Bolsonaro revitalizado: aumenta su nivel de aprobación

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Foto: EPA

Puede sonar como una contradicción para algunos, pero el nivel de aprobación de Jair Bolsonaro es el más alto desde que inició su gobierno en Brasil.

La reciente encuesta de la empresa Datafolha arroja que el 37% de los brasileños considera que el mandato del político brasileño es excelente o bueno, una cifra que no había alcanzado antes.

La explicación, que ya casi se vuelve una paradoja, puede surgir de que el país es el más golpeado por el coronavirus en América Latina.

“Cuando estás al borde del hambre, tu vida está guiada por cosas mucho más concretas y más de subsistencia que por las diferencias ideológicas“, explica a BBC Brasil la socióloga Esther Solano, profesora de la Universidad de Sao Paulo.

Hasta este 18 de agosto se registraron más de 3,3 millones de casos confirmados de covid-19 y más de 108.000 muertes.

Solano, experta en conservadurismo, indica que los bonos de emergencia distribuidos por el gobierno ante la crisis generada por la epidemia son un factor central en el aumento de popularidad del presidente Bolsonaro, pese a que esa medida se haya impulsado desde la oposición.

También cree que la izquierda, encarnada en gran medida por el Partido de los Trabajadores (PT) del expresidente y rival político Luiz Inacio Lula da Silva, está perdiendo contacto con la base.

Solano agrega que esta falta de contacto abre un espacio que naturalmente es ocupado por el gobierno.

En alianza con la investigadora Camila Rocha, Solano realizó una serie de encuestas cualitativas que buscan comprender mejor el aumento de la popularidad de Bolsonaro en el noreste del país, tradicionalmente el bastión de Lula.

“Muy poco ha cambiado en estos estratos, lo que ha cambiado es la estrategia de Bolsonaro. Entendió que en un momento como el actual, un subsidio de emergencia es sumamente importante para las personas y puede incrementar su popularidad”, explica en esta entrevista.

Vimos con la encuesta de Datafolha que el aumento de popularidad ocurrió especialmente en el noreste, un bastión tradicional del PT. ¿Qué indican sus investigaciones como posibles razones de esta mejora en popularidad?

Hay dos puntos esenciales para la creciente popularidad de Bolsonaro. El primero son los bonos de emergencia, que tienen mayor impacto entre los más pobres. La mayoría no tiene idea de que la medida fue ideada por la oposición.

Y otro punto que surge mucho en las encuestas es el tema de la “moderación” de Bolsonaro.

Uno de los puntos más críticos (en contra) de Bolsonaro al principio es que se lo veía controvertido, demasiado radical, que no cumpliría con las reglas del decoro y no actuaría como se espera de un funcionario del gobierno. El hecho de que ahora sea mucho más moderado hizo que su popularidad aumente.

Usted sostiene que la creencia de “que los pobres de derecha son estúpidos” está muy mal. ¿De dónde viene este discurso? ¿Obstaculiza a la oposición?

Entrevistamos a gente de los estratos más pobres y lo que ven es que la pandemia no es solo una cuestión de crisis de salud, es una cuestión de crisis económica para muchas personas. Mucha gente ha perdido su trabajo y está desesperada. Hay mucha gente en el noreste que ya no recibe las ayudas clásicas de la época del PT porque fueron recortadas por las políticas de recorte presupuestario de (Michel) Temer y después de Paulo Guedes (actual ministro de Economía).

Para los pobres o desempleados, 600 reales (alrededor de US$110) es la diferencia entre comer y no comer, de modo que es demasiado pedirle a la gente que tome decisiones ideológicas. Cuando estás al borde del hambre, tu vida está guiada por cosas mucho más concretas y subsistentes que los estratos ideológicos.

Por eso no se debe decir que los pobres de derecha son estúpidos, porque muchos de estos pobres votaron por el PT, declarándose lulistas hasta hace poco. A los que tienen hambre, la ideología les queda muy lejos.

Ese discurso es claramente arrogante, prejuicioso y de falta de comprensión y empatía con una situación dramática que atraviesa gran parte de la población. Y obviamente molesta mucho porque hace que la gente sea incapaz de entender al otro lado, las necesidades por las que está pasando la gente.

Convierte a la militancia de izquierda en una élite, arrogante y desconectada de la realidad cotidiana. En las entrevistas escuchamos mucho esto, que la gente piensa que la izquierda ya no está en el territorio, ya no se preocupa por los pobres y los trabajadores, es un sentimiento de abandono.

¿La izquierda ya no llega a esta gente?

La izquierda institucional, partidista. Hay muchos movimientos sociales que están en la periferia, pero la izquierda sin duda ha perdido mucho contacto.

¿No es una línea que también ignora que la gente puede votar por otros intereses, como la agenda conservadora?

Sí, claro. Mucha gente, incluso entre las clases bajas, votó por Bolsonaro muy motivada por cuestiones morales y religiosas, esa idea de que se trata de un hombre de fe, ligado a la tradición y las costumbres. Entonces, esta idea de que “los pobres de derecha son tontos” ignora la importancia del voto religioso en el campo electoral brasileño. El voto religioso tiene mucho que ver con el voto popular, recordando que el PT también había tenido una base religiosa, estaba vinculado a la iglesia católica de base.

Usted dijo que la mayoría de las personas entrevistadas desconocen que la autoría de la medida de ingresos de emergencia es de la oposición. ¿Cuál es la razón?

Hay cuatro cosas: noticias falsas, la falta de acceso a la información, la dificultad de la oposición para asumir un papel activo en la prensa convencional, para dar a conocer sus agendas y en la propia Internet; y la falta de credibilidad en la propia prensa, que hace que la gente lea la información, escuche la información pero no la crea.

Y otra cosa obvia es que incluso si la gente sabe que la ayuda es ideada por la oposición, o no lo tiene muy claro, el gobierno en realidad está distribuyendo esa ayuda. Y la autoría en la mente del pueblo pasa por quién la otorga, quién hace la logística de entrega, por lo que es el gobierno el que se lleva la legitimidad.

¿Debería continuar este apoyo que viene con los bonos de emergencia después del final de la pandemia?

La ayuda de emergencia es de corta duración. Puede que se extienda por unos meses, pero el agujero fiscal que dejará, si se prolonga por mucho tiempo, será grande y provocará algo muy importante, que es la disputa con el ministro Paulo Guedes.

Paulo Guedes es absolutamente fundamental para los mercados, para que la clase media alta y otras instituciones que apoyaron a Bolsonaro sigan apoyándolo (…) Si Guedes sale del gobierno, Bolsonaro comprará una pelea muy grande con los sectores empresariales y el gran capital nacional e internacional. Entonces, al final, la ayuda de emergencia es muy positiva para él en el corto plazo, pero en el mediano y largo plazo, puede causar cierta paradoja en su gobierno.