Nos dan nuestro premio, pero de ahí en adelante no tenemos apoyo R. Keller

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Foto: Fuad Landívar /El Deber

Definitivamente los Juegos Panamericanos de Lima 2019 fueron los mejores, en materia de resultados para nuestro país. Nunca antes Bolivia había logrado una medalla de oro en esta competencia y, además, nunca había cosechado cinco medallas en una misma edición.

En La Habana 1991 se logró una de plata, en Santo Domingo 2003 fueron dos de bronce, en Guadalajara 2011 otras dos de bronce, en Toronto 2015 se obtuvo una de plata y dos de bronce, y en Lima 2019 fueron una de oro, dos de plata y dos de bronce.

El cruceño Roland Keller, de 29 años (19-01-1990), ha sido protagonista de cuatro de todas esas medallas: en Toronto 2015 ganó la presea de plata en ráquet dobles varones junto con Conrrado Moscoso y en esa misma edición recibió el bronce por equipos junto con Moscoso y su hermano Carlos Keller; y en Lima 2019 repitió la medalla de plata en dobles con Moscoso, pero esta vez cosechó oro por equipo otra vez con Moscoso, su hermano Carlos y Kadim Carrasco, aunque este último no llegó a jugar ningún partido, pero también recibió su medalla.

Roland es experto jugando dobles y cuando perdió la final ante la dupla mexicana, en esta edición, derramó lágrimas porque sabía que ese era su fuerte; sin embargo, la revancha estuvo a la vuelta de la esquina y por equipos aportó para que nuestro país tenga su primer oro histórico en los Juegos Panamericanos.

Ese esfuerzo tendrá su recompensa, ya que el Gobierno nacional anunció que premiará a los medallistas con $us 30.000 por el oro, $us 20.000 por la plata y $us 10.000 por el bronce.

Los $us 30.000 del oro tendrán que ser repartidos entre cuatro por tratarse de una medalla por equipos, pero Roland lanza la idea, a manera de pedido, que no estaría mal que cada uno reciba $us 30.000, pues el logro es histórico, ya que los Panamericanos están solo un escalón por debajo de los Juegos Olímpicos.

Roland Keller Vargas es ingeniero industrial y además de practicar ráquet trabaja en el Servicio Departamental de Deportes de la Gobernación cruceña como coordinador en la Villa Deportiva Abraham Telchi.

Una vez en casa y con la cabeza más fría, ¿cómo estás asimilando la medalla de oro panamericana?

Estoy superfeliz, obviamente me siento muy orgulloso de lo que hemos conseguido. Todavía sigo en correteos, con mi familia he estado muy poco, mi abuelita está internada y aún no la he podido ver; mi padre no se cambia por nadie, está feliz de que hayamos hecho historia, yo también siento el cariño y la alegría de la gente, me llegan mensajes y es lindo lo que estoy viviendo.

El precio de la fama, que te quita tiempo para dedicarlo a la familia, para vos, para tus amigos…

Yo creo que es parte de esto, la prensa ha hecho un gran trabajo con el seguimiento al ráquet, es una linda manera de llegar a los amigos y a la familia de que nos hace seguimiento y trato siempre de darme un tiempo para los medios como una forma de agradecimiento a su apoyo.

Antes de viajar a Lima hicimos una nota en DIEZ en la que decíamos que el ráquet era una posibilidad real de medalla de oro en estos juegos, ¿eso fue alentador o metió presión?

 

Creo que un poco de ambas cosas, nosotros teníamos muy en claro que había grandes posibilidades de ganar la medalla de oro, aunque sabíamos que no iba a ser nada fácil porque era un gran desafío, pero tenemos las condiciones y las armas. Al comienzo estábamos cerca en dobles, pero nos quedamos con la de plata y luego tuvimos que reponernos rápido, volver a empezar y enfocarnos en el torneo por equipos; sentí de parte de mis compañeros que estaban dando todo para ganar y me contagié de eso y por equipo funcionamos muy bien todos, tenemos un equipazo y creo que todos cumplimos con nuestra parte y al final se dio ese sueño.

¿Qué tanto te afectó perder la final de dobles?, ya que llegaste a derramar lágrimas…

Bastante, fue muy difícil para mí, de hecho quería empezar con ese oro. Pero ese día definitivamente no fue nuestro día, comenzando por el tema de transporte para Conrrado que tuvo inconvenientes; teníamos un montón de cosas en contra y de paso México nos tomó por sorpresa, ya que entraron con todo y nos neutralizaron, a nosotros no nos salían las cosas y esa fue nuestra frustración, no pudimos soltarnos, lo intentamos y eso me dolió mucho, estar tan cerca y no poder ganar esa medalla de oro fue muy duro para mí.

Kadim Carrasco fue parte del equipo, pero no jugó, ¿cuál fue su rol y qué aportó al equipo?

