Natalia López Gallardo, una directora nacida en Bolivia y con nacionalidad mexicana, ganó este miércoles uno de los premios más importantes en la Berlinale 2022, el Oso de Plata, con su nueva película Manto de Gemas. El filme, escrito, dirigido y coproducido por la misma López Gallardo, trata el tema de las desapariciones y la violencia del narco desde la experiencia de tres mujeres: María, Isabel y Roberta.
Isabel, interpretada por Nailea Norvind, está en un proceso de divorcio y se instala con sus hijos en una zona rural donde descubre que su ayudante María, interpretada por Antonia Olivares, busca a su hermana desaparecida. “Ya va a ser un año que la buscamos”, le dice esta última. Isabel entonces le ofrece toda su ayuda para encontrarla, y en el difícil proceso se cruzan con la comandante de la policía en la zona, Roberta (interpretada por Aída Roa), cuyo hijo se ha ligado con el crimen organizado. El hijo, Adán, es interpretado Juan Daniel García Treviño, conocido en México como el protagonista de la película del 2019 Ya no estoy aquí. Isabel no solo se encontrará con los riesgos del narco en su búsqueda, sino con la interminable burocracia del Estado para exigir justicia. De acuerdo a cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas, en México han desaparecido al menos 94.000 personas desde 1964.
“Más que de la violencia o el narcotráfico, la película habla sobre el miedo que puede generarse en una sociedad donde no hay un proyecto en común, donde la gente está a la deriva, donde solo se quiere salvar el pellejo y nadie piensa en el bien común”, contó la directora desde Berlín a EL PAÍS.
Manto de Gemas es el primer largometraje de la directora pero no el primer proyecto de cine en el que ha participado. Su cortometraje En el cielo como en la tierra, sobre dos chicos abandonados por sus madres, obtuvo el premio al Mejor Cortometraje Experimental en el Festival de Cine de Morelia en 2006. También ha trabajado con los cineastas Amat Escalante, Lisandro Alonso y su marido, Carlos Reygadas. Fue editora de Luz silenciosa de Reygadas (2007), y actriz en Nuestro tiempo, película del mismo cineasta, del 2018.
López Gallardo ha dicho que para su película se inspiró en historias de vida en el Estado mexicano de Morelos, donde vive hace 13 años. “He sido testigo del progresivo colapso del tejido social”, explica en un comunicado. “Tengo dos hijos y me imagino, medio soñando, a través de la niebla, la vida cotidiana de los padres con hijos asesinados o desaparecidos, lo cual es suficiente para traerme la más oscura de las tristezas”.
Para escribir el guion y hacer el casting de la película, la directora cuenta que conoció a una familia que había secuestrado a un hombre en su propia casa. El padre del hogar trabajaba como taxista, los chicos seguían asistiendo a la escuela, y la familia parecía bondadosa y generosa con sus vecinos. “Necesitaban más dinero”, le dijeron, para justificar el secuestro en su hogar. “México es como un Dios con muchas caras y la misma cantidad de contradicciones”, dice la directora.
El premio a López Gallardo es un símbolo más de la atención internacional que han comenzado a absorber las mujeres en el cine mexicano, y que ya no solo se lo llevan los tres mosqueteros del cine mexicano (Del Toro, Iñárritu, Cuarón). El año pasado fueron premiadas y celebradas por la crítica dos excelentes películas de directoras mexicanas que también tratan el tema de la violencia en México desde la historia de vida de protagonistas mujeres –Noche de Fuego de Tatiana Huezo, y Sin Señas Particulares de Fernanda Valadez. A la Berlinale, además, también llegaron a estrenarse tres películas más de directoras mexicanas: El norte sobre el vacío de Alejandra Márquez, El Reino de Dios de Claudia Sainte-Luce, y Alma y Paz de Cris Gris.