Carla Ortíz: Quiero hacer películas de éxito
La actriz boliviana Carla Ortiz prepara su primera súper producción “Olvidados” sobre la “Operación Cóndor”. Desechó a cuatro escritores y se quedó con el quinto para sellar una historia sobre las dictaduras militares en el Cono Sur. Habla de su nuevo proyecto cinematográfico y dice que todavía se confiesa.
Carla Ortíz trabaja a tiempo completo en la producción de una película basada en la “Operación Cóndor”. Por primera vez la artista boliviana incursiona en la producción aunque en la película también interpreta el papel de una mujer que durante el golpe militar de Pinochet vivía en Santiago con su esposo que escribe para una revista francesa. La Operación Cóndor fue la ejecución militar de la teoría de Seguridad Nacional que se aplicó en varios países de América latina con el fin de liquidar la insurgencia de la izquierda y la influencia del comunismo en la región. Carla explica que la película reunirá a destacados artistas de los países donde se rodarán escenas a partir de octubre.
Durante la última semana de agosto Carla estuvo en La Paz en largas reuniones trabajando en la parte de la pre-producción. La encontramos en la oficina del director de cine Paulo Agazzi. Con los últimos destellos del tenue sol paceño que se filtraba por las persianas en su rostro, DATOS conversó sobre su nuevo proyecto cinematográfico.
“Es una película enteramente boliviana en la que estoy trabajando desde marzo del año pasado. No fue fácil escalar a este nivel. Tuve que contratar a un escritor en los Estados Unidos, escribimos el guión juntos”. En su nuevo papel de productora afirma que respeta el trabajo de todo el equipo. “No quería meterme de lleno en la narración. El guion final lo escribimos Elia Petridis y yo. Está basado en el original de Mauricio D’avis, amigo a quien quiero mucho. Fue una tarea compleja. Tuve como cuatro escritores y no me gusto ninguno, luego contraté al quinto y con él nos pusimos a escribir el guión”.
¿Por qué tocas una parte tan controvertida de la historia?
Me interesa contar todo lo que rodeó a las dictaduras militares del Cono Sur y explicar la preparación del plan; la participación de la CIA, la influencia que tuvo la Escuela de las Américas en Bolivia, Chile, Argentina. Creo que en el cine nunca hubo una propuesta de esta naturaleza. Otro de los motivos que me inspiraron a producir la película es la integración. El actor más famoso de Chile no es conocido en Argentina, el más famoso en Argentina no es conocido en Bolivia y así nadie se conoce; la idea es que una historia que ha dejado una marca tan fuerte sea interpretada por artistas que son los más importantes de sus países. El guión esta tan bien trabajado que ninguno dijo “no”. El elenco es espectacular.
¿Donde arranca la película?
Arranca en el pasado. Trata de un general boliviano que ha estado participando en las dictaduras y que en busca de redención le escribe cartas a su hijo que vive en Nueva York. Esta búsqueda nos lleva a la Escuela de las Américas, la preparación de la Operación Cóndor, la ejecución del plan robando vidas a muchas personas. Es una historia dura, porque es una parte dura de nuestra historia.
¿Es una de las razones por la qué decidiste incursionar en a producción de cine?
Sí, creo que en América latina hay historias que se deben contar, tenemos personajes espectaculares y locaciones esplendidas. El punto clave es hacer películas que no sólo sean exitosas en Bolivia o en los países involucrados, sino el desafió es que sean películas exitosas aquí y afuera, el problema es que estamos produciendo películas que no la ven ni tus parientes en los Estados Unidos.
¿Cómo funcionan los contactos?
Es una parte muy importante, creo que tener contactos ayuda. Hasta el momento tenemos la distribución de la película asegurada en cinco países, México y promesas en otros.
¿Cómo has logrado escalar a esta cúspide?
La razón más grande y el motor más importante es la energía divina. Dios que es una energía infinita de amor de prosperidad de consciencia, de humildad, de belleza. Yo ando feliz por la vida botando corazones; cansada porque siempre estoy cansada pero siento que Dios es esa catarata. Caminamos por todo lado preocupados, pero cuando conseguimos esa catarata, todo fluye.
¿Cómo logras estar debajo de esa catarata?
Tienes que aceptar que lo único que tienes es tu cuerpo, de nada vale tener bienes materiales, lo único que tienes es tu cuerpo. Tu cabeza, es lo único que tienes realmente. Se lo mejor que puedas contigo y con el resto y la vida va a ser mejor.
¿En qué diferencias la actuación de la producción?
La verdad es que respeto mucho el tema de los productores; el trabajo de actriz es duro: llegas, te preparas, tienes que estar en forma, estudiar el personaje, ir a los lugares; pero te saltas el proceso de producción que es súper fuerte porque debes generar ideas, desarrollarlas y darles vida.
¿Cuál ha sido tu último trabajo?
Depende cuando estoy despierta o cuando duermo (risas), porque el año pasado ha sido una verdadera locura, terminé mi primer protagónico en Hollywood junto a Ernest Borgnine, ganador del Oscar que falleció en julio, habíamos terminado de estrenar The Man Who Shook the Hand of Vicente Fernández y su distribución en los Estados Unidos; estuve al mismo tiempo muy dedicada al trabajo de la fundación en el tema de los damnificados de los deslizamientos de 2011 en La Paz y mientras trabajaba en la película estaba de mayo a junio durmiendo poquísimo ayudando a los afectados de los deslizamientos junto a otras organizaciones.
¿Qué se siente ayudando?
Algo muy lindo porque muere una parte tuya, muere esa parte que todavía puede quedar de egoísmo y entregas mi vida por personas que no conoces y que las sientes parte de ti. Entendí por primera vez el concepto de que la humanidad es como tu cuerpo: si un lugar que quieres está sangrando tu cuerpo lo siente; sientes más satisfacción en dar que en recibir.
¿Eres cristiana?
No, soy católica, practico budismo como filosofía de vida, me parece que el judaísmo tiene unos principios maravillosos que los practicamos en el catolicismo; los propios musulmanes tienen unos principios muy lindos de fe, respeto todas las religiones, pero soy católica porque no hay nada como tomar la ostia.
¿Te confiesas?
Ya no tanto, como creo que tengo una linda comunicación con Dios (risas), me confieso de vez en cuando, pero cuando tomó la ostia siento liberación.