Europa propone un nuevo plan migratorio basado en la solidaridad obligatoria, sin cuotas

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Foto: Alkis Konstantinidis / Reuters

Solidaridad “obligatoria” a la carta y sin cuotas­, refuerzo de las fronteras exteriores e impulso a los retornos de los migrantes que no cumplan con los requisitos que exigen las solicitudes de asilo. Estos son los tres principales pilares en los que se fundamenta el nuevo plan sobre migración y asilo presentado por la Comisión Europea, con el que se quiere evitar los errores del pasado. 

La nueva propuesta de la Unión Europea (UE) en cuestión migratoria llega cuando se cumplen dos semanas del devastador incendio que arrasó con el mayor campamento de refugiados en Europa, Moria, en la isla griega de Lesbos, donde malvivían hacinados más de 12.000 migrantes y refugiados.

Un siniestro que puso de manifiesto, una vez más, las problemáticas europeas respecto a la crisis migratoria que se sucede en el continente desde 2015, tras años de incumplimiento de las normas migratorias que ha provocado tensiones y una fuerte polémica en el seno de Europa.

“La migración es compleja. El antiguo sistema para tratarla en Europa ya no funciona. El paquete de la Comisión sobre migración y asilo, que presentamos hoy, ofrece un nuevo comienzo”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen este 23 de septiembre.

Después de más de cuatro años de estancamiento e ineficiencia, la UE quiere ahora cambiar las reglas migratorias con un claro objetivo: hacer partícipes a los países de Europa del Este (como Polonia, Austria y Hungría y que se niegan a acoger refugiados) en este plan, con una oferta mucho más atractiva para ellos y conciliar la presión migratoria que recae sobre los países de entrada como España, Italia o Grecia.

“La UE debe alejarse de las soluciones ad hoc y poner en marcha un sistema de gestión de la migración predecible y fiable”, reza el comunicado de la Comisión, pactado tras amplias consultas entre los 27 miembros del bloque comunitario, pese a que “ninguna solución única sobre la migración puede satisfacer a todas las partes”.

¿De qué se trata el nuevo paquete de reformas y cuál es la ruptura con los anteriores acuerdos?

Sin cuotas obligatorias de acogida. Esa es la aparente primera ruptura del nuevo pacto con los anteriores acuerdos y uno de los elementos más sensibles de las negociaciones.

La Comisión apela a una “solidaridad obligatoria” de facto a cada uno de los 27 Estados miembros, evitando las fallidas cuotas obligatorias que generaron interminables disputas sobre dónde ubicar a los refugiados y migrantes entre los países de la costa mediterránea, los reacios orientales y los Estados norteños más ricos donde muchos solicitantes de asilo aspiran a vivir.

“No se trata de si los Estados miembros deben apoyar con solidaridad y contribuciones, sino de cómo deben apoyar”, declaró Von der Leyen. La idea es hallar un equilibrio entre los países que están al frente de la recepción de migrantes por ser la puerta de entrada a Europa y el resto de naciones europeas.

Para ello, Bruselas evaluará la situación de “emergencia” de los países bajo “presión” y si se diera una crisis como la de 2015 y 2016, se activará un mecanismo que obligará al resto de Estados miembros a acoger a algunos refugiados.

“Hoy proponemos una solución europea para restablecer la confianza entre los Estados miembros” y recuperar la confianza de los ciudadanos europeos en “nuestra capacidad de gestionar la migración como Unión”, dijo Von der Leyen.

Además, si un país se ve sometido a una importante carga migratoria -especialmente los receptores- puede pedir ayuda al resto de naciones, que deberán elegir entre acoger a una parte de los migrantes, participar en las devoluciones o implicarse con un apoyo operativo, por ejemplo financiar la construcción de un campo de refugiados, según explicó en la víspera del anuncio la comisaria europea de Migración, Ylva Johansson.

“En caso de crisis, los países podrán elegir entre la reubicación o el patrocinio de retornos”, dijo Johansson, en referencia a la fallida reubicación de migrantes como se demuestra con el campamento de Moria, uno de los muchos campamentos en el seno de la UE donde los refugiados esperan durante años para ser trasladados o tener la posibilidad de tramitar sus solicitudes de asilo.

Como incentivo a esta “solidaridad a la carta” para acoger refugiados o solicitantes de asilo rescatados en el mar, Bruselas ofrecería hasta 10.000 euros por cada adulto, financiados con presupuesto de la UE.

Patrocinio de los Estados miembros para agilizar los retornos

Otro de los puntos más candentes del paquete de la Comisión hace referencia a una política de retornos más ágil. Bruselas quiere acelerar el retorno de aquellos migrantes que no cumplan con los requisitos necesarios para solicitar asilo, cuando menos del 30% de ellos son retornados a sus países y el resto se quedan en el continente en situación irregular.

