Mejor sin medios peor con ellos

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El periodista de la cadena Univisión Jorge Ramos fue detenido dos horas en medio de una entrevista con el presidente venezolano Nicolás Maduro. Esta situación confirma la increíble aversión del Gobierno de Caracas a los medios de comunicación que han estado informando los últimos sucesos que se han registrado en el país.

 

El caso aso va más allá de la violación a la libertad de expresión porque plantea los nuevos desafíos del periodismo en el que Maduro no es la regla. Si se mira en plano general sin apuntar las agallas a determinados personajes de la política se podrán encontrar varios ejemplos. Sin ir muy lejos es el caso del propio presidente de los Estados Unidos que ha entrado en corte con la prensa del país crítica a su administración. Trump les ha declarado la guerra abierta a diarios como The New York Times y The Washington Post, más la CNN. El mismo ejemplo se repite en Brasil por el enfrentamiento que sostiene el presidente Jair Bolsonaro con la Folha de Sao Paolo y el área de noticias de la red Globo. Como se ve estos ejemplos sobreabundan. En todos los casos es la fricción preexistente con los periodistas asignados a la cobertura de política y economía; hasta donde debe llegar la cobertura de lo que se considera “políticamente correcto”, que desde la óptica de sus mentores no solo se la refleja sino que se fabrica.

En el caso de la cobertura de Ramos en Caracas se podría aducir que no se esperaba otra cosa de un periodista que se ha ganado premios internacionales por su trabajo de lo que las autoridades consideran un límite. Esas turbulencias han planteado un debate entre los que opinan que la izquierda cooptó los medios para hacer la revolución sin armas y la derecha que cooptó a los medios para hacer golpes de estado sin armas.

Lo que pasa en Venezuela con Maduro, al igual que lo ocurre en Brasil con Bolsonaro y con Trump en los Estados Unidos permite observar que lo que se denomina populismo de derecha o de izquierda se comporta de la misma manera contra los medios, sean estos considerados por sus críticos tanto de izquierda como de derecha. La lucha de poder que explica qué está pasando. Entre estas dos vertientes se dividen las aguas. El debate también por supuesto toca Bolivia. No se puede olvidar que fueron los medios los que en su momento consagraron a Evo a cuando llegó al poder y comenzó a cambiar el entusiasmo que antes sentía por los micrófonos. Son ejemplos de la forma que se entiende el trabajo de la prensa.

Gary Abernathy, columnista de Fox News, el canal de derecha de Murdoch, escribió para el progresista The Washington Post que los medios tradicionales siguen sin entender el fenómeno de Trump, quien tiene más posibilidades de ser reelecto que de lo contrario y que hizo una mejor elección de medio término que todos sus predecesores que fueron reelectos.

El ministro de Comunicación e Información de Venezuela dijo sobre Ramos que el Gobierno no se presta para “shows baratos”. “Por Miraflores han pasado centenas de periodistas que han recibido el trato decente que de forma habitual impartimos a quienes vienen a cumplir con el trabajo periodístico, y han publicado el resultado de ese trabajo”, sostuvo en un twitt.

Son las palabras típicas de quien está seguro “mejor sin medios peor sin ellos”.