El Misterio de Agatha Christie

Por redacción dat0s y agencias
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agatha christie. libro

La dama del misterio, Agatha Mary Clarissa Miller, más conocida por Agatha Christie, nació el 15 de septiembre de 1890 en Wallingford, al sureste de Inglaterra. Escribió 74 novelas, 154 relatos cortos, 20 obras de teatro, 3 poemas y 2 autobiografías. Murió el 12 de enero de 1976 y a 46 años de su muerte la escritora sigue siendo la más vendida en la historia de la novela policiaca. El libro ‘El Misterio de Agatha Christie’, de Marie Benedict, podría seguirle huella.

Estaba desaparecida. Agatha Christie, la escritora inglesa de misterios más leída del mundo, estaba protagonizando su propio policial. Se había esfumado el viernes 3 de diciembre de 1926 a las 21.45 de la noche. Todos la buscaban. Solo había dejado escrita una nota a su secretaria, donde le decía que salía a dar una vuelta en auto por la zona de Yorkshire.

Al día siguiente, su vehículo, un Morris Cowley gris, apareció destrozado. Estaba chocado de frente, sin frenos, al pie de un barranco en la zona de una cantera de tiza en Newland’s Corner, en el condado de Surrey, Inglaterra. El lugar quedaba muy cerca de un lago y a 100 kilómetros de donde ella vivía. Dentro del auto, la policía halló su abrigo de piel, una valija pequeña con algo de ropa, restos de sangre y una licencia de conducir vencida.

No solo la rastreaban más de mil policías y unos quince mil voluntarios, también sobrevolaban la zona con aviones y, temiendo un suicidio, dragaban los lagos y los ríos. El ministro del interior inglés, William Joynson-Hicks, se involucró en su búsqueda. La presión del público era enorme. Incluso, algunos medios de comunicación salieron a ofrecer una recompensa a quien aportara datos. El célebre autor y médico británico creador del personaje Sherlock Holmes, Arthur Conan Doyle, amigo de Agatha, llegó a darle a una médium un guante de la escritora para que intentara adivinar qué había pasado con ella.

Nada, ninguna pista. ¿Dónde estaba Agatha?

Luego de once días de desesperación, el martes 14 de diciembre de 1926, Agatha reapareció en escena. Estaba en el hotel Harrogate Hydro (hoy llamado Old Swan Hotel), en un exclusivo balneario de Yorkshire. Se había registrado como Teresa Neele y había escrito en la ficha que provenía de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Misterio, en parte, resuelto. Ahora, lo que más intrigaba a todos eran los motivos para semejante huida. Agatha guardó silencio. No les dijo qué hacía allí, ni cómo había llegado, ni pareció reconocer a su marido que se hizo presente en el lugar.

Fue enviada directamente a un centro psiquiátrico

Lo cierto es que todo aquel incidente había arrancado en la mañana de la noche en la que desapareció, aquel viernes 3. Prometía ser un día feliz porque saldría a la luz El asesinato de Roger Ackroyd, su sexta novela de misterio. Pero, durante el desayuno, recibió una noticia que la dejó shockeada. Su marido Archie Christie, quien ya era un consolidado banquero, le pidió el divorcio. Estaba enamorado de otra mujer y quería pasar el fin de semana con ella y unos amigos.

Esa mujer tenía diez años menos que Agatha y era una amiga de la pareja: Nancy Neele. No fue casual que fuera el mismo nombre con el que se registró Agatha en el hotel mientras estuvo desaparecida. Nancy había sido secretaria de un amigo y solía jugar al golf con Archie. Agatha la apreciaba. El desayuno se le atragantó y se sintió profundamente traicionada por ambos. Discutieron fuerte entre tostadas y té inglés, al punto que la jornada que debía ser de alegría, se arruinó fatalmente.

Cuando la policía y sus lectores supieron de esta escena comenzaron los rumores que apuntaron a Agatha sin piedad: ¿sería verdad lo del shock y que había pensado suicidarse?, ¿o era una artimaña publicitaria para su nuevo libro?, ¿no podría ser que Agatha quisiera que culparan a su marido por su desaparición? La gente dudaba.

Agatha nunca lo aclaró. Del accidente solo dijo: “Fui estúpida, estúpida… porque amaba profundamente la vida”. Y en su propia biografía evitó tocar el tema. Lo más razonable –razonaron quienes ahondaron en su vida era que, aquejada por la infidelidad y el insomnio, sometida al estrés y a un ataque de nervios, hubiera experimentado una amnesia temporal. Sin embargo, muchos de sus fanáticos lectores estaban convencidos de que ella lo había fingido todo.

Años después, la escritora Laura Thompson escribió, en una biografía sobre ella, que Agatha habría querido con su desaparición recuperar a su marido. Sugiere que podría haber descartado suicidarse por convicciones religiosas y que se habría quedado dormida en el auto. Cuando se despertó, quitó el freno de mano lo que provocó el choque y que el auto quedara al borde de un acantilado. De allí, según la versión de Thompson, Agatha se habría dirigido caminando hasta la estación de tren más cercana donde se subió a uno con destino a Londres. Finalmente, se fue a Harrogate, donde se registró con el apellido de la amante de su marido y esperó que alguien la encontrara.

Después de este escándalo, Agatha quiso dejar de usar el apellido del traidor y pretendió volver a ser Agatha Miller. Pero fue imposible, ya era muy conocida y tenía su primer bestseller. Hacerlo era como dispararse a los pies.

 

 

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Edición 244

Este artículo fue publicado en por la revista dat0s en la edición 244 en febrero de 2022 y actualizado el 15 de septiembre de 2022

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