Los astrólogos son unos ignorantes de lo que es el Universo

0
382
Foto: wikipedia

El director del Planetario de Pamplona impulsó hace 25 años en España el manifiesto «Objeciones a la astrología» que firmaron 250 astrónomos y astrofísicos. «Para defender la ciencia hay que ser combativo contra las pseudociencias» y la astrología, dice, «es un fraude»

Javier Armentia esperaba que aquel manifiesto con «Objeciones a la astrología» que firmaron hace 40 años casi 200 científicos, entre ellos 19 premios Nobel, fuera un revulsivo y él mismo se implicó personalmente junto a Miguel Ángel Sabadell en promover su «versión española» en 1990. Hasta 250 astrónomos y astrofísicos suscribieron aquella declaración que advertía al público contra las predicciones de los astrólogos porque «sus principios carecen de fundamento científico». Afirmaban que la difusión de cartas astrales y horóscopos «sólo puede contribuir al crecimiento del irracionalismo y del oscurantismo» y consideraban que había «llegado el momento de desafiar directamente, y con fuerza, las afirmaciones pretenciosas de los charlatanes astrólogos».

Más de 25 años después de aquella iniciativa, el director del Planetario de Pamplona reconoce que «no ha servido para restar popularidad a esta adivinación». «La astrología sigue desde hace siglos muerta, pero es un muerto que goza de muy buena salud porque sigue siendo popular», admite. Sin embargo, «marcó el nacimiento del movimiento escéptico» y «comenzó a sensibilizar al mundo científico de que para defender la ciencia hay que ser combativo contra las pseudociencias». La astrología es «un fraude», asegura el astrofísico. Y lo argumenta.

-¿Estás de acuerdo con la definición de astrología que recoge el Diccionario de la RAE: “Estudio de la posición y del movimiento de los astros como medio para predecir hechos futuros y conocer el carácter de las personas”?

Realmente no, como tantas otras definiciones de temas de este tipo (telepatía, ovni…) parece que concede valor de realidad a la fantasía que propone. El diccionario debería decir que es una práctica adivinatoria basada en los astros. Una mancia como otras.

-¿Por qué la astrología es un fraude?

Porque promete algo que no cumple, porque parte de una base errónea y simplemente incorpora un método alambicado de cálculo astronómico para parecer algo serio. Porque cuando un astrólogo hace una carta astral personal y la cobra te pretende vender algo que no da: ni es una caracterización válida de una persona (o una empresa o lo que sea) ni sirve para prever o predecir nada. Es decir, es algo contrario a la verdad, pero también algo contrario a la rectitud, una práctica en la que el cliente resulta doblemente engañado. Unfraude, por cierto, según la definición de la RAE.

-El manifiesto “Objeciones a la astrología” intentó mostrar la unidad de los científicos frente a este tipo de creencias. ¿Qué repercusión tuvo? ¿De qué sirvió?

La astrología sigue estando ahí, los horóscopos aparecen también en los periódicos, e incluso cuando se produce el nacimiento de alguna criatura famosa (hijos o hijas de reyes etcétera) los periódicos hacen siempre mención al signo astrológico y otras paparruchas como la numerología. En general, la gente sigue conociendo su signo del zodiaco y casi todo el mundo sabe además algunas «características» asociadas a ese signo. En ese sentido, el manifiesto «Objeciones a la astrología» no ha servido para restar popularidad a esta adivinación.

Algo que no era esperable, porque al fin y al cabo desde el nacimiento de la ciencia moderna en el siglo XVII la idea astrológica de que el cielo (las posiciones de algunos astros) permite conocer o conduce o inclina las actividades humanas dejó de tener base y lógica. Nada de lo que sabemos del Universo sustenta las afirmaciones astrológicas, pero es una tradición anclada en nuestras culturas desde muy antiguo. Por eso un simple manifiesto no puede hacer nada.

Sin embargo, ese manifiesto marcó el nacimiento, en los EE.UU. (y la consolidación en la «versión española» que promovimos en 1990) delmovimiento escéptico, es decir, de una corriente de opinión que comenzó a contraponer el pensamiento crítico a las afirmaciones paranormales. Tengo la sensación de que este manifiesto comenzó a sensibilizar al mundo científico de que para defender la ciencia también hay que ser combativo contra las pseudociencias.

