Evo, en pugna con 2 corrientes, busca reposicionarse en el MAS
El Movimiento Al Socialismo (MAS), otrora bloque sólido, presenta hoy corrientes que pugnan con el “evismo” en busca de consolidar su hegemonía dentro del partido, en miras a su congreso orgánico. La candidatura de Morales en 2025 tiene en frente al ala de los “renovadores” y a una tercera que empieza a delinearse.
La silla que le arrojaron a Evo Morales en un ampliado del MAS en Lauca Ñ, en diciembre pasado, evidenció los primeros signos de molestia en algunos militantes por la que consideraban una elección de candidatos “a dedo” para las subnacionales. Entonces se escucharon pedidos de “¡Renovación!
En abril, el líder del MAS anunció una “purga” interna dentro de su partido de quienes lo censuraron por el presunto “dedazo”, que provocó que el partido oficialista solo consiguiera tres de las nueve gobernaciones en las elecciones subnacionales. Apuntó también a aquellos que pedían la renovación de dirigentes.
“Después de un debate, todos coincidimos: si no es una purga, si no es depuración, tiene que ponerse orden a esta situación que vienen de algunos viceministros de nuestro gobierno”, declaró entonces Morales a la radio Kawsachun Coca.
Morales reforzó sus afirmaciones en su cuenta de Twitter: “La idea del dedazo y del antievismo vienen del imperio y de la derecha boliviana; es la estrategia del colonialismo externo e interno para debilitar y dividir al movimiento político más importante de Bolivia”, escribió.
Se atisban fisuras y el liderazgo de Evo dentro del MAS, incuestionable hasta hace algunos años, no es hoy el mismo.
“Dada su trayectoria en los últimos 15 años, la figura de Evo ahora no es lo que era. No tiene la popularidad ni proyección ni fuerza, es una imagen deteriorada en 14 años de gobierno en los que se tienen al menos 50 casos de corrupción que deben ser investigados por la justicia. Incluso internamente en el MAS vemos críticas frente a lo que hizo en 2019, que terminó escapando y dejando a sus militantes desprovistos de cualquier apoyo político”, sostiene el politólogo Ludwing Valverde.
Las corrientes
De acuerdo a fuentes cercanas al MAS, hay en el interior del partido al menos tres corrientes ideológicas: una de izquierda, otra “reconciliadora” y renovadora y una tercera de centro-izquierda.
La primera corriente, la “evista”, busca la consolidación de su líder Evo Morales en miras a su candidatura para las elecciones nacionales de 2025. La segunda, aún incipiente, apuntala al actual presidente Luis Arce. Y la tercera, que enarbola un discurso de reconciliación tras los conflictos sociales de 2019, sintoniza con el vicepresidente David Choquehuanca.
La corriente “evista”
“Evo y su entorno, particularmente con el que ha gobernado en los últimos años, están apostando a la candidatura de Evo para las próximas elecciones y están trabajando en consecuencia , posicionando hasta ahora de manera eficaz el discurso del golpe a nivel interno e internacional con propaganda y acciones cuestionadas en su legalidad que lindan con la persecución política”, afirma el analista Valverde.
Para el politólogo, la reciente posesión de Héctor Arce Zaconeta, que fue ministro del Evo Morales, como embajador de Bolivia ante la Organización de Estados Americanos (OEA) busca posesionar a nivel internacional el discurso del golpe de Estado. “Se busca limpiar la imagen de Evo Morales en miras a proyectarla en las próximas elecciones nacionales y posesionar el discurso de 14 años del llamado proceso de cambio”.
El nombramiento de Arce Zaconeta causó discrepancias al interior de la bancada del MAS. Mientras unos respetan su nombramiento, otros lo rechazaron pidiendo que se dé oportunidad a otros profesionales. “En la anterior gestión del presidente Evo Morales, ellos (Héctor Arce y otras exautoridades) trabajaron, pero hay nueva gente, gente profesional. Designar a nueva gente, ese es el compromiso de nuestro presidente Luis Arce”, dijo el diputado masista Andrés Flores cuando se propuso el nombre del exministro.
