NIO, el rival chino de Tesla que quiere desbancar a Elon Musk con baterías revolucionarias

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Foto: DREW ANGERER-GETTY IMAGES

 

“El futuro está en los vehículos inteligentes, eléctricos y autónomos. Y nuestro objetivo es liderar el camino. La industria automotriz está en la cúspide de un cambio profundo”.

Esas son las palabras que eligió NIO, la start-up global a la que muchos llaman “el rival chino de Tesla”, para presentarse en su sitio web.

Y todo parece indicar que está dispuesta a hacer todo lo posible para lograr el liderazgo en este enorme sector.

La compañía nació en Shanghái, pero con los años ha ganado presencia en los grandes hubs tecnológicos mundiales, como San José (en Silicon Valley, EE.UU., cerca de las oficinas de Tesla), Múnich (Alemania) y Londres (Reino Unido).

Pero, ¿qué diferencia realmente a NIO de los miles de fabricantes que esperan ganar la carrera de los vehículos eléctricos?

“El Elon Musk de China”

NIO es una de las últimas últimas empresas en adentrarse en el competitivo mercado de los automóviles en China.

Su fundador y director ejecutivo, William Li, un multimillonario de 44 años, es conocido como “el Elon Musk de China”.

Li ha cofundado e invertido decenas de compañías en industrias automovilísticas y del mundo de internet (otra similitud con Musk el dueño de Tesla). En febrero de 2019, Forbes estimó su fortuna en US$1.400 millones.

Es un multimillonario hecho a sí mismo. Nacido en una granja lechera, su familia ahorró dinero desde que él tenía 7 años para que pudiera ir a la universidad. Se licenció en sociología y derecho, pero pronto se metió en el mundo de los negocios.

Su segunda aventura empresarial -la primera fue una firma de contenido en línea y servicios de marketing- fue NIO.

La compañía fabrica autos eléctricos de lujo. Hacia 2016, obtuvo cerca de US$1.000 millones en inversiones de sus socios, y a finales de ese año lanzó un coupé (con cabina reducida) de dos puertas, NIO EP9, cuya fabricación le tomó unos 18 meses.

El modelo posterior, ES8, su primer SUV (vehículo utilitario deportivo), cuesta la mitad que un Tesla Model X.

En una entrevista reciente con el popular programa estadounidense 60 minutes, Li dijo que la compañía esperaba entregar al menos 20.000 unidades de ese modelo en 2019.

Pero tal vez uno de los momentos más cruciales de la compañía fue su salida a bolsa en septiembre de 2018, el mismo año que batió sus previsiones de entregas.

Fue la primera compañía china de autos totalmente eléctricos en debutar en la Bolsa de Valores de Nueva York.

La oferta pública inicial alcanzó los US$1.000 millones, duplicando el valor de la start-up en apenas 24 horas.

Una estrategia diferente

NIO todavía está lejos de ser Tesla. Le faltan años de experiencia (Tesla nació en 2003) y, por ahora, se limita al mercado chino. Pero pretende vender sus autos eléctricos en Europa hacia 2020.

Una de las claves de su negocio son las baterías intercambiables es decir, baterías que se cambian en lugar de recargarlas.

La compañía se inspiró en las carreras de Fórmula E de monoplazas eléctricos para desarrollar esta idea, con la que pretende ganar la confianza de los compradores a quienes les preocupe el problema de que los autos se queden sin batería.

Pretende instalar para ello una red de estaciones de “sustitución” de cargas (en lugar de recarga), que operarían con robots que tarden unos 3 ó 4 minutos en hacer el recambio.

El sistema ya está siendo probado en China.

Un contexto favorable

Sin duda, las estrategias del gobierno de Pekín para fomentar el desarrollo de vehículos eléctricos en el país también fueron clave para fraguar el éxito de NIO.

La nación asiática lleva años fomentando los vehículos eléctricos por dos motivos principales: reducir la contaminación atmosférica como y desarrollar una industria fuerte.

“China vio esto (el mercado de los autos eléctricos) como una oportunidad”, le dijo a la BBC Xinyu Chen, un académico de Harvard que estudia la energía y la polución en el país.

De hecho, China ya cuenta con el mayor número de estaciones de carga del mundo: unas 215.00, y espera llegar a 4,8 millones hacia 2020.

China es también el país en el que más autos eléctricos se venden.

En los dos últimos años se duplicaron las ventas globales y espera alcanzar los 2 millones de unidades hacia 2020, el doble de la producción mundial actual.

Pero además, también se concentra allí la producción global del 60% de las baterías.

Y la misma Tesla está tratando de establecerse ahí.

Tesla todavía está a la espera de permisos, aunque planea invertir unos US$5.000 millones para una “gigafactoría” en Shanghái –su primera fuera de Estados Unidos– donde fabricará 500.000 vehículos “en un futuro próximo”, según dijo la compañía en un comunicado.

“Si Tesla comienza a fabricar en China, obtendrá el crédito más alto. Si vende un número suficiente de vehículos, podrá vender a otros (fabricantes) a crédito”, le dijo a la BBC Vivek Vaidya, de la consultora estadounidense Frost and Sullivan.

Pero, mientras eso pasa, sus rivales chinos le siguen ganando terreno en el país. Y esperan hacerlo también fuera de sus fronteras.

Aunque no todos confían en que logren en Occidente el éxito que alcanzaron en China.

“Los vehículos chinos tienen precios muy competitivos, pero es no son comparables (a los occidentales). Es posible que no dominen un mercado como Alemania, aunque podrían enfocarse en mercados asiáticos, como India o Indonesia”, dijo Vaidya.

 

 

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