La pobreza en Argentina sube más de cinco puntos en un año por la crisis económica

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Uno de cada tres argentinos es pobre. El último registro de la Universidad Católica (UCA), muy respetado, ha sido una mala noticia para Mauricio Macri, que en campaña prometió “pobreza cero” y luego, cuando se hizo evidente la quimera de aquella consigna, pidió que el dato sirva para juzgar su Administración. “Si cuando finalice mi gestión no bajó la pobreza, habré fracasado”, llegó a decir el presidente el año pasado. Pero la crisis económica que inició en abril y estalló definitivamente en agosto dinamitó todas las expectativas presidenciales. La pobreza urbana subió del 28,2% al 33,6% entre el tercer trimestre de 2017 y 2018. Son 5,3 puntos más: 2,1 millones de nuevos pobres sobre un total de 13,6 millones. El índice es el más alto desde 2008, cuando la UCA inició las mediciones para reemplazar a las oficiales, poco creíbles por la decisión del kirchnerismo de maquillar cualquier cifra económica incómoda.

Si bien los números de la UCA no son oficiales, suelen acompañar a las que cada seis meses da el Estado a través de la oficina estadística argentina, el Indec. Pero esos datos estarán recién en marzo. Mientras tanto, los de la UCA sirven para medir el impacto de la crisis cambiaria de agosto, cuando el peso perdió 50% de su valor, las tasas de interés subieron hasta los 60 puntos, cayó la actividad económica y se disparó la inflación. El Indec difundió este jueves el IPC de noviembre: 3,2%. El acumulado desde enero ya es del 43,9%. En medio de la crisis, el Gobierno argentino pidió un rescate financiero al FMI, que aportó 57.000 millones de dólares. Todo un récord.

Este será un año perdido para la economía argentina, con las cifras teñidas de rojo y con efectos concretos sobre la población más vulnerable. Pese a la ayuda social, la indigencia ha subido 0,4%, hasta afectar a 2,47 millones de personas. Es gente que no gana ni siquiera lo suficiente para comprar lo que necesita para comer. Del informe de la UCA se desprende, además, que son los jóvenes quienes más sufren la pobreza: casi el 52% de los menores de 17 años están por debajo del umbral que marca la carestía. Cuando se analizan los datos por regiones, el extrarradio de Buenos Aires es la zona más golpeada del país, con un 43,4% de pobres. En la capital, la tasa cae hasta el 8,9%, una evidencia de la desigualdad en la tercera mayor economía de América Latina.

En septiembre pasado, el Indec difundió que en el primer semestre de 2018 la pobreza había subido hasta el 27,3%, 1,6% más alta que medio año antes. La economía argentina se encontraba en ese momento en medio de la crisis y fue el propio Macri quien, en un corto discurso desde la Casa Rosada, anticipó que las mediciones futuras traerían malas noticias. “Tenemos meses difíciles por delante, las cosas van a tardar más y tendremos retrocesos, pero nuestra meta es siempre reducir la pobreza”, dijo el presidente al tiempo que prometía más ayuda social.

El director del informe de la UCA, Agustin Salvia, dijo que la pobreza puede bajar levemente el año que viene, aunque dependerá de que crezca el empleo, los salarios suban por encima de la inflación y, sobre todo, que no haya nuevas tormentas cambiarias como las del pasado mes de agosto. Advirtió, sin embargo, que un cambio de clima no alcanzará “para resolver la pobreza que tiene dimensiones estructurales”. Una mejora en 2019 será clave para Macri, que buscará su reelección en octubre. En el Gobierno entienden que lo peor del bache económico ya ha pasado y que a partir del primer trimestre se sentirá una mejoría. El gran desafío político del presidente y su equipo económico es convertir en verdes los números que hoy lucen rojos.