Ella es Carla Casanovas Escobari, una cantante mezzosoprano lírica, con una gran capacidad de interpretación, desde jazz clásico hasta jazz contemporáneo. Su creatividad, así como su gran destreza técnica, la han llevado a encarnar el espíritu de Amy Winehouse y Adele en un monosical que contiene actuación teatral y musical, donde debuta como productora y actriz.
¿Cómo fue el proceso de preparar el concierto Tributo a Amy Winehouse y Adelle? La gente me pedía desde hace tiempo que interprete a Winehouse y a Adelle. Si bien ya tenía un set en mis presentaciones sobre Winehouse, que fue muy exitoso en su momento, este era más acústico. Decidimos hacer este concierto entonces. No obstante, buscaba algo especial y distinto, que vaya más allá de un tributo convencional. Se me ocurrió escribir de este modo una obra teatral que sea unipersonal; un guion con dos personajes: el de una niña y el de una cantante. Mientras la primera investiga sobre estas cantantes, la segunda interpreta las canciones. Yo encarné ambos papeles.
¿Quiénes hicieron posible este show? Este proceso ha sido posible por el “sí” de los músicos y también por la aprobación de Miguel Vargas, quien ha sido director de escena. Ha sido un proceso fantástico de creación. Hemos realizado la canción original y la musicalización específica de la obra, que es una composición. Ha sido enriquecedor trabajarla. A la vez ha sido muy estimulante para mí asumir el rol de productora porque es la primera vez que organizo un concierto tan grande.
¿Qué músicos invitados han participado? He tenido en la dirección por un tiempo anterior a Luis García. No obstante, el maestro tuvo que asumir otro musical que venía preparando el año pasado. A cambio, entró el maestro David Chipana en los teclados, Pablo Soria en la guitarra, Andres Navarre en el bajo, Eduardo Navarre en la batería, y Jasmani Mayta en los teclados también. Hubo a la vez una sección de cuatro vientos con Israel Cadenas en la trompeta, Germán Mamani en el trombón, Alan Gonzales en el saxo tenor y Mauricio Murillo en el Saxo barítono. Tres coristas también nos acompañaron; Andrea Nuñez, Elsi Salazar y María del Carmen Delgado
¿Quiénes formaron parte del despliegue escénico? La dirección escénica estuvo a cargo de Miguel Vargas, mientras la asistencia bajo la batuta de Carla Cárdenas. Tuve, por supuesto, un equipo técnico de unas diez a doce personas que me ayudaron en la difusión, parte gráfica, marketing y publicidad en los medios.
¿Por qué decidiste juntar a estas dos artistas británicas en tu repertorio? ¿Hay algo en común que encuentres entre ambas? Considero que lo hice porque nos gustaba la música, los arreglos, las canciones. Vocalmente, ambas son un desafío diferente. Amy Winehouse tiene un background bien jazzero. Por eso, es muy difícil cantarla bien, con el fraseo complejo que ella tiene. Fraseo que tiende a cambiar, pues es un estilo libre del género. Obviamente, las notas muy agudas con colocaciones estéticas de Adele, que hacen que su voz sea única, me han atraído. Las canciones de ambas son muy sentidas. Otro aspecto que tienen en similitud es la temática del amor doloroso en sus canciones.
¿Cómo has buscado representar ese amor? A través de una narración musical de monólogo, se demuestra cómo nuestras expectativas tienden a ser mucho más altas de lo que es la realidad del amor. No se trata de esperar al príncipe azul. También en esta obra, se explora la posibilidad de abandonar una relación cuando no funciona. No vale la pena alargar procesos, por temor a la soledad.
¿Qué te conecta emocionalmente con ambas? Todos hemos tenido amores tóxicos, no correspondidos; situaciones de tener que olvidar a alguien que uno ama. A la vez, su música me muestra el lado de cómo sobreponerse a la situación y salir adelante. Por supuesto, yo tuve experiencias similares que pudieron nutrir estas canciones. Por eso, con toda autoridad y derecho supe que podría cantar las canciones de ellas.
¿Qué sientes cuando las interpretas? Primero, las siento como un reto. Además que, uno no siempre tiene la posibilidad de explorar a un artista. Al sacar uno o dos canciones nunca sabes realmente cómo es la cantante o cómo maneja su voz y de qué manera interpreta su música. Es un repertorio profundo el que se realiza. Conoces bien cómo encara ciertas notas. Es un desafío altamente recomendable para cualquier cantante.
¿Planeas a futuro conciertos temáticos con la música de otros íconos femeninos musicales? Sí, estoy planeando continuar con la idea del monosical, que es un monólogo para teatro musical. Hay ese tema, una actuación, propuesta, una obra, un mensaje, una caracterización de un personaje o varios interpretados por mi persona. Es decir, deseo darle importancia a mi rol artístico actoral. Todavía no puedo decirte el siguiente paso. Aunque sí, desearía realizar cuatro presentaciones por año.
¿Es un desafío económico también? Artísticamente llevar a escena un proyecto de 26 personas como este representa un gran presupuesto. Espero lograr algo semejante a futuro.
¿Qué desafíos aun sientes que debes lograr en tu interpretación vocal? Quisiera obtener bastantes herramientas; entre ellas, sentirme cada vez más cómoda en mi propia piel. Estoy en este momento en mi mejor capacidad vocal, mucho más confiada que antes. Sin embargo, por el lado de la composición instrumental, quisiera crecer un poco más. Desearía dedicarme a proponer creaciones propias y a expresarme personalmente. Es un área muy hermosa, en la cual no había entrado a profundidad, pues más me había abocado a mi interpretación. A la vez que, me gustaría mejorar la organización de cada una de mis presentaciones, con propuestas novedosas que vayan enriqueciendo mi camino y dándome la oportunidad de crecer más y más cada día. Así que, el desafío recién ha empezado. CHDV