-Carl Sagan no suscribió el manifiesto, pero aseguró que «habría firmado encantado una declaración que describiera y refutara los dogmas principales de la fe en la astrología». ¿Es que no se la ha desenmascarado lo suficiente? ¿Habría que hacer un nuevo manifiesto para lograr más apoyos?

En parte he contestado antes: la contraposición astronomía-astrología lleva siglos planteada y con argumentos poderosos. Con el tiempo, los avances en el conocimiento del Universo no hacen sino poner de manifiesto cómo la astrología no ha avanzado nunca nada al conocimiento de nada, ni ha sido siquiera capaz de predecir que había otros planetas, o que el Universo está en expansión… Responde a la creencia de que el cielo está sobre nosotros y nos influye, un sentimiento similar al del humano ante la furia de los elementos o la incomprensión del mundo que le rodeaba. Frente a ello, la ciencia ha ido permitiéndonos entender por qué suceden las cosas. La astrología sólo ha cambiado para incorporar ordenadores a sus horóscopos y sacar más fácilmente el dinero a la gente.

-Un clásico: ¿Son los astrólogos pre-copernicanos?

La astrología lo es, de hecho. Realmente los astrólogos son unos ignorantes de lo que es el Universo, de lo que la astronomía (la de verdad) estudia y cuenta. Pero es que no les hace falta, porque ellos simplemente utilizan una técnica antigua («milenaria») para hacer un pase de manos con el que engañar al cliente. Si ven a la Luna en Aries dirán que eso influye en las acciones de esa persona, pero eso puede valer perfectamente para lo contrario.

Por lo tanto no es que sean precopernicanos, es que son precientíficos. O Anticientíficos.

-Dices que la astrología lleva muerta desde hace siglos. ¿Cuándo murió?

Posiblemente con el telescopio y Galileo y Kepler, a comienzos del siglo XVII, dejó de tener sentido. Ojo, ambos fueron astrólogos también, ambos vivieron de hacer horóscopos porque era algo que estaba de moda en las cortes europeas y les daba de comer. Pero ya no podían creerse esas influencias astrales porque comenzaban a entender cómo era nuestro Sistema Solar y cómo funcionaba.

Pero realmente podía haber muerto más de mil años antes, cuando el sofistaCarneades planteó el absurdo de los horóscopos con sus tres objeciones lógicas, que la astrología nunca solucionó adecuadamente. Y esto lo hizo en Grecia en el siglo segundo antes de nuestra Era.

-El cielo de la antigüedad, de cuando nació la idea del zodiaco, ¿es muy distinto del que se conoce ahora? ¿En qué ha cambiado? ¿El cielo de la astrología es imaginario? ¿No coinciden los signos con las constelaciones?

El cielo de la astrología simplemente no es el cielo real, sino una representación simplificada de cómo se ve el cielo desde una región de la Tierra que corresponde con el área mediterránea. Y que a lo más se puede extender sin errores importantes a otros puntos de nuestro planeta, pero no a las regiones polares donde se convierte en un absurdo sin sentido. Es decir, es el cielo visto por una persona que desconoce lo que es en realidad el Universo.

Del estudio de la regularidad de los astros, de su confluencia con la regularidad de la naturaleza, surgió esa idea de que «así arriba, así abajo». De esa manera, los actos de los humanos podrían tener también su influencia o su traza en el cielo. Al principio, como pasaba con la astronomía caldea o la china, sólo para conocer el destino de los reyes y sus reinos. Luego, en la Grecia democrática, con su popularización para todo el mundo.

Por lo tanto, el cielo astrológico simplemente recoge que tenemos unas 12 lunaciones al año, 12 meses, que el ciclo del Sol y la Luna es una forma de contar el tiempo y que si añadimos ahí los movimientos de los planetas (ojo: los que se veían a simple vista en la época, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) podríamos tener ese reloj con manecillas para poder conocer el futuro.

