Castillo se presenta como vencedor en Perú antes de que el conteo oficial termine

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Pedro Castillo anunció este martes que ha ganado las elecciones en Perú, según el conteo de sus interventores. El profesor rural se dirigió a sus seguidores, que llevan apostados desde que comenzó el cómputo bajo el balcón de la sede de su partido, en Lima, para asegurarles que la victoria era suya: “El pueblo ha hablado”. El candidato izquierdista se quitó el sombrero y abrió los brazos en señal de victoria.

Castillo se ha adelantado a que acabe el conteo, que va por el 98,3%. En estos momentos, el profesor rural aventaja a Keiko Fujimori en casi 72.000 votos. La conservadora confiaba en acortar la distancia en este último tramo del escrutinio con los votos de los peruanos en el exterior, pero a la vez llegaron a la capital las actas de las zonas más remotas del Perú, donde Castillo ha recibido un apoyo masivo. “De acuerdo al informe de nuestros personeros [interventores], ya tenemos el conteo oficial del partido, donde el pueblo se ha impuesto a esta gesta, a la cual saludamos. Por eso pido también no caer en la provocación”, comenzó su intervención.

De fondo se escuchaban las bocinas que sus seguidores hicieron sonar durante todo el día. Castillo, de 51 años, se refiere con “provocación” a las insinuaciones de su rival, que el lunes compareció en rueda de prensa para denunciar que el partido del maestro estaba manipulando actas, lo que ponía en duda la limpieza de las elecciones. Fujimori no presentó pruebas del supuesto fraude. Hace cinco años, cuando perdió otras elecciones frente a Pedro Pablo Kuczynski, hizo la misma denuncia. Los observadores internacionales han felicitado al organismo electoral por la organización.

Los grandes bufetes de abogados peruanos -que representan a los sectores que optaron mayoritariamente por Keiko Fujimori-, presentarán este miércoles pedidos para anular más de 100.000 votos del candidato de izquierdas. Dado que la ley electoral prohíbe el aporte de las empresas privadas a las campañas electorales, los bufetes buscan una fórmula para que la autoridad electoral no considere el trabajo de revisión de actas y pedidos de impugnación como financiamiento ilícito para Fujimori.

El precio del dólar ha subido estos días ante la incertidumbre de un país ya de por sí movido. En el último lustro ha tenido cuatro presidentes distintos. “Hay ciertas zancadillas como la subida del dólar, que mañana va a subir unos puntos más, el costo del pan, el costo del pollo, el costo de la canasta familiar. ¡Mentira! Lo que pasa es que hay cierta incertidumbre, pero el pueblo ya no las cree”, dijo Castillo.

Añadió que había charlado con los empresarios, que durante la campaña mostraron un rechazo frontal a su candidatura. La élite peruana se volcó con Fujimori. “Acabo de tener conversaciones con el empresariado nacional, que está mostrando el respaldo al pueblo. Haremos un Gobierno respetuoso de la democracia, de la Constitución actual. Haremos un Gobierno con estabilidad financiera y económica”, finalizó. Castillo había anunciado semanas atrás un referéndum para reformar la Constitución que había generado polémica.

Los sondeos, al cierre de urnas, arrojaban un empate técnico entre los candidatos. Por lo tanto cada voto podía resultar clave. El cómputo tiene en vilo a todo Perú desde el domingo por la noche. Para que la victoria sea oficial se necesita que la oficina electoral, la ONPE, cuente todas las papeletas. El Jurado Nacional de Elecciones resolverá después las apelaciones de uno y otro partido. Una vez acabado ese proceso, el tribunal electoral declara oficialmente un ganador. Eso podría ocurrir dentro de varios días. De confirmarse el pronóstico de Castillo, Fujimori habría perdido por tercera vez consecutiva unas elecciones generales en la segunda vuelta. La última, las de 2016, también por un margen muy estrecho.

El partido de Castillo no da el asunto por acabado. Para defenderse de un supuesto fraude al que se han referido en varias ocasiones de forma indirecta, la formación le ha pedido a sus seguidores que continúen día y noche en las inmediaciones de la oficina electoral, que se encuentra a unos 300 metros de la sede de Perú Libre, el partido al que se adscribió Castillo para presentarse a las elecciones en enero, cuando era prácticamente un desconocido.

 

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