolivia. Es probable que en 2021 o 2022 se presente una estabilización de precios pero no se puede hablar de un derrumbe”, afirmó Juan Carlos Montenegro, gerente ejecutivo de la empresa pública Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB).
El Gobierno ve como una gran oportunidad económica para Bolivia ingresar en la industrialización del denominado ‘oro blanco’, por lo que agiliza proyectos de construcción de plantas.
“Cuando comience a funcionar la planta industrial de carbonato de litio -a fines de 2019- seguiremos en un momento de buenos precios e irán mejorando conforme crezca la demanda. Y eso será posible a la par de las medidas que se adopten para incrementar volúmenes en la industria automotriz eléctrica o con las nuevas tecnologías que demanden energía de baterías de litio. Algunos estados también pueden incentivar el cambio de su matriz energética por fuentes más limpias”, explicó.
Hoy en día, desde sus plantas piloto ya está logrando ingresos importantes. Según informaron desde YLB, en 2017 obtuvieron Bs 8,1 millones de ingresos por ventas de productos y subproductos, como carbonato de litio, cloruro de potasio, cloruro de magnesio hexahidratado y cloruro de sodio.
Visión de analistas
Héctor Córdova, expresidente de la Comibol, considera que la proyección de Morgan Stanley no toma en cuenta el verdadero comportamiento del mercado por lo que él no avizora una sobreoferta.
“La oferta no va a crecer tan rápido. El negocio del litio es complicado, el proceso para obtener productos con la calidad que exigen las baterías de litio tiene sus dificultades. En ese sentido no creo que haya una sobreoferta. Por otro lado, la demanda sigue expandiéndose. China definió que para 2025 el 20% de sus vehículos sean híbridos y está pensando descartar la producción de vehículos a gasolina”, ejemplificó.
Considera que si bien con el ingreso de Bolivia a la industria del litio se pueda generar un desequilibrio oferta-demanda, el precio logrará estabilizarse pero solo a corto plazo porque la tendencia es que siga subiendo. Frente a ello, Córdova cree que Bolivia tiene el reto de diseñar una sólida estrategia para incursionar a la industrialización con productos de alta calidad y socios estratégicos. En su opinión, Brasil es un mercado atractivo seguido de Europa.
Por su parte, Juan Carlos Zuleta, economista y analista de la cadena de litio, observa que la proyección que hace Morgan Stanley requiere un análisis más profundo por tratarse de un mercado relativamente complejo. “La venta de vehículos eléctricos está creciendo con China como líder. El cálculo de la demanda de carbonato de litio equivalente a partir de las ventas de vehículos eléctricos no es automático, requiere tomar en cuenta varios factores. Bolivia está entrando en un mercado que va ser cada vez más volátil”, dijo.
En opinión de Zuleta, el Gobierno debe afianzar acuerdos con socios estratégicos que según su análisis de competitividad son China, EEUU y Alemania.
En Chile, sin nombrar directamente a Morgan Stanley, la minera SQM contradijo los argumentos que el banco de inversiones presentó sobre una probable caída del precio de litio y enfatizó que no ve una tendencia negativa en el precio, informó El Mercurio.
AVANCES EN BOLIVIA
Plantas piloto instaladas. A la fecha se han instalado cuatro plantas piloto: de cloruro de sodio, de carbonato de litio, de materiales catódicos y una planta piloto de baterías de ion litio. Está en prueba una planta industrial de sales de potasio.
Cloruro de Potasio. Siguiendo protocolos científicos, el 28 de febrero se iniciaron las pruebas de funcionamiento con agua y el 1 de marzo comenzaron las pruebas con carga verdadera de funcionamiento para la obtención de producto. Se alista la recepción provisional en marzo y la entrega definitiva alrededor de agosto. La planta ha sido diseñada para producir 350.000 toneladas/año de cloruro de potasio. El arranque de inicio de producción irá creciendo.
Carbonato de litio. Se prevé que la planta industrial de carbonato de litio pueda entrar en funcionamiento en 2019. Allí se producirá carbonato de litio grado batería; es decir, de muy alta pureza, con una capacidad de 15.000 toneladas/año y con la alternativa de que a corto plazo llegue a las 18.000 toneladas/año. Hay mercados atractivos para ese subproducto en Asia y también en Europa. / Fuente: YLB