Este 8 de diciembre, se cumplieron 160 años de la publicación de la encíclica Quanta cura, bajo el pontificado de Su Santidad Pío IX. Este documento lleva anexado el Syllabus complectens praecipuos nostrae aetatis errores (Índice de los principales errores de nuestra época).
Dicho índice o compendio parece hoy muy ignorado, pues vivimos en una época de crisis en la Iglesia. Varias de nuestras legítimas autoridades, civiles y eclesiásticas, proclaman ideas que otrora fueron condenadas y cuya condena sigue vigente (porque la doctrina cristiana no puede ni debe cambiar jamás).
El Syllabus recopila 80 afirmaciones o proposiciones erróneas en 10 categorías distintas. El documento resume las principales ideas rechazadas por la Iglesia y que en su época comenzaban a divulgarse. No es posible mostrar aquí todos los errores, pero veamos tan solo algunos de ellos.
Comencemos por el error N.º 16, que abraza el indiferentismo religioso, la idea de que todas las religiones son verdaderas (incluso las que involucran sacrificios humanos): «En el culto de cualquiera religión pueden los hombres hallar el camino de la salud eterna y conseguir la eterna salvación».
Por su parte, el error N.º 39 defiende el reemplazo de Dios por la autoridad civil del Leviatán: «El Estado, como origen y fuente de todos los derechos, goza de cierto derecho completamente ilimitado».
El error N.º 40 ataca a las enseñanzas cristianas por ser supuestamente perjudiciales para toda la humanidad: «La doctrina de la Iglesia católica es contraria al bien y a los intereses de la sociedad humana».
Por otro lado, el error N.º 60 exalta a la democracia como fundamento de gobierno (que no es lo mismo que forma de gobierno); es decir, a la voluntad popular como superior a la ley divina y natural: «La autoridad no es otra cosa que la suma del número y de las fuerzas materiales».
El error N.º 55 sostiene la supremacía del Estado sobre la Iglesia, o como le llaman ahora, ‘Estado laico’: «Es bien que la Iglesia sea separada del Estado y el Estado de la Iglesia».
Por último, el error N.º 80 se acerca a lo que hoy conocemos como modernismo, la herejía según la cual la doctrina cristiana debe cambiar y acomodarse a los tiempos: «El Romano Pontífice puede y debe reconciliarse y transigir con el progreso, con el liberalismo y con la moderna civilización».
Muchos se sorprenderán de que estas ideas estén condenadas, porque son cosas que hoy se afirman como si fueran dogmas incuestionables. Y es que nuestra forma moderna de civilización se fundamenta en principios revolucionarios impulsados desde hace pocos siglos por fuerzas anticristianas.
Más allá de si uno esté o no de acuerdo con el Syllabus, lo cierto es que este no deja de ser un documento pontificio interesante para estudiar. Cabe aclarar que, para cada error condenado, el compendio tiene un pie de página donde se indica el documento pontificio que refuta cada proposición.
No es casualidad que cada vez más gente deje de ser católica, pues hoy, ante una jerarquía que parece abandonar la integridad de su fe, muchos se sienten más seguros buscando a Dios en otros grupos religiosos. La Iglesia Católica retomará su vigor y restaurará la Cristiandad el día en que el clero vuelva a defender su doctrina íntegra y a practicar masivamente las virtudes, purgándose de doctrinas confusas y heréticas.
Aarón Mariscal es docente universitario.