Al menos una decena de exautoridades del gobierno de Morales ocupan cargos públicos en la gestión de Arce. Ello refuerza la presencia del ala evista, cuyo líder ha retomado el trabajo político.
Morales ha participado en actos gubernamentales e incluso en reuniones con sectores, como el agro cruceño. Ha reforzado también su presencia entre sus bases, en miras al congreso de su partido, que fue pospuesto hasta el mes de diciembre.
“Renovadores”
La segunda corriente del MAS, de los “reconciliadores”, se cimienta en el discurso inicial del vicepresidente David Choquehuanca.
Aunque esta línea se ha aplacado ante los juicios del gobierno contra exautoridades de la gestión transitoria, también plantea renovación en el partido azul. Según fuentes cercanas al MAS, la línea de Choquehuanca tiene diferencias cada vez más marcadas con el ala dura de Evo Morales. “Hay pugnas internas y se va a imponer la voz más fuerte”.
En la inauguración de la escuela de cuadros -el 21 de mayo, en El Torno (Santa Cruz)- Choquehuanca aludió a “los jóvenes que son el futuro y conducción de la revolución socialista”.
“Despierten. Jóvenes rebeldes necesitamos. Los han vuelto bien educaditos, bien obedientes, bien sumisos, necesitamos despertar la rebeldía de los jóvenes. Somos millones, por eso nos tienen miedo y no quieren que surjan líderes en las provincias, en nuestros cantones, no quieren”, afirmó.
El diputado Rolando Cuéllar, considerado vocero de los renovadores, reafirma la necesidad de cambio de cuadros políticos dentro del MAS. “Quienes se oponen a la renovación de este proceso revolucionario son de la ultraderecha, infiltrados que nos están dividiendo (…). No le tenemos miedo a la renovación. Juan Ramón Quintana, Carlos Romero, Adriana Salvatierra y el mismo Arce Zaconeta son los que se oponen a la renovación”, sostuvo en sus redes sociales.
Según dirigentes de rango medio del MAS, sólo el pedido de renovación origina acusaciones de traición. “Nadie puede hablar libremente, nadie puede decir ‘no me gusta el dedazo’ porque puede tener problemas. Yo ya no estoy en el MAS porque hay un grupo de dinosaurios que impone desde arriba”, dijo Marcial Córdoba, exdirigente masista y actual concejal suplente por el MTS en el municipio cochabambino de Entre Ríos.
Los reclamos crecieron después de la determinación de “purgar” a los críticos a Morales. La ejecutiva de la Confederación Sindical de Mujeres de Comunidades Interculturales de Bolivia, Angélica Ponce, sostuvo tras el anuncio: “Estoy de acuerdo. No vamos a dar nombres: son exautoridades que acompañaron a él mismo (Morales) y que siguen queriendo volver a hacer daño a nuestro país”.
Tercera vía
Una tercera corriente aparece en el panorama del MAS. “Arce está articulando sutilmente a sus bases”. El actual presidente, aunque opacado por la figura de su antecesor, ha manifestado en reiteradas oportunidades su simpatía por el PS-1, partido creado por el extinto Marcelo Quiroga
Recientemente, Arce participó en el congreso de ese partido. “Sus aportes los estaremos esperando con ansias porque para mí también será una luz, un parámetro para ver dónde estamos y qué tenemos que hacer. No me abandonen compañeros, seguimos en la lucha”, dijo.
Punto de vista
Ludwing Valverde Cientista político
Candidatura Evo 2025, su objetivo
Evo Morales y su entorno están apostando a la candidatura de Evo para las próximas elecciones y están trabajando en consecuencia, posicionando hasta ahora de manera eficaz el discurso del golpe a nivel interno e internacional.
Con la posesión de exautoridades de Morales, como Arce Zaconeta como embajador ante la OEA, se busca limpiar de la imagen de Evo respecto al proceso electoral de 2019, pese a las irregularidades que ha detectado la OEA y otras instituciones.
