En los dos casos probables el desenlace parecería una tragedia

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Foto: Reuters; Ronaldo Schemidt/Agence France-Presse — Getty Images

Hace un par de días publicamos en la versión de dat0s digital una entrevista que el expresidente Evo Morales concedió al subdirector internacional del diario Perfil en Buenos Aires, Argentina. En la entrevista el líder del MAS insinuó que el Gobierno “hace campaña electoral con el coronavirus” y en su acostumbrado estilo pidió elecciones lo antes posible. Los que tuvieron acceso al texto malentendieron eso a una franja que el periodismo no se puede permitir, como diciendo (descendo) qué corresponde publicar y qué no.

Salvando las distancias, me referiré a dos aspectos de esa entrevista contrariando a quienes no quieren escuchar oír hablar del líder del MAS. Además, por cierto, ya que 48 horas después de esas declaraciones la Asamblea Plurinacional promulgó la convocatoria a elecciones en los próximos 90 días, acortando plazos, desafiando la emergencia sanitaria y retomando la iniciativa política ante la inercia que impone el cumplimiento de la cuarentena.

Evo Morales pide la convocatoria cuanto antes a elecciones que venimos arrastrando desde octubre; si vemos en retrospectiva, proceso que fue anulado por imputaciones de fraude y que después derivaría en la renuncia del expresidente. En esa lógica, cree el líder del MAS que apurando las elecciones tendrá, su partido, mayores chances de obtener un buen resultado electoral, anteponiendo sus intereses a una emergencia sanitaria que ha modificado el tiempo político y, que por lo tanto, el MAS tiene menos chances de ganar en una contienda, como las que tenía antes de desatarse la pandemia.

Entretanto, el partido de la presidenta acaba de alargar la cuarentena consciente de que se juega el futuro, quizá no en términos absolutos; aunque si los bolivianos llegáramos a usar respiradores las posibilidades de sobrevivir a una contaminación masiva del Covid 19 será incontrolable. Es decir, que el éxito del resultado electoral de ambas fuerzas políticas se rige -en este momento que escribo- por variables espaciales ingobernables. Con un hecho adicional, el MAS empujando a su base militante armada a articular ataques para frustrar la capacidad de reacción de su enemigo político que batalla por “vencer” en la guerra declarada al Covid 19.

En los dos casos probables -ambos- el desenlace parecería una tragedia.