Tóásó afirma que la justicia boliviana es degenerada

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“He sufrido muchas torturas”, “todo es montado”, “la justicia boliviana es degenerada”. Así el húngaro El?d Tóásó recordó en entrevista con ERBOL lo que tuvo que pasar desde hace 10 años en el denominado caso Rózsa.

A lo largo de este tiempo, el europeo estuvo encerrado en la cárcel más de cinco años, y ahora de vuelta en su país sigue en su búsqueda de justicia, con procesos ante organismos internacionales que resguardan los derechos humanos.

Tóásó fue parte del grupo de Eduardo Rózsa, acusado de terrorismo por el Gobierno boliviano, y estuvo en el Hotel Las Américas la madrugada del 16 de abril de 2009, hace 10 años, cuando un grupo policial irrumpió en el lugar y acabó con la vida de tres personas. El húngaro sobrevivió junto a Mario Tadic.

El asalto al hotel y las torturas

Tóásó relató que la madrugada del 16 de abril de 2009 estaba durmiendo en el Hotel Las Américas, pero fue despertado por los disparos. Los agentes entraban en las habitaciones una por una.

Se puso delante de la puerta cuando se produjo la balacera en su habitación. Dijo que se salvó por suerte y gracias a Dios, porque se descargó una ráfaga de balas y él estuvo en el único lugar donde llegaron proyectiles.

Desde ese momento, según contó, empezaron los abusos. Entraron agentes cubiertos de rostro, la maniataron y le pusieron una polera celeste para tapar su cabeza, mientras lo golpeaban.

Contó que cuando lo sacaron del hotel fue llevado a una camioneta, donde estaba una persona que después identificó como Carlos Núñez del Prado.

Núñez del Prado después se hizo conocido por el video en que se le observa entregado dinero a Ignacio Villa Vargas “El Viejo”, que entonces era el testigo clave del gobierno, para que se vaya a Argentina.

Tóásó relató en la camioneta Núñez del Prado preparó un arma. El húngaro le preguntó en inglés si lo iba a matar, pero el funcionario reaccionó con risas y poniéndole el arma en su cabeza.

Según Tóásó, Núñez del Prado le golpeaba en su oreja con el arma y, entre insultos, le decía “ahora hacete pis, gringo”. No pudo entender más, porque entonces no hablaba español.

Denunció que posteriormente varias personas se sentaron encima suyo y que, además, sufría tanto golpes que sólo atinaba a ocultar la cabeza entre sus piernas.

Cuando salió el video de “El Viejo” recién Tóásó reconoció a Núñez del Prado como la persona que estuvo con él en la camioneta. Se sorprendió al saber que trabajaba para la Defensoría del Pueblo. Núñez del Prado falleció en 2014, y recibió honores como miembro del Ejército de Liberación Nacional.

“Todo es montado”

Tóásó aseguró que estaba en Bolivia para realizar una película con Rózsa, y que no tuvo ningún interés político. Es más, dijo que junto a Arpad Magyarosi, que era su amigo que falleció en el Hotel, estaban ocupados en fiestas y no les interesaba con quién se reunía Eduardo Rózsa.

Sostuvo que existen evidencias de que el Gobierno montó el caso, pero también la oposición también montó pruebas. Aseveró que hubo manejos malintencionados de ambos lados.

“Es un caso montaje, en que todo es montado, por ejemplo las pruebas del Gobierno, pero también algunas pruebas de opositores también”, manifestó.

Resaltó el video que se filtró del operativo en el cual supuestamente se observa que se plantaban armas en su mochila. También señaló que en esa filmación se observa a una persona detenida con camisa a cuadros, que no era él que estaba en el piso, ni Mario Tadic que estaba desnudo.

Señaló que la versión del Gobierno de que hubo un enfrentamiento de media hora no es cierta. Mencionó que ni en películas ocurre tal cosa. Agregó que de acuerdo al informe de balística se comprueba que en su habitación se disparó 13 veces de afuera hacia adentro y ninguna en sentido contrario.

Aseveró que hay elementos que desvirtúan la versión del Gobierno, pero, por otro lado, también negó que sean ciertas esas versiones en sentido de que el Gobierno habría traído a Eduardo Rózsa.

Dijo que Rózsa era boliviano que visitaba siempre el país, y no necesitaba que alguien lo traiga a Bolivia.

Dwyer estaba vivo

Tóásó reiteró que, luego el operativo, vio vivo a Michael Dwyer en un aeropuerto de Santa Cruz -que no sabe cuál era- antes de que los llevaron a La Paz. Aseveró que el irlandés estaba en boxer.

Contó que después del viaje y llegar a La Paz entró en shock al enterarse que Dwyer había muerto. Señaló que no sabe en qué momento se ejecutó al irlandés.

Para él, los miembros de la UTARC (Unidad que hizo el operativo) no son policías. sino asesinos.

El testimonio de Tóásó es uno de las pruebas que utiliza la familia de Dwyer para procesar al Estado boliviano por ejecución extrajudicial. Caroline Dwyer, madre del fallecido, sostiene que a su hijo lo mataron con un balazo de frente en el pecho, pero después lo remataron por la espalda.

La justicia “degenerada”

Tóásó sostuvo que la justicia boliviana está “degenerada”, porque no está formada de funcionarios públicos, sino de “funcionarios gubernamentales”. Aseveró que hubo manipulación del caso.

Primero mencionó que el caso haya sido investigado por una comisión de parlamentarios, cuando era un caso penal. Lamentó que en el juicio se basen las versiones en ese informe “político” y haya habido pesquisas independientes.

Criticó que no le tomaron en cuenta sus pruebas. Señaló que, por ejemplo, logró por vía diplomática que un productor desde EEUU confirme que estaba trabajando en una película con Rózsa, pero no lo tomaron en serio. Asimismo, indicó que el testimonio de Marcelo Soza, tras salir de Bolivia, fue trabado en instancias del Gobierno.

Se quejó que en el proceso los gobernantes sacaron dos leyes para justificar la detención preventiva extendida y así mantenerlos en prisión. Dijo que con ese tipo de acciones se manipulaba la justicia.

Denunció que el equipo del Capitán Walter Andrade, que actuó en el caso Rózsa, era un grupo policial que usaba el Gobierno con la finalidad de violar los derechos humanos de quienes piensan diferente. Dijo que los mismo, por ejemplo, estuvieron en el caso Porvenir.

Aclaró que conoce del caso Porvenir, porque los implicados estaban en la cárcel con él y le enseñaron a hablar español.

Respecto a Soza, destacó que ahora desde el exilio dé su versión de los sucesos, pero recordó que cuando era fiscal se enojó con él por decir su verdad. Agregó que entonces el fiscal Soza pasó de tener trajes normales a vestir Armani, y que también los jueces del caso mejoraron su “calidad de vida”.

Tóásó dijo que si bien ahora retomó su vida en Hungría, no olvida su situación legal y sigue adelante con denuncias por la violación de sus derechos. El caso está en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde la demanda fue admitida.

Aseveró que con una resolución contra el Estado boliviano, éste deberá cambiar sus políticas y pagar resarcimiento. El húngaro manifestó que con ese precedente todo aquel hayan sufrido esas arbitrariedades

Tóásó, tras cinco años y 10 meses de cárcel, se acogió a procedimiento abreviado junto a Tadic para conseguir su libertad en 2015. Desde entonces está en su país.