Elecciones en Dominicana: Luis Abinader, el primer presidente elegido en tiempos de pandemia en Latinoamérica
A la segunda fue la vencida.
Luis Abinader, el candidato del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en las elecciones de este domingo en República Dominicana, será el próximo presidente del país caribeño.
Según datos de Junta Central Electoral dominicana, con cerca del 40% de los votos contados Abinader había alcanzado casi un 53% de los votos, lo que llevó a sus principales contrincantes a reconocer su victoria.
Con el resultado, Abinader -quien había quedado en segundo lugar en los comicios de 2016- se convertirá en el primer jefe de Estado de Dominicana nacido después del fin de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
Pero además también es el primer presidente latinoamericano elegido en tiempos de pandemia de covid-19 y -sintomáticamente para estos tiempos- el primer mandatario en la región que asumirá el cargo tras haberse enfermado de coronavirus.
Entre las principales propuestas que marcaron su campaña está la creación de más de 600.000 empleos, empoderar a la mujer dominicana, revertir la informalidad en el sector laboral y crear una agencia para reducir el gasto de transporte público y el tráfico en las ciudades.
Y aunque en temas controvertidos como como el aborto y el matrimonio homosexual no ha ofrecido posiciones claras, ha expresado que apoya la interrupción del embarazo “bajo tres causales” e insistido en que el PRM es un “partido tolerante con que cada quien tenga sus inclinaciones”.
Con su victoria se cierra un largo ciclo de 16 años en el que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) mantuvo las riendas del poder, un período durante el cual la nación caribeña se convirtió en el país que más ha crecido en último quinquenio en América Latina.
Sin embargo, según explica a BBC Mundo la politóloga dominicana Olaya Dotel, profesora de la Universidad de Santo Domingo, varios factores -incluidos recientes escándalos de corrupción e impunidad- provocaron un hartazgo político que se materializó este domingo con la salida del PLD del gobierno.
Ahora, Abinader tendrá la tarea no solo de intentar continuar el progreso económico que inicio el saliente gobierno, sino de reformar el país y cumplir sus promesas de campaña en un contexto inusual: la recuperación una vez que termine la pandemia de coronavirus.
“Todo sería más fácil si quedaran simplemente los problemas que deja este gobierno, de institucionalidad, de corrupción, de justicia debilitada… pero desafortunadamente me temo que serán opacados por los que traerá la pandemia”, le dice a BBC Mundo la politóloga dominicana Rosario Espinal, profesora de la Universidad de Temple.
Pero ¿quién es este empresario que nunca ha ocupado una posición en el gobierno y que ahora llega a la posición política más importante del país con un partido de apenas seis años?
Entre la economía y la política
Nacido en Santo Domingo en 1967 en una acomodada familia de empresarios, Abinader es hijo del también político dominicano José Rafael Abinader, quien fuera vicepresidente del Partido Revolucionario Dominicano y fundador y rector de la Universidad Dominicana O&M.
“Abinader viene de una familia en la que el padre estuvo también muy vinculado a la política toda su vida, también llegó a ser candidato por un partido pequeñito, pero nunca llegó a la presidencia”, cuenta Espinal.
Y el nuevo presidente se graduó de economía en su país antes de mudarse por un tiempo a Estados Unidos, donde se matriculó en varios posgrados en renombrados centros de estudio, como la Universidad de Harvard y el Dartmouth College.
Tras su regreso a Dominicana, comenzó sus andanzas en la política, la que ha ido compartiendo con varios proyectos empresariales, entre ellos en el sector del turismo y la producción de materiales construcción.
Es presidente ejecutivo de una compañía de desarrollo turístico llamada Grupo ABICOR y funge como vicepresidente de la empresa Cementos Santo Domingo, que ha sido cuestionada por varios grupos ambientales.
“En la política fue muy cercano Hipólito Mejía, de quien fue vicepresidente en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD)”, recuerda Espinal.
Y como compañero de fórmula de Mejía, fue candidato a la vicepresidencia del país por el PRD en 2012, aunque perdieron ante el gobierno ahora saliente de Danilo Medina.
“Yo creo que él decidió esperar a que Hipólito Mejía se le fuera acabando la batería por la edad para a partir de entonces ir consolidando fuerzas”, agrega la profesora de la Universidad de Temple.
El camino a la presidencia
En 2014, Abinader y Mejía se separaron del PRD y crearon una nueva agrupación política que compartía las ideas y principios de la organización política de la que se escindieron pero también del partido que antes había liderado el padre del futuro presidente. Lo llamaron Partido Revolucionario Moderno.
“En realidad se trata de un partido nuevo que no es realmente tan nuevo, puesto que se forma con mucho de los integrantes y los principios que compartían desde antes y con él Abinader comienza también a abrirse un espacio y posicionarse”, señala Espinal.
Bajo las credenciales del PRM se postuló como candidato a la presidencia en 2016 y aunque quedó en segunda posición, con cerca del 35% de los votos, logró que muchos lo vieran como un candidato con potencial para las elecciones de 2020.
“En las elecciones pasadas, el PRM quedó como el principal partido de oposición, por lo que sea elegido ahora no fue un milagro”, opina Dotel.
Sin embargo, según la experta, esta no es la única clave detrás de su victoria.
¿A qué debe su victoria?
De acuerdo con Dotel, otro de los factores detrás de la victoria de Abinader es el alto número de alianzas políticas que realizaron los partidos dominicanos, en su criterio, el mayor que ha tenido lugar en la nación.
Y, para la analista, esas alianzas no beneficiaron al partido ahora en el poder, que sufrió una “pérdida de aliados y la disminución de la fuerza de esos aliados tradicionales”.
“Si te fijas en las alianzas que tuvo en las elecciones pasadas y ves los que tiene ahora, tiene la mitad”, explica.
La politóloga señala que a ese contexto hay que agregar la división que vivió el partido gobernante con la salida del expresidente Leonel Fernández tras las primarias del año pasado, que lo llevaron a crear su propio partido y presentarse otra vez a las urnas este domingo.
Pero de acuerdo con la experta, las gotas que han desbordado la copa son los frecuentes escándalos de corrupción e impunidad que han afectado al gobierno saliente.
De hecho, una de los cuestionamientos frecuentes que realizan los críticos de Abinader es si, dada su cercanía con Hipólito Mejía, cuyo gobierno fue acusado de numerosos casos de corrupción, continuará con la impunidad que ha marcado el país en los últimos años o comenzará a llevar ante la justicia a los responsables.
“Hay que ver de qué forma responde a los problemas de institucionalidad, de corrupción, de justicia debilitada que hereda. Pero mi temor es que con la pandemia, los desafíos que enfrentará serán incluso mayores”, opina Espinal.