El asesinato de Lorca puede ayudar a sacar documentación del franquismo

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“Dicho detenido fue sacado del Gobierno Civil por fuerzas dependientes del mismo y conducido en coche al término de Víznar [Granada] y en las inmediaciones del lugar conocido como ‘Fuente Grande’, en unión de otro detenido cuyas circunstancias personales se desconocen, fue pasado por las armas después de haber confesado, según se tiene entendido; siendo enterrado en aquel paraje, muy a flor de tierra”.

Esta es la descripción que hace la 3ª Brigada Regional de Investigación Social en una nota informativa fechado el 9 de julio de1965 – en plena dictadura franquista – sobre el asesinato del escritor Federico García Lorca, ocurrido en agosto de 1936, al principio de la Guerra Civil española.

El documento, que permneció guardado en el Archivo General del Ministerio del Interior hasta que el año pasado se hizo público, forma parte de la denuncia por el asesinato del escritor que el pasado abril presentó la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ante la jueza argentina María Servini, quien investiga la única causa abierta contra los crímenes cometido durante la dictadura de Francisco Franco.

La intención de la asociación, además de que la magistrada investigue la muerte violenta del poeta, es que recabe toda la documentación sobre la detención y asesinato de Lorca y que 80 años después de que le mataran por fin se haga pública toda la información al respecto que aún permanece encerrada en los archivos de la Administración Pública.

“El documento es una descripción perfecta de por qué le mataron”, señala a VICE News Emilio Silva, presidente de la asociación. La nota afianza de forma oficial las teorías que sostienen que quienes dieron el golpe de estado contra la República mataron al poeta por sus ideas de izquierdas y porque era homosexual y no, como la dictadura siempre sostuvo, que fue víctima de las trifulcas propias de la guerra.

“Aunque sin actividades conocidas, [Lorca] estaba conceptuado como socialista por la tendencia de sus manifestaciones y por lo vinculado que estaba a Fernando de los Ríos [ministro socialista en la República], como también por sus estrechas relaciones con otros jerifaltes de igual signo político”, recoge el informe elaborado en 1965 a petición de la embajada española en París para facilitar información a la escritora francesa Marcelle Auclair, quien preparaba una biografía del poeta.

A continuación, el escrito, de apenas una hoja y media mecanografiada, detalla cómo el autor de Poeta en Nueva York fue detenido por orden del Gobierno Civil en casa de sus amigos los hermanos Rosales, “antiguos falangistas”, donde se había refugiado tras el golpe de estado. El domicilio “había sido rodeado con gran aparato por Milicias y Guardias de Asalto [sic] que tomaron las bocacalles y tejados próximos”, se describe.

Tras ser detenido y llevado a los calabozos, en el documento se detalla cómo fue asesinado y después añade: “Se significa que Federico García Lorca estaba tildado de prácticas de homosexualismo, aberración que llegó a ser ‘vox pópuli’, pero lo cierto es que no hay antecedentes de ningún caso concreto en tal sentido”.

La nota informativa está acompañada de las cartas que entonces se cruzaron el ministro de la Gobernación, Camilo Alonso, y el de Exteriores, Fernando Castiella, para atender la petición de la escritora francesa. “Debo confesar a usted francamente que me inquieta un poco la idea de desenterrar con ese motivo tan desdichado asunto”, le escribe el primero al segundo.

Toda esta documentación permaneció escondida en el Archivo del ahora Ministerio del Interior hasta que hace tres años una persona se la hizo llegar a la ARMH. “Nos dice que no podemos hacerla pública hasta más adelante”, cuenta Silva. Así hace la asociación, que mientras tanto sí investigó por su cuenta. Le mostraron los papeles al hispanista y biógrafo del poeta, Ian Gibson, quien les dijo que lo que veía por escrito concordaba con lo que él llevaba investigando durante tantos años.

La asociación acudió después al propio archivo de Interior a reclamar la documentación original. “Se sorprendieron mucho de que supiéramos que existía”, señala el presidente de la ARMH. Cuando solicitaron ver el resto de archivos al respecto les respondieron que tenían que señalar el número de expediente exacto. “Les pedimos ver la relación de toda la documentación y nos dijeron que no lo tenían”, explica Silva, quien subraya que “el Franquismo es un gran secreto”.

Familiares de represaliados durante la dictadura y asociaciones de la memoria llevan años rebuscando en archivos civiles y militares, que muchas veces están cerrados, para tratar de arrojar luz sobre lo que pasó durante los casi 40 años de represión franquista. Silva está convencido por ejemplo de que uno de los documentos que permanece guardado en algún lugar es el mapa exacto de fosas.

“Antes del traslado al Valle de los Caídos tuvo que existir un informe previo para decidir todo lo que se trasladaba luego a Madrid”, subraya. Sería una relación exacta y reciente – el movimiento de restos a la basílica comenzó a hacerse apenas 20 años después de terminada la Guerra Civil – del número de tumbas comunes que aún existen por exhumar en el país.

La asociación tiene documentadas algo más de 2.000 fosas y ese documento aumentaría la cifra con toda probabilidad. “La Administración está llena de agujeros negros que hay que ir abriendo”, afirma el presidente de la ARMH.

Una de las abogadas de la que se conoce como querella argentina, Ana Messuti, señala a VICE News “la importancia de la asociación por recuperar la memoria de una muerte que se convirtió en un mito”, en referencia a que en España lo que siempre ha trascendido y se ha discutido en la opinión pública es la búsqueda de los restos de Lorca y no tanto el porqué de su asesinato.

A este respecto, Silva se pregunta por qué ningún colectivo español de defensa de los derechos LGTB ha reivindicado y homenajeado nunca la figura del poeta “cuando él fue el primer represaliado más universal por su condición de homosexual”.