50 años de Mafalda

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Foto: Elena Jimenez/ Cadena Ser

Quino, el padre de Mafalda: “Los errores de la humanidad se repiten”

Quino, 81 años, hace un repaso al medio siglo que cumple Mafalda. Se emociona con la fidelidad que siente la gente hacia un personaje que dejó de dibujar hace cuatro décadas. Y se apena porque algunas de las cosas de las que hablaba entonces, como el conflicto palestino-israelí, siguen vigentes hoy. “Esto de no tropezar dos veces con la misma piedra la humanidad lo repite siempre”, explica.

El nacimiento de Mafalda

La pequeña Mafalda cumple 50 años. Su nacimiento fue “fruto de la casualidad”, como señala Quino, cuando le encargaron que hiciera una tira cómica para vender como “publicidad encubierta” una marca de electrodomésticos que se llamaba ‘Mansfield’. Entonces empezó a buscar un nombre para la pequeña. Tenía que tener el mayor número de letras parecidas a la marca y tenía que empezar por m. Quino encontró el nombre viendo una película argentina que se llamaba ‘Dar la cara’ y en la que una nena tenía ese nombre.

 

La historia se repite

Pese al medio siglo que tiene Mafalda, Quino se sorprende con la repetición de la historia. “Me ha pasado encontrarme tiras de Mafalda donde habla del conflicto judeo-palestino y yo dije, hace tantos años que venía dando la lata con este tema. Y sí, es que nos repetimos. Los errores de la humanidad se repiten”. Quino es seguidor y amigo de otros viñetistas españoles como Peridis, Forges o El Roto. De este último recuerda uno de esos dibujos que hablan del poco aprendizaje de los humanos. “Hace unos días El Roto sacó una viñeta que es un globo terráqueo con un cuervo y el cuervo está diciendo ‘La historia nunca aprende nada de la historia’. Lo veo mal”.

Los seguidores

Quino no deja de sorprenderse de la “fidelidad” de los seguidores de Mafalda. No se siente devorado por el personaje, sino acompañado. “Me emociona esa fidelidad de la gente hacia un personaje que uno dejó de dibujar hace tantos años”. Todos los personajes de la tira cómica tienen algo de Quino, pero justo las características contrarias a como es él. “No sé manejar el dinero como Manolito. No soy chismoso como Susanita, pero me encanta que me cuenten chismes. La sopa me gusta mucho”. Y, ¿por qué ese odio entonces de Mafalda hacia la sopa? “Era una alegoría a los regímenes militares que nos daban de comer ideas que no nos gustaban todos los días”, responde el autor.

Sobre la imagen, el icono en el que se ha convertido esta ‘pequeña’ de 50 años, Quino explica que no le importa ver su imagen en pancartas pero, siempre, según a favor de quien sean. “Me he encontrado varias. La derecha española hizo una pegatina con Guille y la bandera franquista y fue como una patada en el hígado para mí”.

Pasear por Madrid

En sus visitas a Madrid, Quino, pasea por el Madrid de los Austrias o por el parque de El Retiro. También le gusta mucho la plaza de la Paja, “porque creo que me tocó verla en las tardes de invierno madrileñas que hace mucho frío pero hay un sol buenísimo que te entibia todo el cuerpo y que el cielo está en un color limpísimo. También me gustan mucho los anocheceres de Madrid que tienen una tragedia espantosa. Que el cielo se ponga morado no lo he visto en ninguna otra parte”.

Epitafio

A Quino le gustaría que se le recuerde con la siguiente frase: “Que no supo vivir”. Pero, ¿por qué el autor de esa pequeña que siempre estaba buscando respuestas piensa así? “Porque le di mucha importancia a mi amor al trabajo. Me lo tomé casi como unreligioso ortodoxo, que descuidan a su familia por estar siempre con la religión”.

Joaquín Salvador Lavado Tejón, Quino desde siempre, “cuando me llevaron a la escuela primaria me llevé un susto con mi nombre, (le llamaron Joaquín Salvador), para mí yo era Quino”, ha dejado ya atrás Madrid para volver a su Argentina natal. En su casa se quedan algunos libros, de El Roto, de Gila, de Mortadelo y Filemón, o el diccionario de María Moliner. Pero, sobre todo, un montón de figuritas de Mafalda en imanes, alfombrilla para el ratón, peluches que están repartidas por las estanterías de su salón luminoso en Madrid.