“En cuanto a los patrocinios de los retornos, los Estados que lo asumen en nombre de los Estados que lo piden tendrán la obligación de organizar estos retornos en países donde pueden, donde saben, donde creen que lo pueden conseguir. Si no es el caso, si después de ocho meses que es bastante tiempo para organizar los retornos, no lo consiguen, esta obligación se transformará en obligación de la relocalización”, explicó el vicepresidente de la Comisión Europa, Margaritis Schinas.

Con esta nueva idea del “patrocinio”, Bruselas quiere que los Gobiernos europeos que se nieguen a recibir solicitantes de asilo, participen con inversión en sus retornos. Por ejemplo, organizando vuelos de retorno o facilitando los contactos diplomáticos necesarios para llevar a cabo las devoluciones, sin intervención de la Comisión.

La propuesta también incluirá la creación de vías legales de entrada e impulsar los reasentamientos de personas que ya disfrutan de protección internacional pero se encuentran fuera de la Unión Europea, así como afianzar lazos con terceros países que participan en las rutas migratorias para gestionar los retornos.

Mayor protección en las fronteras con Frontex

Esto está muy ligado al tercer punto clave del denso paquete: el reforzamiento de las fronteras europeas. La Comisión quiere crear un mecanismo en el que se pueda identificar a quienes llegan a Europa en las fronteras, mediante un procedimiento que permita saber si las personas son demandantes de asilo o migrantes económicos, estos últimos no entran dentro del denominado Estatuto de los refugiados y por ello, según las normas de la UE, no tienen derecho a pedir asilo pese a ser la mayoría.

“Habrá un nuevo y obligatorio control en todas las fronteras de todas las llegadas bajo el nuevo sistema. Actualmente, la única obligación es que un Estado miembro tome las huellas dactilares de alguien que llega de forma irregular y se registra simplemente. En virtud del nuevo pacto, todas las llegadas serán objeto de un minucioso control de seguridad, salud e identidad, lo que permitirá dirigir a las personas inmediatamente al procedimiento adecuado”, dijo Schinas.

La Comisión también quiere darle más potestades a Frontex, la Agencia Europea de Guardia de Fronteras y Costas, para que tenga las habilidades y los medios suficientes para convertirse en la guardia que proteja las fronteras, sin depender de otras contribuciones ni de las organizaciones humanitarias, como Open Arms o Médicos Sin Fronteras, que trabajan en la búsqueda y rescate de personas en el Mediterráneo.

Con el fortalecimiento del marco legal en el que actúa Frontex, la UE quiere incrementar el número de devoluciones. Sin embargo, para ello es necesario el mecanismo de reconocimiento de estas personas para esclarecer en qué situación llegan a Europa, pasando por una atención más personalizada en la que se estudie la situación de los migrantes caso por caso.

“El pacto proporciona las piezas faltantes del rompecabezas para un enfoque integral de la migración”

Además, como adelantó previamente la líder de la Comisión, los planes de este órgano intentan romper con la norma de que el primer país de llegada sea responsable de las solicitudes de asilo, como establece el Convenio de Dublín para los refugiados, creado en 1990, lo que supone una carga excesiva para las naciones mediterráneas.

Según la nueva propuesta, los que lleguen serán asignados a países en función de sus vínculos familiares, su historial de educación o trabajo, o de que tengan un visado expedido por un Estado miembro.

La propuesta del plan de 450 páginas se prevé aplicar a partir de 2023, pero es probable que nada de esto se acuerde rápidamente entre los 27, si se llega a acordar.

“El pacto proporciona las piezas faltantes del rompecabezas para un enfoque integral de la migración. Ningún Estado miembro experimenta la migración de la misma manera y los diferentes y únicos desafíos a los que se enfrentan todos merecen ser reconocidos, reconocidos y abordados”, alegó Schinas en referencia a respetar el estilo de vida europeo en el que se basa el acuerdo.

La situación actual en Europa respecto a la migración es muy distinta a la de hace cinco años y la Comisión Europea apela a ello. Sin embargo, las llegadas de migrantes y refugiados a través de las rutas del mar Mediterráneo hacia Europa siguen siendo constantes: más de 15.000 personas han alcanzado las costas europeas hasta marzo del 2020 y más de 300 personas han fallecido en el intento, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Por ello, las organizaciones humanitarias urgen a una rápida solución creíble basada en la “humanidad y generosidad” para la migración, que solvente las problemáticas de los refugiados varados durante años en los improvisados campamentos que son, para muchos, la vergüenza de la “solidaridad” europea.

Con Reuters, AFP y medios locales