Decreto Supremo establece día del músico boliviano

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Hoy se celebra a Santa Cecilia, la patrona de los músicos. Y a partir de este 2018, el 22 de noviembre dejó de ser una tradición implícita y pasó a ser una fecha ‘legalmente’ establecida para los intérpretes.

Ayer, en reunión de gabinete, se firmó el Decreto Supremo DS 3723, que consolida esta jornada como Día del Artista en Música de Bolivia, por gestiones del Ministerio de Culturas y Turismo (MCyT) y de la Confederación de Artistas Unidos de Bolivia (Caubol). La presentación de la norma fue anoche, en el hall de la Casa Grande del Pueblo, con un encuentro de artistas que el presidente Evo Morales calificó como histórico e inédito.

“En Gabinete de Ministros se aprobó el decreto supremo que establece el 22 de noviembre el Día del Músico de Bolivia. Nuestro país tiene su identidad y cultura, pese a que quisieron erradicar nuestra riqueza cultural, musical, originaria, mestiza y criolla en este Estado Plurinacional”, dijo Morales.

El DS de artículo único establece lo siguiente: “En el marco de sus competencias, el MCyT podrá coordinar con las entidades territoriales autónomas, las organizaciones de artistas y las entidades de nivel central del Estado la organización de actividades de conmemoración de este día especial”.

Las reacciones

Consultados sobre la relevancia de esta norma del Ejecutivo nacional para el ámbito de los artistas, varios músicos opinaron.

Alberto Villalpando considera que instituir una fecha es importante, pero no suficiente. “Es bueno que el Estado apoye con recursos, es necesario”, opinó.

El cantautor Alejandro Apodaca, que alzó vuelo a Medellín para probar suerte, desde la distancia compartió su punto de vista. “Es complicado ser músico, sobre todo si sos creador de tu propio material, ya que al no haber políticas culturales que incentiven el consumo de lo hecho en Bolivia, son pocos los medios que dan cabida a lo que se produce, lo que reduce la llegada a nuevos públicos, a eso sumemos la carencia de plataformas que impulsen a la exposición de la producción local y la prácticamente inexistencia de showcases que abran las puertas a la exportación de la música boliviana”, dijo.

Matamba valora que es un primer paso importante para ser reconocidos, más allá de la carnetización; sin embargo, cree que faltan muchas cosas, como seguro médico, el acceso a vivienda, a préstamo bancario, “porque no hay cómo demostrar los ingresos anuales a cabalidad. Estos ejemplos nos alejan de una sociedad en la que estamos enmarcados, ejemplos que nos separan de una sociedad de la cual formamos parte”, argumenta.

La pianista Marianela Aparicio también da su mirada. Para ella, el 22 de noviembre, Día de Santa Cecilia, que es la patrona de los músicos, siempre fue el día mundial de los intérpretes por esa figura religiosa. “La verdad es se están uniendo a una cuestión que ya era un hecho, me parece que sería superimportante plasmar ese día en un nuevo formato de apoyo, que realmente se promueva -desde políticas gubernamentales serias y a largo plazo- que las empresas privadas tengan beneficios, como eximirse de ciertos impuestos; fomentar que en cada ciudad haya orquestas estables, financiadas por los gobiernos municipales, como en cualquier parte del mundo. Es un interesante primer paso, pero sería buenísimo que se vea apoyado por medidas serias y sustentables que permitan a los músicos dedicarse al arte profesionalmente”, reflexiona.

Maykol Negrette, exvicepresidente de la Confederación Nacional de Artistas, miembro del grupo musical Starz y activo participante en las luchas por una ley específica para los artistas, considera que establecer una fecha es irrelevante. “Es una cortina de humo, un parche ante la ineficiencia de la ministra de Culturas al no haber promulgado en dos años una ley de artista, que se trabajó en muchas ocasiones con los involucrados. No hay ningún beneficio, el principal reconocimiento es una ley que sí abrigue a los artistas e indique en qué pueden ser beneficiados y qué obligaciones tienen”, dice. Según Negrette, desde hace más de 20 años en Bolivia ya se celebra el 22 de noviembre, incluso en los boliches. “Se parcha algo a lo que no se ha dado una solución definitiva”, cuestiona.