El cannabis entre los jóvenes

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La noticia ya no sorprende a muchos, el cannabis se ha convertido en un elemento de consumo común entre los más jóvenes y son muchos los que comienzan a tomar esta sustancia ya en la preadolescencia. Las razones por las que esto ocurre son muchas y muy diversas, sin embargo, lo cierto es que la costumbre de escuchar esta información no debe servir como paliativo de la alarma y no debe descender la intención de hacer algo para cambiar esta realidad.

Medidas necesarias de control
El consumo por parte de adultos se convierte a veces en una razón para mirar hacia otro lado en este problema que afecta directamente a los más jóvenes y que los convierte en víctimas de unas consecuencias que pueden durar de por vida. Por esta razón, los métodos de concienciación, la educación e información completa y real en el ámbito del consumo de drogas y el ejemplo de los adultos en este sentido deben ser claves esenciales para conseguir atajar el problema de raíz.
En algunos países se plantea la legalización del consumo para facilitar un mayor control del mismo. Esto ha demostrado en ciertas zonas que el uso de cannabis baja de forma notable entre los jóvenes y podría ser una fórmula acertada siempre que se combine con otros métodos ligados a la educación de los menores.

¿Cómo afecta el cannabis a los jóvenes?
No solo es el cannabis, las drogas en general están comenzando a formar parte esencial en el ocio de los más jóvenes y son muchos los que consumen sustancias ilegales no solo en los momentos de fiesta sino también en sus vidas cotidianas llegando a normalizar su uso de una forma altamente alarmante.

Lo cierto es que el efecto inmediato de las drogas como el cannabis hace que los jóvenes tengan una visión alterada de lo que supone para ellos. Lo conciben como un método de socializar, de integrarse en el grupo, de evadirse de sus problemas, de dejar atrás las preocupaciones y de estar mucho más cerca de ser quienes ellos quieren ser. Sin embargo, los efectos reales que la droga tiene en sus organismos son realmente graves y, de no actuar de inmediato, pueden llegar a ser irreversibles.

A un nivel físico, el consumo reiterado de cannabis consigue disminuir ciertas zonas del cerebro en las que se encuentran las funciones de empatía y sensibilidad, esas emociones que nos hacen más humanos y que se ven seriamente dañadas al tomar cannabis de manera regular. Este efecto es especialmente grave en personas de corta edad como son los adolescentes ya que sus cerebros aún están en formación y su madurez no ha llegado a completarse.

Múltiples estudios de carácter científico han demostrado que consumir este tipo de sustancias desde la adolescencia tiene consecuencias reales a nivel emocional y neuronal impidiendo a los menores forjar su personalidad de forma satisfactoria y empujándolos a un camino que parece no tener salida en el que la baja autoestima y la depresión toman el control de la situación.

 

 

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