EE.UU. presiona en la ONU para conseguir que Maduro renuncie

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Foto: SUSAN MARKISZ BBC

La crisis humanitaria se agrava en Venezuela conforme escala la tensión y violencia. Ante esta trágica situación, los países europeos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y los representantes del Grupo de Lima hicieron un llamamiento a la contención, que se evite el recurso a la fuerza letal y se exige a Caracas que permita el acceso de la asistencia. Asimismo, condenaron la intimidación de civiles y diputados que se están movilizando para distribuir la ayuda humanitaria.

“Urge buscar una solución política inclusiva y pacífica”, leyeron en una declaración conjunta los socios europeos. “El país necesita un Gobierno que represente la voluntad del pueblo”. Elliott Abrams, enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, denunció por su parte que lo sucedido el pasado fin de semana demuestra cuáles son los intereses e intenciones del régimen “corrupto” de Nicolás Maduro. “Se usa la ayuda humanitaria como arma política”, insistió. “[Mientras] más tiempo esté en el poder, más va a oprimir al pueblo. La solución a la miseria y la tiranía es que haya elecciones libres”, advirtió, por eso insistió en la importancia de que la comunidad internacional “presione para que el régimen de Maduro abdique de manera pacífica”. También mostró su preocupación por la seguridad del presidente interino reconocido por el Parlamento, el líder opositor Juan Guaidó.

La reunión del Consejo de Seguridad se convocó a petición de EE UU en respuesta a la escalda de la violencia durante el fin de semana y con el vicepresidente Mike Pence viajando a Colombia para reunirse con Guaidó. Cerca de medio centenar de países apoyan que se le reconozca como presidente interino. Entre ellos se encuentran Francia y Reino Unido, que también tienen poder de veto.

Rusia, sin embargo, sigue respaldando a Maduro y su embajador calificó al líder de la Asamblea Nacional -reconocido por medio centenar de países- de “impostor”. Está vez no trató de maniobrar para evitar que se celebrara la reunión del órgano que vela por la paz y la seguridad. Pero volvió a arremeter contra las tácticas de EE UU y por las continuas amenazas del uso de la fuerza. Las dos potencias han elaborado borradores rivales de resolución.

Washington busca que desde las Naciones Unidas se marque el inicio del proceso que llevará a unas elecciones presidenciales “libres, justas y creíbles” con la presencia de observadores militares. Moscú lo considera un intento de intervención para cambiar el régimen. “El Ejército venezolano está protegiendo su frontera para garantizar su inviolabilidad”, reiteró el representante ruso.

El canciller venezolano, Jorge Arreaza, señaló a EE UU por “organizar, financiar y liderar una agresión” contra su país. Habló así de movimientos de tropas en el Caribe y de compras de armas para los opositores. Negó, además, que su Ejército recurriera a la fuerza letal. “La agresión vino de Colombia”, denunció en su intervención mientras mostraba fotos de camiones incendiados, “qué hipocresía”.

Elliott Abrams espera que esta semana se someta a votación su resolución exigiendo a Venezuela que permita el acceso de la asistencia humanitaria, que Rusia bloqueará. También China, porque considera supone una injerencia externa. La secretaria general adjunta Rosemary DiCarlo pidió que se pongan por delante los intereses de los ciudadanos y calificó la situación de “extremadamente urgente”.

El embajador alemán reiteró que la intervención es necesaria porque se están violando los derechos humanos y dirigiéndose directamente al ministro Arreaza dijo que sabe que hay “niños que están muriendo” por impedir el acceso de la ayuda. “Es una crisis provocada por el hombre”, añadió el británico. Es la segunda reunión del órgano de la ONU sobre Venezuela que se celebra en un mes.

“El Consejo de Seguridad no está para crear las condiciones para que otros hagan la guerra”, concluyó Arreaza, que pidió una resolución que excluya expresamente el uso de la fuerza como piden el presidente Donald Trump, el vicepresidente Pence o el jefe de la Seguridad Nacional, John Bolton. “Lean mis labios”, añadió, “el golpe fracasó”. “EE UU tenía preparada una tragedia y le salió mal”, añadió.