El 16 de agosto de 1977 murió Elvis Presley una de las grandes figuras del rock and roll. El largo metraje de Baz Luhrmann que se exhibe en cines, marca la culminación de un proceso de rescate del lucrativo legado del ídolo.
Elvis Presley está de vuelta en un biopic no muy fiel a su historia real, pero que da en el clavo al captar el carisma y la energía del Rey del Rock. Dirigida por Baz Luhrmann, Elvis, la película, no se preocupa por la verosimilitud histórica, sino por la diversión. Está narrada por el controvertido manager de Elvis, el Coronel Parker, interpretado por Tom Hanks, quien emerge como el villano que vio al cantante solo como un títere muy lucrativo.
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Durante mucho tiempo, la imagen pública de Elvis Presley no honró su importancia real en la música y la cultura pop. Desde su muerte a los 42 años en 1977, el Elvis que ha quedado ha sido la cruda caricatura en la que se había convertido al final de su vida: decadente, vulgar e hinchado por el consumo de drogas y alcohol. Las más de 600 actuaciones que dio en Las Vegas entre 1970 y su muerte se han convertido en el hazmerreír, con el otrora ídolo del rock reducido a un cantante decrépito con trajes llamativos.
Sin embargo, en los últimos años, la empresa Authentic Brands Group (ABG) ha puesto en marcha una operación de rescate, que adquirió los derechos de licencia de la imagen del músico hace una década con la misión de hacer que Elvis vuelva a ser “cool”. Un esfuerzo que saca al deprimente artista de la etapa de Las Vegas y ensalza la energía revolucionaria y el carisma de su juventud, así como la autenticidad de su amor por las raíces negras de la música americana. Es este ídolo retocado el que aparece en la fascinante película biográfica Elvis, dirigida por Baz Luhrmann y que ya se exhibe en el país.
Protagonizada por un Austin Butler que hace aflorar la sensualidad juvenil, la producción marca el punto álgido del proceso de redención del cantante. Narrada por su polémico mánager, el coronel Parker, que controlaba la carrera de la estrella como un excéntrico dictador. La obra debería servir para conquistar a los más jóvenes. En la película, Elvis es un buen chico temeroso de Dios y enamorado de su esposa, pero también divertido, talentoso y cantante de éxitos contagiosos.
La banda sonora también cumple el cometido de rejuvenecerlo: las canciones del Rey aparecen en versiones modernas interpretadas por ídolos contemporáneos como Doja Cat, Kacey Musgraves, Tame Impala y Jack White. Además de la película, ganará una serie animada para adultos en Netflix a finales de este año, concebida por su exesposa Priscilla Presley. En la atracción, titulada Agente Elvis, deja el rock para convertirse en un espía al servicio del Gobierno estadounidense. El propósito de la película o serie no es mostrar a Elvis como un simple rockero, sino como un ícono que ayudó a forjar la historia.
La explotación póstuma de su imagen no es nada nuevo, pero el éxito de la empresa siempre se ha visto obstaculizado por la incapacidad de su hija y única heredera, Lisa Marie Presley, de 54 años, para administrar el legado de su padre.
En 2005, al borde de la quiebra, vendió el 85% de Elvis Presley Enterprises, propietaria de los derechos del cantante, a CKX, propietaria del reality show American Idol. Con la crisis de 2008, la empresa quebró y, dos años después, acabó siendo comprada por ABG, por 145 millones de dólares. Hoy, la firma, que también controla las imágenes de Marilyn Monroe y Muhammad Ali, tiene derecho a licenciar cualquier cosa que tenga que ver con Elvis. Y el objetivo de reconstruir su imagen es obsesivo: la compañía incluso ha prohibido que personas vestidas como Elvis celebren bodas temáticas en Las Vegas, a menos, por supuesto, que paguen una tarifa.
La gestión del patrimonio se comparte con otra empresa, Graceland Holdings, propiedad del empresario musical Joel Weinshanker, que administra la mansión de Elvis en Memphis, Graceland, convertida en museo y hotel, y produce espectáculos en vivo relacionados con Elvis. Lisa Marie ha conservado la propiedad de Graceland, los bienes personales de su padre y tiene el 15% de Elvis Presley Enterprises.
Con este nuevo arreglo, el resultado fue una ráfaga de iniciativas rentables. Según la revista Forbes, en 2021 Elvis fue la séptima celebridad muerta más rentable del mundo, con ganancias anuales de 30 millones de dólares y un patrimonio neto entre 400 y 500 millones de dólares.
En otro flanco, el rescate del rockero ha enfatizado la influencia de la música negra en su carrera. Durante años, Elvis fue visto como un tipo que tomaba el espacio de los negros al apropiarse de su música y tenía éxito solo por ser blanco. La película tiene mucho éxito al resaltar cómo Elvis era amigo de B.B. King y adoraba la música negra, bebiendo gospel, R&B y blues. Físicamente, Elvis puede incluso haber muerto ese fatídico 16 de agosto de 1977. Pero su legado nunca ha estado más vivo.