Arrestan al expresidente brasileño Michel Temer
Oficiales de las agencias policiales de Brasil detuvieron al expresidente Michel Temer este jueves, como parte de una investigación por sobornos. El arresto abre un nuevo capítulo en el escándalo de corrupción que desde hace años afecta a la política del país.
Temer, de 78 años, fue puesto bajo custodia menos de tres meses después del final de su mandato. Con el fin de su presidencia quedó expuesto a varias investigaciones penales en su contra, que había mantenido a raya gracias al fuero político en Brasil.
Las imágenes televisadas de la detención de Temer, ejecutada por policías armados, cautivaron a los brasileños casi un año después de que Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de 2003 a 2010, fue encarcelado para cumplir una condena de doce años por corrupción y lavado de dinero.
Temer, un veterano legislador del Partido del Movimiento Democrático Brasileño que se convirtió en una de las personas más poderosas en Brasilia, ha sido objeto de por lo menos diez investigaciones por corrupción en los últimos años.
El juez federal Marcelo Bretas, quien trabaja en Río de Janeiro, ordenó el arresto provisorio de Temer en un caso sobre sobornos para el contrato de una planta nuclear en el estado de Río.
En un comunicado, los procuradores presentaron a Temer como el jefe de una “organización delictiva” que desfalcó cientos de millones de dólares en fondos públicos.
Según el comunicado, las personas involucradas en el esquema “continúan recibiendo y moviendo” fondos ilícitos, por lo que se tomaron medidas para proteger los bienes desfalcados que están en el extranjero.
Brian Alves Prado, el abogado que representa a Temer, dijo que su detención es “una afrenta en un país democrático que se guía por el Estado de derecho”. Cuestionó la legalidad de la orden de arresto al hacer notar que los presuntos desfalcos sucedieron hace años.
Temer asumió la presidencia en 2016 después de ayudar a organizar el juicio político contra la mandataria Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores, un movimiento político de izquierda.
En 2010 y 2014, Temer fue elegido como el vicepresidente de Rousseff pero dejó de respaldarla cuando, en medio de una crisis económica, se desplomó la popularidad de su presidencia.
Temer usó casi todo su capital político como mandatario para intentar evitar las investigaciones penales en su contra, con lo que se volvió un presidente muy impopular y el blanco de la ira en Brasil debido a los constantes escándalos de sobornos.
En junio de 2017, Temer fue acusado de corrupción por aceptar un soborno de 152.000 dólares por parte de ejecutivos de un conglomerado de alimentos.
Meses después se formularon mas cargos en su contra que incluían actos de corrupción y obstrucción de la justicia, en relación con el mismo caso.
El expresidente pasó casi todo el año intentando convencer a los congresistas de votar en contra de avanzar la causa ante el Supremo Tribunal Federal, que se encarga de todos los casos penales contra funcionarios federales. Para afianzar ese voto a su favor, Temer hizo muchas concesiones a grupos parlamentarios y otorgó millones de dólares en fondos a proyectos públicos de los políticos que necesitaba.
Las constantes acusaciones de corrupción durante su gobierno favorecieron la candidatura de su sucesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien prometió romper con los viejos hábitos de la élite política que muchos brasileños consideran como ladrones
El juez Bretas argumentó que se justifica poner a Temer bajo custodia de manera preventiva por la gravedad de las acusaciones. Esa medida suele tomarse en casos de crímenes violentos.
“Los casos de corrupción por funcionarios públicos tienen el potencial de afectar de manera grave a una cantidad exponencialmente grande de personas”, escribió el juez en su orden de arresto. “Consideren los recursos públicos desviados por las prácticas corruptas que de otro modo irían a servicios públicos básicos como el cuidado de salud y la seguridad pública”.
Los policías también detuvieron el 21 de marzo a uno de los aliados políticos más cercanos de Temer, Moreira Franco, quien fue parte de su gabinete, y a João Baptista Lima Filho, amigo del expresidente acusado de ser intermediario en las negociaciones de los sobornos.
Bretas escribió que permitir a los sospechosos seguir el proceso en libertad “en esta era moderna” es un riesgo porque “tan solo una llamada o un mensaje telefónico basta para esconder grandes montos de dinero”.
Los agentes federales también cumplieron con las órdenes de registro en varias direcciones asociadas con los sospechosos. Se espera que la policía traslade a Temer a Río de Janeiro, donde sería recluido en un centro penitenciario especial en el distrito Niterói.
El arresto de Temer es un hito en el escándalo de corrupción de la operación Lava Jato, que empezó en 2014 y ha sacudido a la élite empresarial y política del país.
Hace unos días, la operación tuvo un revés en el Supremo Tribunal Federal, que falló que los casos de corrupción relacionados a violaciones de la ley electoral deben ser atendidos por tribunales electorales y no penales.
Los procuradores argumentaron que eso socava su habilidad para hacer rendir cuentas a políticos corruptos en decenas de casos pendientes.