Kadim es una parte importante para nosotros, es un gran amigo, es parte de la familia y es el jugador que siempre está ahí, el que nos empuja y nos obliga a mantenernos en ese nivel, porque ante cualquier descuido él nos puede quitar el puesto y nos obliga a superarnos día a día. Entiende muy bien el juego y nos apoyó con los entrenadores mientras estábamos jugando.

¿En la interna del grupo sabían que el fuerte era dobles varones, más que por equipos?

En lo personal sentía que estábamos a un gran nivel en dobles y como ya lo habíamos demostrado en Barranquilla, le ganamos a todos en el Panamericano de Ráquet (en abril de este año en Colombia), incluida a esa dupla mexicana que nos ganó la final en Lima. Yo sentía que nuevamente lo podíamos hacer, éramos los mismos y teníamos ese partido a favor, y cuando entré a la final en Lima pensé que ellos iban a sentir la presión de que habían perdido con nosotros, pero fue diferente, parece que los motivó más y jugaron muy bien.

¿Qué hay del premio económico que prometió Evo Morales?

Hace unos minutos me pasaron un mensaje en el que me indican que el miércoles se va a realizar un acto, en La Paz, con el presidente, quien prometió 30.000, 20.000 y 10.000 dólares por la de oro, plata y bronce, respectivamente, así que estamos a la espera de la confirmación del vuelo y de la hora del acto.

¿Qué tan importante es ese apoyo económico?

La verdad que es importantísimo. Me gustaría mencionar que estoy feliz por ese apoyo, es superimportante, pero creo que se puede hacer un esfuerzo más, porque estamos hablando de la primera medalla de oro histórica en unos Panamericanos y el presidente está repartiendo los mismos montos que para los Juegos Sudamericanos, que fueron el año pasado en Cochabamba. Estamos hablando de que los Panamericanos tienen otro nivel jerárquico, que están por encima de los Sudamericanos.

Solo un escalón menos que los Juegos Olímpicos, aunque el ráquet no es un deporte olímpico…

Así es, y esos 30.000 dólares por el oro los tenemos que repartir entre los cuatro. Creo que sería lindo y hasta merecido hacer un esfuerzo, por lo que significan los Panamericanos y por lo que se ha logrado. Incluso lo del tenis es muy destacado, porque es un deporte muy competitivo y es algo grande lo que han hecho los hermanos Zeballos.

Aparte del premio económico que recibirán, ¿tendrán algún trato especial de apoyo permanente para más adelante?

Actualmente estamos en un programa de becas, pero se termina este mes de agosto y de ahí en adelante supuestamente ya no recibiremos ningún aporte de parte de ellos. Por eso creo que este es el momento de que nos apoyen. Imagínense, llegamos con nuestras medallas, nos dan nuestro premio, pero de ahí en adelante no tenemos apoyo.

El ráquet no es un deporte olímpico. ¿Eso no es frustrante para ustedes que practican este deporte y que cada vez van mejorando su nivel?

Es un gran deseo que nuestro deporte llegue a ser olímpico, estamos conscientes de que la posibilidad está de aquí a dos Olimpiadas más. Si se da, sería en Estados Unidos, en Los Ángeles, ahí puede entrar el ráquet. Para entonces voy a tener como 38 años y creo que puedo llegar a esa edad con el sueño de jugar unos Juegos Olímpicos.

Sería una posibilidad real de lograr una medalla por primera vez en unos Juegos Olímpicos, porque las potencias son justamente los que van a los Panamericanos…

Sí, sería algo espectacular, es un sueño que estamos esperando que se haga realidad.

¿Este año qué evento internacional más viene?

Está el Abierto de Estados Unidos, que es en octubre. Es un Grand Slam a nivel profesional.

Varios raquetbolistas bolivianos juegan por otros países: María José Vargas y Natalia Méndez por Argentina; y Mario Mercado y Adriana Riveros por Colombia. ¿Vos recibiste alguna propuesta parecida?

No, a mí no me hicieron ese tipo de propuestas.

¿Y si te la hacen?

No creo que pase, porque ellos apuestan por jugadores juveniles y yo ya tengo 29 años. Una muestra de ello es que otro jugador que representará a Argentina es el cochabambino Diego García, todo un talento. Creo que tiene 18 años, ha sido campeón júnior varios años seguidos, nosotros pensábamos que él era el jugador que nos iba a reemplazar, pero ya está con los papeles y todo listo para jugar por Argentina.

¿Qué le decís a la gente que los apoyó?

Estoy muy agradecido con todos, he sentido energía, emoción en cada partido, en cada ronda, en todo momento, y eso ha sido positivo para todos. Nos llena de energía y para eso jugamos porque nos gusta regalarle alegrías al país, lo hacemos con placer y pasión.

 

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