Senkata: tumbaron el muro con explosivos y sus manos, FFAA sí tenían armas letales
Un año después de los hechos luctuosos de Senkata, informes del IDIF, Amnistía Internacional y de las Fuerzas Armadas dan cuenta que los movilizados tumbaron los muros de la planta de YPFB con explosivos y con sus propias manos, mientras que el Ejército sí portaba armamento letal de 9 milímetros, pese a que el Gobierno lo negó.
“Provocaron explosiones para debilitar la estructura y con acción mecánica de empuje hicieron caer los muros”, señaló el director nacional del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) Andrés Flores, respecto a los informes preliminares de los daños al muro de la planta de Senkata.
El 19 de noviembre de 2019, el gobierno de transición intervino los bloqueos en Senkata, que desde la renuncia de Evo Morales rodeaban y aislaban la planta de YPFB. Esa situación causó un desabastecimiento de combustible y garrafas de gas licuado en los hogares de La Paz y El Alto. Por tal motivo el gobierno de transición decidió evacuar un convoy de cisternas. La acción militar dejó un saldo de 10 muertos.
El informe del comandante del CEO Andino Franko Suárez -dirigido al comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Sergio Orellana- detalla que entre las armas llevadas a Senkata, por la Compañía Anti Motín, estaban dos pistolas 9 milímetros.
Hasta la fecha se han emitido al menos nueve informes sobre lo ocurrido en Senkata. Fueron realizados por distintas instituciones ligadas a los derechos humanos e instancias gubernamentales como la Asamblea Legislativa Plurinacional, CIDH, Amnistía Internacional, Defensoría del Pueblo, Clínica de Harvard, Fuerzas Armadas de Bolivia, ITEI y el IDIF.
Todos recogen cientos de testimonios pero ninguno logró reconstruir lo que ocurrió ese día.
“El Ministerio Público es el encargado de hacer esta reconstrucción a partir de las investigaciones. Pero en todo este tiempo no hubo avances. Recién hace una semana se llamó a los familiares de las víctimas y a los heridos para tomar las declaraciones”, dijo el representante de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos El Alto David Inca.
“Se recibieron videos, audios y testimonios de las víctimas, además de varios informes enviados por el ejecutivo… se pudo haber reconstruido, pero no se hizo. La expresidenta Jeanine Añez mandó un documento de más de 600 páginas, al igual que el Ministerio de Hidrocarburos, pero la comisión de la ALP hizo un informe sesgado al que ni siquiera como miembro pude acceder”, dijo el exdiputado Amilcar Barral.
Con explosivos y a empujones
En 2019 Página Siete recorrió todo el perímetro de la planta de Senkata. Evidenció que el muro fue derribado en cuatro puntos diferentes -a lo largo de 1,3 kilómetros- sobre la avenida 6 de Marzo. Los daños estaban cerca de los ingresos vehiculares, las oficinas y los espacios donde se acumulan las garrafas.
Los primeros reportes desde el lugar daban cuenta que estos habían sido detonados con dinamita. Sin embargo, los muros que quedaron en pie no tenían rastros de una explosión de esa magnitud. Otra versión indicaba que las estructuras habían sido tumbadas a empujones, pero las paredes eran demasiado duras como para caer al primer intento.
Según el informe del IDIF ambas hipótesis fueron posibles.
“En estos cuatro puntos afectados del muro se encontró la presencia de nitratos y nitritos, es decir que agujerearon las bases de los muros donde colocaron las dinamitas para provocar explosiones que debiliten la estructura. Y fue con la acción mecánica de empuje que hicieron caer los muros”, explicó en ese momento el director del IDIF.
El informe Para sanar la pandemia de la impunidad de Amnistía Internacional señala que fuentes de la Fiscalía afirmaron que no se encontraron rastros de dinamita en los muros caídos. Lo que sí se halló -según la investigación- fueron restos de cócteles molotov, que también son explosivos.
Aunque parecen contradictorios, ambos informes coinciden en que hubo el uso de explosivos en el perímetro de los predios de la planta. Al menos dos de los nueve informes recogen el testimonio de una persona que afirmó ver cómo un joven preparaba estos explosivos artesanales, para responder a la represión militar.
Con este muro derribado, los daños al interior fueron cuantiosos. Los movilizados incendiaron tres vehículos, apedrearon las oficinas, sacaron un portón, le prendieron fuego a una caseta y se sustrajeron más de 200 garrafas.
El informe en minoría, presentado a la ALP por Barral, en respuesta al informe de la Comisión Mixta, señala que de acuerdo con la información brindada por Añez, las fuerzas del orden tuvieron que actuar para evitar un desastre mayor.
