Registros y cierres. El número de empresas sube en el país, pero 8 de cada 10 son unipersonales
¿Cierran o abren las empresas? En los tres primeros meses de 2019, se registraron 3.965 nuevas firmas haciendo un total de 319.833 empresas en total en todo el país, es decir, 12 por ciento más que en 2013, según datos de Fundempresa. Si la comparación se enfoca en los últimos 12 meses (de marzo de 2018 a marzo de 2019 (hasta donde abarca el reporte), el crecimiento de nuevas empresas es de 6 por ciento.
Esta información, explican dos analistas consultados por este medio, pueden dar la falsa sensación de que hay una recuperación de la economía con el registro de empresas nuevas. La realidad es que los números de nuevas compañías suben sólo gracias a la proliferación de las “empresas unipersonales”.
Esta situación, según explican el economista Gabriel Espinoza y el investigador del Ceres, Alberto Rivera, se debe a la necesidad de crearse uno mismo el empleo, a la facilidad de abrir una empresa unipersonal y a la ausencia total de responsabilidad en cuanto a beneficios a los trabajadores que conllevan este tipo de emprendimientos. Por supuesto, a diferencia de las medianas y de las grandes empresas, no son generadoras de empleo directo.
Estas empresas, teóricamente conformadas por una sola persona, aunque en los hechos bien podrían ser consideradas como empresas familiares, constituyen el 79 por ciento del total de empresas registradas en el país. Mientras que el 19 por ciento está representado por las sociedades de responsabilidad limitada (SRL), y el restante 2 por ciento se lo reparten con cocientes exiguos las sociedades anónimas, sucursales de sociedades constituidas en el extranjero, sociedades colectivas, sociedades en comandita simple, sociedades anónimas mixtas, entidades financieras de vivienda y sociedades en comandita por acciones.
Al hacer el análisis por rubros, se ve que la mayoría de las empresas (el 37 por ciento) se dedica a la venta por mayor y menor y reparación de vehículos, seguido de las ventas por mayor y menor (35 por ciento). Más atrás aparece el rubro de empresas de construcción (13 por ciento), manufacturas (10 por ciento) y servicios profesionales y técnicos (8 por ciento).
Nuevas inscripciones
En lo referente a las nuevas inscripciones, se observa que el año con más registros de la última década fue 2013, cuando 65.022 nuevas firmas formalizaron su situación. Los años 2015, 2016 y 2017 presentan un bajón, que guarda correlación con la desaceleración económica, en los tres casos con registros inferiores a los 20 mil, mientras 2018 marca un leve ascenso con 26.460 inscripciones: ¿señal de recuperación?
Si se comparan las nuevas inscripciones de 2018 con relación a 2017, se observa que son nuevamente las unipersonales las que reclaman protagonismo: suben de 14 mil a cerca de 22 mil nuevos registros (52 por ciento de incremento). Las sociedades de responsabilidad limitada, por el contrario, bajan de 4.083 a 4.024. Las sociedades anónimas experimentan el despreciable ascenso de 106 a 109, mientras que las sociedades constituidas en el extranjero bajan de 92 a 74.
Cierres
En contrapartida, aparece el dato de que si en 2014, el 91 por ciento de las empresas eran unipersonales, en 2018, sólo constituyen el 78 por ciento.
Ello se debe a que si bien, son las empresas unipersonales las que más se inscriben, son también las que más cancelan sus registros, eso sí en cifras menores que en años anteriores, provocando estas oscilaciones en porcentajes, que llegan a confundir en el análisis.
Mientras 2017 marca el pico de unidades empresariales que cancelaron sus registros (7.731), en 2018 la cifra baja a 6.234. Esta vez, las empresas unipersonales experimentan un descenso en las cancelaciones, de 6.707 reportadas en 2017 a 5.741 en 2018.
Por el contrario, las cancelaciones de las SRL subieron de 565 en 2017 a 849 en 2018. De aquí se desprende que las empresas unipersonales suben en inscripciones, pero bajan en cancelaciones.
LA MAYORÍA TIENE QUE VER CON AUTOS
Un detalle que llama la atención es que la mayoría de las empresas en el país (casi un 37 por ciento) están ligadas a la venta o reparación de vehículos automotores.
En segundo lugar se halla el rubro de construcciones, con 12 por ciento y un crecimiento de 5 por ciento en el último año (de marzo 2018 a marzo 2019).
El rubro que proporcionalmente más creció en el país en el mencionado período es el de la explotación de minas y canteras (21 por ciento).
Otro rubro que destaca por su elevado crecimiento proporcional es el inmobiliario: 11 por ciento.
Los servicios profesionales (independientes) constituyen el 9 por ciento.
“SON FÁCILES DE ABRIR Y NO GENERAN EMPLEO”
REDACCIÓN CENTRAL
La fiebre de creación de empresas unipersonales responde a la situación económica actual, a la necesidad de crearse uno mismo el empleo y a las pocas responsabilidades que acarrea consigo el tener una empresa sin trabajadores, coinciden el economista Gabriel Espinoza y el investigador del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), Alberto Rivera.
“Son las pequeñas y medianas empresas las que tienen problemas de doble aguinaldo e incremento salarial”, explica Rivera, haciendo notar que, por lo general, son empresas familiares. “Normalmente son empresas creadas por cuenta propia, pero que no necesariamente son generadoras de empleo sostenible”, añade Espinoza. “Son profesionales independientes, que trabajan con la modalidad de consultorías o contratos eventuales”, indica a tiempo de hacer notar que si bien no dan beneficios sociales tampoco se favorecen de éstos en las políticas salariales del Gobierno.
Rivera añade que, cuando se busca la categoría de las empresas en Bolivia, se ve que la mayoría está dedicada al rubro de venta de autopartes, venta de mercadería, restaurantes y profesionales, que son rubros que no generan empleo. Las industrias manufactureras en el país, que son las que más empleo demandan sólo llegan a 34 mil en todo el país.
Finalmente, Espinoza hace notar que muchas veces no llegan a registrarse en Fundempresa todos los cierres, debido a que se trata de un trámite muy engorroso. “A veces es mejor dejar abierto el registro, aunque la empresa esté inactiva”, explica haciendo notar que, en consecuencia, el número real de empresas que estén funcionando, es menor al mostrado por los registros.