Adios a Umberto Eco (1932 – 2016)
“Umberto Eco, el hombre que modernizó la cultura italiana”, así cabeceó el diario Corriere della Sera, la información que anunciaba la muerte de Umberto Eco. Quizá habría que ampliar el horizonte e ir más allá. Eco fue un hombre que en honor a su apellido, consiguió hacer que su voz resonara en los cuatro puntos cardinales. Semiólogo, analista de la cultura de masas, intelectual crítico de su tiempo y consumado novelista de 84 años, se convirtió en un referente de su época. A continuación, bajo riesgo de dividir opiniones, recordamos cuatro de sus títulos obligados.
(De Bolsillo)
Valiéndose de características propias de la novela gótica, la crónica medieval, la novela policíaca, el relato ideológico en clave y la alegoría narrativa, El nombre de la rosa narra las actividades detectivescas de Guillermo de Baskerville para esclarecer los crímenes cometidos en una abadía benedictina. A la desbordante trama debe sumarse la admirable reconstrucción que no se detiene en lo exterior sino que ahonda en las formas de pensar y sentir del siglo XVI. Umberto Eco en plena forma.
El Péndulo de Foucault (De Bolsillo)
Tres intelectuales que trabajan en una editorial de Milán establecen contacto con autores interesados en las ciencias ocultas, las sociedades secretas y las conjuras cósmicas. En un primer momento dicha relación se mantiene estrictamente profesional, pero poco a poco van estrechándose los lazos. Editores y autores inventan juntos, por puro juego, un complejo «plan», urdido supuestamente por los templarios siete siglos atrás. Pero alguien toma demasiado en serio el juego, y todos ellos se verán inmersos en una inquietante pesadilla.
Número Cero. Lumen
«Los perdedores y los autodidactas siempre saben mucho más que los ganadores. Si quieres ganar, tienes que concentrarte en un solo objetivo, y más te vale no perder el tiempo en saber más: el placer de la erudición está reservado a los perdedores.» Con estas credenciales se nos presenta Colonna, el protagonista de Número Cero, que en abril de 1992, a sus cincuenta años, recibe una extraña propuesta de un tal Simei: va a convertirse en redactor jefe de Domani, un diario que se adelantará a los acontecimientos a base de suposiciones y mucha imaginación, sin reparar casi en el límite que separa la verdad de la mentira, y chantajeando de paso a las altas esferas del poder. La última novela del italiano es sin duda, un reflejo de cómo operan los medios de comunicación.
Apocalípticos e integrados. Tusquets
Publicado por primera vez en 1964, este volumen supuso todo un suceso por la manera en que afrontó la cultura de masas. En sus ensayos, el italiano analiza la estructura del mal gusto, la lectura de cómics, el mito de Superman, la canción de consumo, el papel de los medios audiovisuales como instrumento de información o el influjo de la televisión en el mundo de hoy. Eco se plantea el problema central de la doble postura ante la cultura de masas : la de los apocalípticos, que ven en ella la «anticultura», el signo de una caída irrecuperable, y la de los integrados, que creen con optimismo que estamos viviendo una magnífica generalización del ámbito cultural. Habrá quien piense que sus reflexiones ya están rebasadas, pero lo cierto es que sigue siendo un libro de texto en decenas de universidades.