“El 19 de noviembre, en Senkata se realizó un operativo que buscaba sacar combustible de la Planta de Almacenamiento y Provisión de Combustibles y Gas de YPFB para abastecer de combustible a las ciudades de La Paz y El Alto (…) Empero los grupos radicales del MAS cercaron las instalaciones con el fin de dinamitarlas; y en efecto, derribaron un muro con uso de dinamita. Su finalidad era generar una explosión del depósito que habría provocado una catástrofe”, señala el documento. No menciona las pruebas de la afirmación.
En contraste el informe de la Comisión Mixta contiene un documento enviado por el Ministerio de Hidrocarburos. Este señala: “Hasta la fecha 19 de noviembre de 2019, no cursan informes de Inteligencia de la Policía Boliviana o del Ejército respecto a que la planta de gas de YPFB de Senkata fuera amenazada de un posible atentado a las instalaciones”.
La Defensoría del Pueblo, para su informe Crisis de Estado, preguntó a Hidrocarburos sobre el riesgo en la planta. Recibió la siguiente respuesta: “La pregunta no es muy clara, sin embargo, el personal del Distrito Comercial La Paz-YPFB desconocía acerca de acciones que pudieron poner en riesgo la planta”.
Asimismo, los afectados y detenidos argumentaban que el muro fue derribado porque un cuerpo habría sido llevado al interior de los predios. El informe de Amnistía señala que fuentes de la Fiscalía aseguraron que en una visita al sector, junto a la Defensoría del Pueblo no encontraron evidencia de que alguna persona haya sido llevada dentro de las instalaciones de YPFB.
Amnistía mostró preocupación porque no haya un esclarecimiento de los hechos. Señala que la Fiscalía ha encontrado resistencia para hallar información tanto en los habitantes de Senkata como en el Ejército y Policía.
“No salió ni una bala”
“Queremos aclarar que del Ejército no salió ni un solo proyectil. Las FFAA se mantienen con la premisa del diálogo permanente”, afirmó el ahora exministro de Defensa Fernando López, la noche del 19 de noviembre.
Estas declaraciones fueron reforzadas y repetidas con el informe del IDIF sobre las muertes de Senkata. Este último señala que los calibres identificados no son de las armas de uso reglamentario del Ejército o la Policía.
“De los ocho fallecidos, se han podido colectar cinco proyectiles. Tres corresponden a calibre 22 y dos son 9 milímetros. Y de los otros tres cuerpos no se pudo colectar ningún proyectil, pero hay un orificio de entrada y salida”, informó el fiscal general Juan Lanchipa. Los mismos calibres se repiten en los exámenes hechos por el IDIF a los heridos.
El informe de este último -presentado durante los conflictos- añade que en ningún peritaje se encontró proyectiles de 7,62 que -según su director- es la munición reglamentaria del Ejército.
Sin embargo, el informe del comandante del CEO Andino sobre las actividades del “Plan Sebastián Pagador”, emitido el 10 de diciembre de 2019, señala que una Compañía Anti Motín llegó hasta Senkata a recuperar el control de la planta a las 13:40. Este equipo, según el documento -cuya autenticidad fue corroborada por fuentes de las FFAA-, portaba nueve fusiles Galil, tres escopetas calibre 17 mayor, dos pistolas lanzagranadas y dos pistolas 9 milímetros, armas que el Ejecutivo dijo no son de uso del Ejército.
Asimismo, según el informe de la comisión de investigación de la ALP, entre los certificados forenses de heridos y muertos se pudo hallar proyectiles de calibre 5,6, que tampoco coincidían con el calibre 7,62 que, se supone, son se uso reglamentario.
Sin embargo, coinciden con las municiones de los nueve fusiles Galil que portaba el equipo antimotín y sus 140 cartuchos de calibre 5,56.
Esta compañía llegó a Senkata con una patrulla, un camión Faw, 14 instructores y 31 soldados. Además participaron otras dos patrullas de satinadores e instructores de alto nivel.
El informe militar como último punto indica que debe hacer notar que el equipo fue atacado con cachorros de dinamita lanzados al personal, a los vehículos y a la planta. Añade que se “evidenció el uso de armas de fuego de 9 y 22 milímetros -y otras- por parte de civiles entre los manifestantes”. No aporta las pruebas de esto, ni hace mención a si estas fueron las que causaron las muertes o los heridos durante esa jornada.
Es decir que, según este informe, ambos bandos tenían las armas que acabaron con la vida de 10 personas.
El informe del ITEI además pone alerta en otra evidencia. Esta institución, en su intervención para la extracción de proyectiles de algunos heridos, recolectó varios balines y balas artesanales, por lo que afirma que es necesario y urgente un peritaje balístico.