Lo que pasa es que no funcionaba, nunca funcionó, y por eso las predicciones se hacían vagas. Ellos no lo sabían, pero los astrólogos, como los demás adivinos, lo único que aplicaban eran técnicas psicológicas de engaño que ahora conocemos mejor.

El cielo de la astrología, en definitiva, no es sino un tablero para convencer al cliente de que lo que hacen los astrólogos es serio. Como las líneas de la mano, los posos de una taza de café o escudriñar el vuelo de las aves.

Por otro lado, claro, sabemos que al fin y al cabo las constelaciones son simplemente dibujos en el cielo que hemos puesto nosotros, regiones para recordar cómo son los patrones de las estrellas y ordenar lo que vemos. Cada cultura ha ido poniendo ahí sus mitos y sus historias, de la misma forma que ahora hemos llamado Cervantes a una estrella. No porque nos influya más o menos, sino porque nos apetecía dar un homenaje a un gran escritor.

-¿Es cierto que no tiene en cuenta una constelación más, Ofiuco? ¿Hay alguna otra?

Si uno mira en cualquier mapa celeste la posición del zodiaco, es decir, la proyección de la órbita de la Tierra, o dicho de otra forma, la región que contiene al plano de la órbita de revolución terrestre (que es un plano al que llamamos «eclíptica»), aparecen por ahí de hecho 14 constelaciones: las 12 «clásicas» del Zodiaco y la de Ofiuco (o Serpentario) y justo la esquina deCetus (la Ballena). Como los planetas se mueven en órbitas planas bastante cerca de nuestra Eclíptica, esas 14 constelaciones suelen valer. Si queremos meter a Plutón, sin embargo, tenemos 25 constelaciones por las que pueden pasar los planetas…

-¿Qué hallazgos astronómicos no contempla la astrología? ¿El planeta X?

Sin duda, todos los asteroides y los planetas enanos, los cometas y todos los demás objetos del Sistema Solar son cuerpos celestes. Si no nos influyen por ser pequeños o por estar lejos, la astrología debería poder explicar por qué elige unos y no otros. ¿Simplemente porque son antiguos, por sus arquetipos mitológicos, por la tradición? Entonces es lo que decía antes: no hace falta cielo para andar con las monsergas de los horóscopos.

Pero es que el Universo tiene además enormes fenómenos energéticos que emiten luz, ondas gravitacionales, neutrinos y todo ello con una potencia que supera a la que nuestro Sol o los planetas podrían emitir nunca. ¿Por qué todo eso no influye, ya puestos? Porque no se conocía, y por lo tanto, no se podía meter en el horóscopo a la venta.

Pero si hace falta, el astrólogo «humanista» se dedicará a decir que incluyen otras influencias con toda una parla pseudocientífica. Eso no es ni erudición ni es serio, sino la típica excusa de mal tendero, el que pillado haciendo trampas en la balanza justifica como sea el fraude perpetrado.

-Los astrólogos hablan de fuerzas de gravedad de los astros que influyen en los hombres. ¿Qué responde a esto la ciencia?

Que sólo un astrólogo ignorante y sin conocimiento de física puede afirmar algo así. Por supuesto que la gravedad de los astros nos influye. La de la Tierra sobre todo porque estamos aquí. La de la Luna también con las mareas, a la que se suma también la del Sol, que hace orbitar la Tierra dando una vuelta al año y también provoca las mareas. Pero los demás astros simplemente no nos influyen. Y ojo, tampoco las mareas lunares y solares influyen en lo que se suele decir que lo hacen. Por supuesto provocan alteraciones en las grandes masas de materia en la Tierra: los mares, la atmósfera, la corteza terrestre. Pero no los seres humanos, somos demasiado pequeños y con poca materia como para sentir ninguna fuerza de marea.

-¿A qué preguntas científicas son incapaces de responder los astrólogos?

A todas las preguntas que ha venido respondiendo la ciencia desde hace 4 siglos. Pero es que nunca fueron capaces ni siquiera de preguntárselo. No les interesa la ciencia, sino una creencia redonda con la cual viven en su burbuja adivinatoria.

-¿Cuántos estudios reconocidos han refutado a la astrología? ¿Cuáles son los más destacados?

