Las tres promesas de Biden a los latinos
Para muchos latinos, los Demócratas son muy buenos para prometer. Ahora tienen que demostrar que también son buenos para cumplir.
Si el ex vicepresidente Joe Biden quiere obtener más votos latinos que Hillary Clinton en el 2016 -y con ellos vencer a Donald Trump y llegar a la Casa Blanca- tiene que convencer a millones de votantes de que no va a cometer los mismos errores que el expresidente Barack Obama. Y ya le queda muy poco tiempo para hacerlo.
Más de tres millones de inmigrantes fueron deportados durante la presidencia de Barack Obama, y muchos de ellos no tenían antecedentes criminales. Por eso Janet Murguía de UnidosUS le llamó el “Deportador en Jefe”. Biden no debe seguir con la misma política de deportaciones masivas.
Tampoco puede mantener el mismo sistema carcelario que durante años ha puesto temporalmente a inmigrantes y a sus niños en jaulas. En una entrevista en febrero de este año le mostré al exvicepresidente una fotografía tomada por John Moore en el 2014 de un niño hondureño de 8 años en lo que parecía ser una enorme jaula metálica en un centro de detención en McAllen, Texas. Esa inhumana práctica -extendida durante el gobierno de Donald Trump- tiene que acabar.
Pero, desde luego, la gran promesa incumplida de los Demócratas es una reforma migratoria que legalice a los casi 11 millones de inmigrantes indocumentados que hay en el país.
La promesa original la hizo Barack Obama cuando era candidato a la presidencia en mayo del 2008. “Lo que yo puedo garantizar es que tendremos en el primer año una propuesta de ley migratoria que yo pueda apoyar fuertemente”, me dijo durante una entrevista en Denver, Colorado. “¿En el primer año?” insistí. “En mi primer año en la presidencia,” confirmó.
Esa promesa no se cumplió.
Por eso los Demócratas tiene un Latino problem.
Ahora le toca a Joe Biden y a la senadora Kamala Harris corregir esa falta de credibilidad de los Demócratas con la comunidad Latinx. “Creo que fue un gran error”, reconoció Biden, en esa entrevista en febrero en Las Vegas, sobre las deportaciones masivas durante el gobierno de Obama. “Nos tardamos mucho en hacer lo correcto.” Y luego me explicó: “No fue hasta el 2012 que lo empezamos a hacer bien con el programa de DACA”. Esa orden ejecutiva de Obama protegió de una deportación y le dio permisos de trabajo a más de 700 mil Dreamers o estudiantes indocumentados.
Hay muchas cosas pendientes. Por eso Biden tiene tres nuevas promesas para los latinos en este 2020.
La primera es una reforma migratoria que legalice a millones de indocumentados y les permita hacerse ciudadanos de Estados Unidos. “Dentro de los primeros 100 días, voy a enviar al Congreso de Estados Unidos un camino a la ciudadanía para los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados”, dijo Biden en su último debate presidencial con Donald Trump. Y para justificar por qué no había ocurrido antes, marcó una sutil pero importante distancia con Barack Obama: “Yo seré presidente, no vicepresidente de Estados Unidos.”
La segunda promesa es específicamente sobre los Dreamers. “Voy a volver a legalizar a los Dreamers”, me dijo en la entrevista en Nevada. “Voy a asegurarme que no sean deportados. Ellos ya son estadounidenses.” Uno de los principales asesores latinos de Biden, Cristóbal Alex, me dijo cómo lo haría: “Los Dreamers van a ser protegidos inmediatamente por una acción ejecutiva, y se les dará un camino a la ciudadanía dentro de la ley de reforma migratoria.”
La tercera promesa es TPS (o protección migratoria temporal) para los cientos de miles de venezolanos que viven en Estados Unidos. Sobre el TPS a los venezolanos la senadora y candidata a la vicepresidencia, Kamala Harris, le dijo en una entrevista a la periodista Ilia Calderón que si ganan “nosotros haríamos eso” Y el asesor Cristóbal Alex le puso fecha. Biden “inmediatamente le daría TPS a los venezolanos que están en este país”, me dijo. “El presidente tiene esa autoridad, y el presidente Biden lo haría en enero del 2021.”
Estas tres promesas de Biden contrastan con el historial antiimigrante del presidente Donald Trump. Además de los comentarios racistas de Trump contra los inmigrantes mexicanos -les llamó “violadores” y criminales en el 2015-, su gobierno separó a más de 5,500 niños de sus padres en la frontera. Del 2016 al 2019 se redujo a casi la mitad el total de inmigrantes aceptados en el país -a unos 600,000 mil por año, según reportó The New York Times- y, rompiendo una larga tradición humanitaria, le prohibió a miles de refugiados centroamericanos esperar en Estados Unidos mientras se resuelve su solicitud de asilo.
Mientras Trump insiste en extender el muro en la frontera con México y prohíbe la entrada a ciudadanos de varios países mayoritariamente musulmanes , Biden busca una solución para los indocumentados que ya están en Estados Unidos y para los refugiados que esperan en México. Son dos políticas totalmente distintas.
Pero esto pudiera enviar el mensaje equivocado al sur del hemisferio. Si Biden ganara la presidencia, su primera crisis podría ocurrir por la percepción de que en Estados Unidos terminó la cruel era Trump y va a reabrir sus fronteras. Nuevas caravanas con miles de personas provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala podrían dirigirse hacia Estados Unidos a partir del 20 de enero del 2021.
El plan de Biden es invertir 4 mil millones de dólares en Centroamérica para crear empleos en la región y enfrentar las causas de la emigración. Pero eso toma tiempo. Años. Cientos de refugiados centroamericanos ya están esperando en México y no van a regresar a sus países de origen, donde enfrentaron hambre, violencia y corrupción. Hay una crisis en puerta.
Ante Trump todos hemos aprendido a no hacer pronósticos. Pero si Biden gana, estoy seguro que va a tener muy ocupados sus primeros días como presidente. Hay una larga lista de promesas por cumplir y los Latinos no van a dejar que se le olviden.