Averno de Marcos Loayza
Coincido que Averno es poco creíble lo que no la invalida como película. Es un relato lleno de caprichos, personajes y de las almas que ocupan un lugar en la movida paceña; nebulosa, burlona e implacable. La lucha entre dos mundos que persiste en la arrogancia del orgullo paceño. Loayza se molestó en hacer una película con profundidad con imágenes sobrecargadas de emoción en algunos pasajes de la hora y quince que nos ofrece el largometraje. Sin excavaciones propias de la crítica ni pretender desembarcar en lugares remotos, nadie se había ocupado de mostrar imágenes paceñas repletas de simbolismo y de personajes muy propios. El personaje central es un joven sin oficio pero del que se desprende una narración de actitudes más que de compromisos con la historia central del filme. El lustra es un personaje tan paceño como el chuño que amanece y anochece; está a tu lado y desaparece cuando más lo necesitas. Alguien con sentido común diría que la obra de Loayza le tocó el corazón. Vista en perspectiva los paceños sabemos quiénes somos pero no nos interesamos en el detalle. Esa constatación de ver por cerca una familia alteña no apenas resulta tan real como surrealista desde el momento que actúa el pasamontañas y la doble identidad.
Los diálogos son otra de las virtudes de la película, se los teje con absoluta soltura en un argot perceptible que, en profundidad, encaran con la platea desde el inició mismo. Es una narración con intensidad mediana que no esconde ningún temor. Es un estreno revitalizante para nuestro cine carente de encanto e imaginación. No todo está dicho y siempre la palabra es de quien se ha puesto el guante para sacar al público del adormecimiento por la falta de producción nacional. Dat0s habló brevemente con el director de Averno, Marcos Loayza y esto es lo que nos dijo:
¿Hablamos de cómo nació la idea para desencadenar tu nueva película? Después de entrevistar a varios intelectuales y antropólogos, filósofos, sociólogos y literatos nacionales sentí que tenía en mis manos una gran cantidad de material sobre nuestra manera de ver el mundo, de eso que a veces llaman con tanta facilidad cosmovisión, y al contrastarla con nuestra literatura y nuestros maestros de las artes plásticas, sabía que tenía un valiosa materia prima. De ahí me puse a investigar para escribir el guion y el tono, fue una etapa muy agradable, de mucha curiosidad y de muchos hallazgos, de ahí fue necesario renunciar a la idea de escribir un guion bajo dictados de la dramaturgia para adentrarme en modos del mito, eso fue fantástico porque se abrieron otras puertas narrativas.
¿Sabías de las repercusiones favorables de la película? Cuando uno trabaja en el guion y la realización de la película no sabe a ciencia cierta cuanto de lo que estás trabajando va a funcionar o no, a menos que estés trabajando sobre recetas, a la hora de la verdad es muy satisfactorio que la gente responda a muchos de los impulsos puestos ahí. Que pueda hacerse dueño de la historia que estas contando
¿Es una trama netamente paceña o la ubicas extemporáneamente en cualquier confín? Es una historia muy paceña, pero creo que de alguna manera, lo que plantea la película es algo que tiene que ver con todos los seres humanos, el dialogo con la muerte y la madurez lo tienen todas las sociedades. Y siempre creo que es gratificante para cualquier espectador poder ver ese dialogo a partir de otros ojos.
No es bueno hacer comparaciones acerca de un trabajo de producción ¿crees que la película se asemeja en su narración a alguna obra de escritores paceños influyentes en su narrativa y espacio? La forma de narrar no lo sé, pero sin duda la obra es heredera de la obra Jaime Saenz, Rene Bascope, Adolfo Cárdenas, Víctor Hugo Viscarra, de los hermanos Lara, de Antonio Eguino, Humberto Jaimes, como también a otros grandes creadores del cine latinoamericano como universal.
¿Tratas de rescatar a La Paz como una ciudad escondida en su cultura y peculiaridades? Nuestro país entero es un país virgen, inédito, un secreto muy bien guardado, y creo que los artistas tenemos que rescatar un montón de lugares, espacios, personajes, historias, situaciones y valores de toda nuestra riqueza cultural.
¿Te sientes más cómodo escribiendo el guión de la historia o dirigiendo la película? Cada etapa es diametralmente opuesta, en la primera hay mayor libertad y mucho más soledad, en la segunda más compromiso y el aporte de cada miembro del equipo, creo que me gusta escribir historias que voy a dirigir y dirigir guiones que escribo.
¿Consideras que con el paspo del tiempo has mejorado tu técnica y Averno es una nueva forma de poner en la cinta tu experiencia en el cine? Si creo que uno a medida que tiene más años trabaja con más aplomo, experiencia y madurez, como también tiene mayor humildad con el trabajo propio y respeto con el trabajo ajeno, pero pierde también algo de energía y atrevimiento, de todos modos creo que Averno cambió el rumbo de mis películas.
¿Algún momento particular que te haya hecho disfrutar la película? Cada momento, hacer cine puede ser algo muy difícil de dejar, es casi imposible narrar la satisfacción cuando en el set de filmación ve aparecer con todo el escenario los actores y la iluminación las cosas que se había imaginado.
¿Qué se siente estar sentado en una sala llena viendo el estreno de la obra de tu creación? Cuando sientes que el público conecta y disfruta le película me invade una gran satisfacción de quien ha hecho sus deberes correctamente.