Hace unos años, en un dossier preparado por la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, titulado «¿Está escrito en las estrellas?» el astrofísico Miguel Ángel Sabadell hacía una amplia lista de estudios fallidos.

-Sin embargo, dices que sigue gozando de muy buena salud. ¿Qué porcentaje de población cree en la influencia de los astros?

En la Encuesta sobre Percepción Social de la Ciencia que hace la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) de 2014, presentada el año pasado, se daba puntuación a diferentes temas, en una escala de 1 (no es nada científico) a 5 (muy científico). Los horóscopos puntuaban con un 1,6. La astronomía, por compararlo, con un 4.

(Armentia recuerda el estudio de Cambridge Univ. Press Monitor de 2015 que analizaba las creencias de los jóvenes españoles y aunque no mencionaba la astrología, señalaba que el 31% creía que hay «energías» que nos influyen. También menciona el informe Jóvenes españoles 99, realizado por la Fundación Santa María bajo la dirección del sociólogo Javier Elzo, que revelaba que el 41% de los jóvenes españoles creía en la astrología y el horóscopo)

-¿Es la religión más popular del mundo, como decía Paul Kutz?

Posiblemente es el cuerpo de creencias mitológicas más popular. Aunque en los últimos años he percibido que los niños que vienen al Planetario de Pamplona ya no suelen conocer tanto los signos del Zodiaco como sucedía antes. Suelo preguntar en mis charlas para adolescentes dónde han aprendido lo que saben de los horóscopos, y todos comentan que en casa, con sus padres. Así que la transmisión familiar sigue siendo fundamental. Desde luego, esto no se estudia en clase, a lo más en la tele…

Pero en los últimos años la mitología griega es más conocida por las películas de Disney y la saga de los Titanes de Hollywood que la astrología.

-¿Internet y las redes sociales han reactivado este tipo de creencias?

En general sí, al menos considerando globalmente un nuevo tipo de pseudoespiritualidad que habla de lo natural en plan místico, de las energías sutiles, de las tradiciones orientales… No en concreto la astrología, que se mantiene porque siempre ha estado ahí.

Afortunadamente, también es cierto que las redes permiten más acceso al público del pensamiento crítico, de periodismo responsable y de datos que desenmascaran las afirmaciones paranormales.

Por ejemplo, no hay mejor antídoto contra los adivinos de los famosos (que llegaron a tener mucha popularidad en los años 90 en España, como Octavio Aceves o Rappel…) que la hemeroteca que proporciona internet. Sus mentiras y sus errores quedan patentes cada año.

(Por cierto, que ABC publica cada año las predicciones de algunos videntes famosos. Quizá debería hacer un seguimiento también cada año de cómo lo que acertaron se dividía en: cosas obvias y pura chiripa. El resto, mayoritario, es lo que no aciertan)

-¿Existen aún defensores de la astrología en ámbitos universitarios? ¿Aquí en España?

Sí. Desde luego, no en el ámbito de la astronomía o la astrofísica. Pero algunas universidades siguen colando a veces algo de astrología bajo el amparo de la libertad de cátedra. Sucedió en 2009, en pleno «Año Internacional de la Astronomía» por ejemplo, cuando conseguimos paralizar un curso astrológico. Jesús Navarro, el director del curso, es catedrático de Tecnología Electrónica en la Universidad de Zaragoza. Y allí sigue con su afición astrológica.

-¿Es la astrología “la hija loca de una madre sabia” (la astronomía) como decía Voltaire?

No. Es la hermana loca de una hija sabia, más bien.

La astrología nació, como era lógico, en un mundo en el que las explicaciones míticas eran necesarias para ordenar un mundo que parecía condenado al caos. Y dio un método que venía de la mano de su hermana, que había tenido mucho éxito organizando el tiempo, permitiendo la navegación, hasta ordenando el territorio. Esa era la astronomía. Lo sigue siendo.

-¿Estás de acuerdo con Juan Antonio Belmonte, que dice que la astrología ha acabado convirtiéndose en mera horoscopia y que los astrónomos deberían reivindicar el viejo título de astrólogos (como biólogos, enólogos o psicólogos)? ¿Es una batalla perdida?

Sí, es una batalla perdidísima.