Cronología en Senkata
- Protestas Desde la renuncia de Evo Morales, la sucesión de Jeanine Añez y el agravio a la whipala, El Alto -y en particular Senkata- presentaron bloqueos, mítines, saqueos y enfrentamientos violentos entre bandos afines al MAS, sus opositores y los vecinos y gremiales que se declaraban neutrales. Además se quemaron los módulos policiales.
- 18 de noviembre Se movilizaron las tanquetas del Ejército y los conscriptos salieron a rellenar las zanjas que los vecinos abrieron en los alrededores de la planta para evitar la salida de combustible y garrafas de gas licuado. Todo este movimiento se hizo sin incidentes.
- 19 de noviembre A las 9:00 el movimiento de helicópteros y vehículos del Ejército se intensificó en El Alto y se divulgó las primeras alertas sobre una intervención a las protestas.
- 10:10 El personal militar llegó hasta la planta sorteando muchas dificultades y usando palas y maquinaria pesada para habilitar las vías.
- 10:50 Las acción militar y policial logró sacar el último de los 21 cisternas de gasolina y 19 de diésel del convoy. Esta cantidad -según explicó el entonces ministro de Hidrocarburos Víctor Hugo Zamora en Bolivia Tv y Panamericana- sería suficiente para dos días. Según declaró la autoridad no hubo incidentes. Sin embargo, un informe de las Fuerzas Armadas señala que había vehículos apedreados y que se dispersó a los manifestantes con agentes químicos.
- 11:00 Tras la salida del convoy empezó la gasificación a grupos de manifestantes que intentaron retomar los bloqueos para impedir el paso de más cisternas. Los testimonios e informes señalan que en ese momento la represión fue sólo con gases lacrimógenos.
- 11:44 El conflicto que ya iba en descenso se avivó y se reportó a los primeros heridos con balines. Desde el interior de la planta se alertó sobre un intento de “saqueo y quema de las instalaciones” por parte de una “turba” que intentaba tomar por la fuerza la puerta de la planta. Se activó la orden de movilizar una compañía antimotín.
- Muro No se tiene la hora exacta pero entre las 12:30 y las 13:00, el muro de la planta fue derribado en cuatro puntos. Los informes indican que se utilizó algún tipo un explosivo para debilitar el muro que luego fue tumbado a mano y por la fuerza de los movilizados.
- 13:05 Llegan a los medios de comunicación y a las redes sociales los reportes e imágenes del primer muerto en el conflicto.
- Atentado No hay un informe que pruebe que el objetivo de los manifestantes era detonar la planta. Sin embargo, tras la caída de los muros se procedió al robo de garrafas, la quema de tres vehículos y el ataque a los predios que sufrieron graves daños.
- 13:40 Según un informe de las FFAA sobre el operativo, alojado en el portal web del Ministerio de Justicia, personal antimontines llega a la planta con armamento y municiones no letales y letales, incluidas las de 9 milímetros.
- 18:00 Los enfrentamientos cesaron y aunque se oficializaba -con nombre y apellido- a tres fallecidos, el saldo de esa jornada fueron ocho muertes. Dos personas más perdieron la vida días después en un hospital.
- 2020 El lunes pasado arribó al país una comisión especial de cinco expertos para investigar los hechos ocurridos durante los conflictos de 2019.
El origen de la crisis
2019 El 20 de octubre Bolivia fue a las urnas. Hubo una suspensión del conteo rápido que generó la duda por fraude. La OEA advirtió irregularidades y las protestas comenzaron.
30 OCT Tras varios días de un paro cívico que exigía la anulación de los comicios, la violencia cobró la vida de dos personas en Montero. Empezó una ola de violencia desmedida y luto.
10 NOV En medio de un país convulsionado en el que se quemaban casas de autoridades del MAS, el presidente Evo Morales renunció para pacificar del país. Hubo un dominó de renuncias de sus autoridades.
11 NOV Aunque se levantaron las protestas por el fraude, la violencia creció. Grupos del MAS salieron en marchas violentas que amenazaban con saqueos y quemas.
12 NOV Grupos del MAS quemaron y dañaron bienes públicos, buses ediles y casas de periodistas y activistas opositores a Evo. Senkata fue rodeada para evitar la provisión de combustible. Añez asumió el poder.
15 NOV Ante los conflictos en varios puntos de Bolivia, el gobierno de Añez promulgó el decreto 4078 que eximía de responsabilidad penal a las FFAA de Bolivia que actuaran ante las protestas en el país.
19 NOV Se intervino Senkata para sacar 40 cisternas. El operativo dejó 10 muertos y decenas de heridos. El Gobierno justificó la acción militar, indicó que estaba en marcha un atentado terrorista.