Marte: el nuevo escenario de batalla entre China y EEUU
El planeta rojo es el nuevo objetivo de competencia en exploración espacial entre las dos grandes potencias mundiales a la que se suma el excéntrico supermillonario Elon Musk con su proyecto Space X.
No contentos con la guerra comercial que sostienen en los últimos años, agravada por la crisis de la pandemia del covid-19, norteamericanos y chinos están protagonizando otro enfrentamiento en un nuevo escenario; una indisimulada disputa por conquistar Marte. Además de los concurrentes chinos y norteamericanos que vienen desarrollando tecnología avanzada explorando formas de vida en el cuarto planeta con robots que envían información al centro espacial terrestre no nos podemos olvidar que el multimillonario Elon Musk, CEO de Tesla, también está interesado en su exploración. El empresario que tiene una fortuna acumulada de 188.500 millones de dólares a febrero de 2021, defiende la idea de que tarde o temprano la humanidad debe explorar nuevas formas de vida más allá de la tierra; aunque, claro, su gran desafió para lograrlo es económico. Según escribe el mismo CEO un cálculo optimista colocaría en alrededor de 10 000 millones de dólares llevar a una persona a Marte. El propósito de Musk es reducir esa exorbitante cantidad a unos 200 000 dólares, de manera que prepara terreno para permitírselo. Elon Musk es sobradamente conocido por ser el fundador de Space X, empress de transporte aeroespacial, y fundador del Tesla, fabricante de automóviles eléctricos que es esencialmente la razón de la milagrosa ascensión de Musk en las listas tanto de Forbes como del Bloomberg Index, entre los más ricos del mundo, habiendo alcanzado el primer sitial de ese club en 2019. Musk no se las trae cortas: ve dos únicos caminos posibles en el futuro de la raza humana. Por un lado, quedarnos en la tierra y enfrentarnos a una extinción que acabaría llegando, y por otra convertirnos en una especie multiplanetaria y encontrar una manera sostenible de poder colonizar planetas.
El mismo Musk cree que Marte reúne las condiciones para que los humanos se pueden mantener allí. “Es la única opción, teniendo en cuenta que la luna es demasiado pequeña, Marte tiene recursos suficientes para convertirse en una civilización autosostenible”, dice con poca modestia el excéntrico millonario. El considera esencial conseguir la reutilización de los viajes transportados al cuarto planeta de ida y vuelta, esto es, estaciones en ambos puntos para hacer fácil, o al menos intentarlo, el suministro reutilizable de pistas para los cohetes Falcon 9. Para explicar el porqué de esta necesidad pone como ejemplo las bicicletas. ¿Quién las utiliza si cada vez que quieres montar en una se la tuviera que comprar nueva?
Mientras Musk desarrolla su proyecto tripulado de naves interespaciales para viajes tripulados también quiere establecer una ruta fija para estar enviando constantemente experimentos y dispositivos en cápsulas a Marte. En cualquier caso, también reconoce que para poder llevar a cabo todo esto harán falta grandes cantidades de dinero. Musk además de inversores privados en esta empresa espera poder obtener un importante flujo de dinero lanzando satélites y colaborando con la NASA en sus experimentos, de cargamentos a la estación espacial.
Chinos y norteamericanos a Marte Lo concreto por en cuanto es que nuevamente los norteamericanos tienen el meollo en sus manos como durante la Guerra Fría cuando disputaba hegemonía planetaria con la ex Unión Soviética, lanzando cohetes a la Luna. En este empeño es obvio que tienen la delantera frente a otros proyectos como el que desarrollan los chinos. Hoy, 54 años después, las potencias parecen absorbidas en la nostalgia de las odiseas al espacio. EEUU envía regularmente a Marte capsulas robóticas que transmiten información de las características y condiciones del terreno; herramientas de imagen de laboratorio que sin enviadas al Centro Espacial. Con el aterrizaje exitoso del Rover Perseverance en el planeta Rojo el pasado 18 de febrero, EEUU se convierte en el único país en poseer dos robots móviles operativos en Marte.
Los chinos decididos a no quedarse atrás han puesto en órbita la misión Tianwen-1, que ingresará en mayo a la órbita marciana compuesta de tres partes: un orbitador, un aterrizador y un Rover. La presencia simultánea de estas misiones de exploración, trasciende la dimensión de lo científico, transformando a Marte en el nuevo escenario de la cada vez más fuerte competencia entre chinos y norteamericanos por la hegemonía planetaria
Sin embargo, el hecho más sorprendente es que existen empresas con recursos ilimitados que como no había ocurrido en ningún momento de la historia de la humanidad, visualizan importante participación en estos proyectos.