La detención de Keiko Fujimori, un nuevo golpe al fujimorismo

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Foto: Credit Martín Mejía/Associated Press

Keiko Fujimori, la poderosa política peruana cuyo padre fue presidente del país en los años noventa, fue arrestada este miércoles como parte de una investigación de lavado de dinero, lo que genera dudas sobre el futuro de los Fujimori y de su movimiento político.

El arresto ocurrió apenas días después de que un juez de la Corte Suprema ordenara que Alberto Fujimori, padre de Keiko y expresidente, regresara a prisión para cumplir lo que resta de una sentencia por corrupción y delitos contra los derechos humanos; esa decisión anuló un indulto humanitario que el anterior presidente del país le había extendido a Fujimori en diciembre.

Keiko Fujimori fue detenida cuando acudió a la oficina del Ministerio Público, donde había sido convocada para testificar, según su abogada, Giuliana Loza, quien calificó el arresto de “arbitrario”.

Los fiscales han investigado desde finales del año pasado si la lideresa de Fuerza Popular aceptó contribuciones ilegales como fondos de campaña durante sus candidaturas presidenciales en 2011 y 2016.

Poco después de que se anunciara su detención, partidarios fujimoristas llegaron a la sede del Ministerio Público para protestar.

Al considerar que Keiko Fujimori tenía riesgo de fuga, el fiscal del caso ordenó que fuera retenida por diez días mientras se analiza si imputarle cargos formales. La lideresa de Fuerza Popular publicó el miércoles una carta en su cuenta de Twitter en la que tilda el arresto de “persecución política”.

Las órdenes de arresto contra Keiko y Alberto Fujimori representan un momento dramático para una de las familias más poderosas de Perú desde los noventa, cuando Fujimori dirigía un gobierno populista de derecha.

Alberto Fujimori fue elegido presidente en 1990 antes de suspender la Constitución del país y gobernar como un dictador. Aunque fue enviado a la cárcel por haber estado involucrado en la muerte de al menos veinticinco personas durante esos años, Fujimori mantuvo altos índices de popularidad entre los peruanos, ya que a su gobierno se le atribuyen una recuperación económica, inversiones en infraestructura y la derrota de grupos guerrilleros como Sendero Luminoso.

Keiko Fujimori, en tanto, se ha convertido en una de las principales políticas del país con su liderazgo de Fuerza Popular, que ostenta la mayor bancada del Congreso. Muchos analistas temían que su liderazgo -que incluyó un intento de destitución del anterior presidente del país, Pedro Pablo Kuczynski, quien finalmente renunció-, podía causar daños irreversibles a las instituciones democráticas del país.

Su reciente detención y la de su padre han llevado a algunos a creer lo contrario.

“Creo que es un importante punto de debilitamiento del fujimorismo”, dijo Eduardo Dargent, politólogo de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Keiko Fujimori ha sido nombrada en varias investigaciones sobre corrupción en años recientes, entre ellas la pesquisa sobre el financiamiento de su campaña, acusaciones de lavado de dinero y cuestionamientos por sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht, que admitió haber hecho pagos de cientos de millones de dólares en toda América Latina para conseguir proyectos públicos.

La rabia del público se volvió contra Keiko Fujimori en julio, cuando se revelaron grabaciones del poder judicial en las que diversos jueces y fiscales -ahora bajo sospecha- planificaban reuniones extraoficiales con la “Señora K”. Los críticos dijeron que se trataba de Keiko Fujimori y que los funcionarios judiciales buscaban cerrar un acuerdo ilícito con ella. Como resultado de la filtración de los audios, varios funcionarios de alto nivel del poder judicial han renunciado o fueron despedidos.

El politólogo Dargent dijo que los fiscales ahora enfrentan una mayor presión para demostrar que están libres de cualquier influencia política, una posible motivación para el arresto de Keiko Fujimori el miércoles.

El fujimorismo ha tenido otros reveses en los últimos meses. En las elecciones regionales y municipales del domingo 7 de octubre, Fuerza Popular perdió la mayoría de las alcaldías en disputa.

Keiko Fujimori también tuvo una ruptura con su hermano, el exdiputado Kenji Fujimori, a causa de sus aparentes negociaciones con Kuczynski, quien indultó a su padre en un intento por evitar que lo expulsaran del cargo.

En marzo Keiko Fujimori retomó sus intentos para destituir a Kuczynski, lo que llevó al expresidente a renunciar y profundizó la lucha con Kenji y dentro de Fuerza Popular.