A partir de aquello, Evo Morales se ha repolitizado internamente dentro del MAS y esto ha sido también por la ausencia de decisión política de los actuales presidente y vicepresidente del Estado, que están lejos de desarrollar la reconducción del proceso de cambio y se están limitando a administrar el Estado más que a gobernar.
En esa línea política parece haberse afianzado ya Evo Morales y su entorno, por tanto, ellos gobiernan. Lo hacen de manera directa y excesiva a veces y otras bajan el perfil, dependiendo de la reacción que reciba de la opinión publica.
Después de dejar a sus militantes sin apoyo en 2019, Morales ha perdido fuerza para reconducir a su propio partido. Hay diferencias entre bloques que se denominan “evistas” y “masistas”, estos últimos piden un enfoque del instrumento más allá de la figura de Evo.
El cónclave del partido azul se postergó hasta diciembre
El congreso masista, escenario clave para definir hegemonía en el partido
Página Siete / La Paz
El congreso orgánico del MAS será clave para definir la hegemonía de las fuerzas internas. Voces que piden renovación en el partido advierten que el ala “evista” pretende ajustar las normas para garantizar la inamovilidad de Evo Morales como candidato en 2025.
“Ese es uno de los objetivos de Evo Morales y su entorno. Mientras intentan limpiar la imagen del expresidente de cara a la comunidad nacional e internacional, buscarán eliminar cualquier sombra que amenace el liderazgo de Morales dentro de su propio partido”, dice el analista Ludwing Valverde.
El congreso orgánico del MAS estaba previsto para el 3 de junio, sin embargo, se postergó hasta el mes de diciembre debido a la escalada de casos de Covid-19. El encuentro tiene el objetivo de adecuar el estatuto interno del partido a la Ley Electoral y “ajustar” la disciplina de sus militantes.
El cambio de fecha coincide con algunas posturas disidentes dentro del partido que dan cuenta que no hay unanimidad sobre los cambios en el estatuto, ni sobre a quiénes se aplicará la purga interna anunciada por el expresidente Evo Morales.
El cónclave masista modificará los estatutos del partido después de nueve años, después del último congreso de 2012. Y apuntará a reforzar la disciplina.
“Con los dirigentes departamentales del MAS y del Pacto de Unidad trabajamos la propuesta que llevaremos al congreso del MAS-IPSP (…) destinada a mejorar nuestro estatuto para que haya más disciplina en este movimiento político que es el más grande de la historia”, escribió en abril Evo Morales en su cuenta de Twitter.
Dirigentes del MAS y parlamentarios cercanos al exmandatario anunciaron que en el congreso no se revisará el cargo que ostenta como jefe del partido. El anuncio rechaza de inicio los pedidos de renovación que surgen al interior del MAS.
El diputado oficialista Rolando Cuéllar pidió en marzo la renovación de la dirección nacional de su partido, incluida la presidencia de Evo Morales. “En realidad, feneció su cargo del compañero Evo (Morales). El estatuto del MAS dice que son dos años (la presidencia del partido) y por la pandemia y cosas que vino están seis años los dirigentes nacionales, ya no tienen legitimidad”, afirmó Cuéllar.
Y tras esas declaraciones le llovieron críticas, que lo tildaron de divisionista, de su propio partido. “No descarto que Cuéllar esté con la intención de dividir el MAS-IPSP, no estoy de acuerdo con lo que él asegura, tiene derecho a expresarse pero hay que ser claro. No es el sentimiento del MAS-IPSP”, dijo entonces el diputado Renán Cabezas.
Tras el anuncio de la purga, la voz visible de los renovadores endureció sus posiciones. “Se ha distorsionado el congreso orgánico (…), dicen que van a purgar, que van a expulsar, van a poner disciplina, pero yo les pregunto a estos llunkus: hay que ponerles disciplina a ustedes por traidores, a los que hay que expulsar es a ustedes”, dijo Cuéllar.
Para el exsenador y disidente del MAS Omar Aguilar, el nuevo estatuto apuntará a eliminar a disidentes: “La consigna del evismo es: el único candidato de izquierda debe ser Evo Morales”.